[Officium] Septem Dolorum Beatæ Mariæ Virginis [Ant Vespera] Iré al monte de la mirra, * a la colina del incienso.;;115 Mi amado * es radiante y bermejo, y tu melena, como púrpura regia, se recoge en el cintero.;;119 ¿Adónde se fue * tu amado, tú, la más bella de las mujeres? ¿Adónde se encaminó tu amado?;;139 Bolsita de mirra * es mi amado para mí: entre mis pechos descansa.;;140 Tendedme entre las flores, * recostadme entre las manzanas, porque estoy enferma de amor.;;141 [Hymnus Vespera] {:H-Stabatmater:}v. La madre piadosa estaba junto a la Cruz y lloraba, mientras el Hijo pendía. _ Cuya alma triste y llorosa, traspasada y dolorosa, fiero cuchillo tenía. _ Oh, cuán triste y afligida se vio la Madre escogida, de tantos tormentos llena. _ Cuando triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena. _ Y ¿cuál hombre no llorara y a la Madre contemplara de Cristo en tanto dolor? _ Y ¿quién no se entristeciera, piadosa Madre, si os viera sujeta a tanto rigor? _ Por los pecados del mundo vio Jesús en tan profundo tormento la dulce Madre; _ Y muriendo al Hijo amado, que rindió, desamparado, el espíritu a su Padre. _ Oh Madre, fuente de amor, hazme sentir tu dolor para que llore contigo. _ Y que por mi Cristo amado, mi corazón abrasado más viva en él que conmigo. Amén. [Doxology] Jesús, tuya sea la gloria, tú que sufriste por tus siervos, y del Padre y del Espíritu por los siglos de los siglos. Amén. [Versum 1] V. Ruega por nosotros, Virgen dolorosa. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo. [Ant 1] Y tu alma * (dijo Simeón a María) será atravesada por la espada. [Oratio] En tu pasión, Señor, la espada de dolor, profetizada por Simeón, traspasó el alma de tu Madre María, la Virgen. Al recordar sus sufrimientos y venerar su dolor, concédenos, por sus méritos, y por la oración de todos los santos que permanecieron fieles al pie de la cruz, alcanzar los gozosos frutos de tu pasión. $Qui vivis [Commemoratio 1] !Conmemoración del Jueves Ant. He deseado con ansia * comer esta Pascua con vosotros antes de padecer. _ V. Líbrame, Señor, del malvado. R. Guárdame del hombre violento. _ $Oremus Ayuda, Señor, a tu pueblo santo, para que rechace lo que te desagrada, y se alegre en tus mandatos. $Per Dominum. [Invit] Venid, adoremos al Señor que ha padecido por nosotros, * Recordando los dolores de la Virgen gloriosa. [Hymnus Matutinum] v. Oh santa Madre, graba profundamente las llagas de Jesús crucificado en mi corazón. _ Hazme partícipe de las penas que tu Hijo llagado por mí se dignó sufrir. _ Que mientras yo viva, mis lágrimas se mezclen a las tuyas, compadeciendo al divino Crucificado. _ Que permanezca a tu lado junto a la cruz compartiendo tu duelo. Amén. [Ant Matutinum] Se han coligado los reyes de la tierra, * y se han confederado los príncipes contra el Señor, y contra su Cristo.;;2 Con mi voz * clamé al Señor, y me oyó desde su santo monte.;;3 Derrítese como cera mi corazón * dentro de mis entrañas.;;12 V. Me ha llenado de desolación. R. Y me ha torturado la tristeza todo el día. Prorrumpían mis enemigos * en imprecaciones contra mí: ¿Cuándo morirá éste, decían, y se acabará su memoria?;;40 Oh Dios mío, * yo te he manifestado mi vida; y Tú tienes presentes mis lágrimas.;;55 Los dientes de los hijos de los hombres * son como lanzas y flechas; y su lengua como una espada acerada.;;56 V. Mi faz se ha entumecido de tanto llorar. R. Y se han nublado las pupilas de mis ojos. Asestaron su arco * emponzoñado, para asaetear desde una emboscada al inocente.;;63 He venido a ser * como un hombre desamparado de todos; ya me cuentan entre los muertos.;;87 Me ha llenado de amargura, * me ha embriagado de ajenjo.;;108 V. Oh Dios, yo te he manifestado mi vida. R. Y Tú tienes presentes mis lágrimas. [Lectio1] Del Profeta Isaías !Is 53:1-5 1 ¿Quién creerá lo que hemos oído? ¿A quién fue revelado el brazo del Señor? 2 Porque Él crecerá como una humilde planta, y brotará como un retoño, como raíz de tierra árida. No hay en Él parecer, no hay hermosura para que le miremos, ni apariencia para que en Él nos complazcamos. 3 Despreciado y abandonado de los hombres, varón de dolores y familiarizado con el sufrimiento, y como uno ante el cual se oculta el rostro, menospreciado sin que le tengamos en cuenta. 4 Pero fue Él ciertamente quien soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, mientras que nosotros le tuvimos por castigado, herido por Dios y abatido. 5 Fue traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre Él, y en sus llagas hemos sido curados. [Responsory1] R. Mi amado es blanco y rubio, y sumamente amable: * Todo en su aspecto respira amor, y su cabeza inclinada, sus manos extendidas y su pecho abierto nos invitan a corresponderle amándole. V. Oh Virgen, Tú le contemplas con ojos piadosos, y consideras en Él, no tanto el dolor de las heridas como la salud del mundo. R. Todo en su aspecto respira amor, y su cabeza inclinada, sus manos extendidas y su pecho abierto nos invitan a corresponderle amándole. [Lectio2] !Is 53:6-9 6 Todos nosotros andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su camino, y el Señor cargó sobre Él la iniquidad de todos nosotros. 7 Maltratado, mas Él se sometió, no abrió la boca, como cordero llevado al matadero, como oveja muda ante los trasquiladores. 8 Fue arrebatado por un juicio inicuo, sin que nadie defendiera su causa, pues fue arrancado de la tierra de los vivientes y herido de muerte por el crimen de su pueblo. 9 Dispuesta estaba entre los impíos su sepultura, y fue en la muerte igualado a los malhechores, a pesar de no haber cometido maldad ni haber mentira en su boca. [Responsory2] R. Sus manos como hechas a torno, traspasadas por la punta de los clavos, * Contienen el precio de la salud humana, y están como repletas de jacintos. V. El poder está en sus manos; allí está escondida su fortaleza, pues son sus manos. R. Contienen el precio de la salud humana, y están como repletas de jacintos. [Lectio3] !Is 53:10-12 10 Quiso Yahvé quebrantarle con padecimientos. Ofreciendo su vida en sacrificio por el pecado, verá descendencia que prolongará sus días, y el deseo del Señor prosperará en sus manos. 11 Por la fatiga de su alma verá y se saciará de su conocimiento. El Justo, mi Siervo, justificará a muchos y cargará con las iniquidades de ellos. 12 Por eso yo le daré por parte suya muchedumbres, y dividirá la presa con los poderosos por haberse entregado a la muerte y haber sido contado entre los pecadores, llevando sobre sí los pecados de muchos e intercediendo por los pecadores. [Responsory3] R. Amaba Jesús a Juan, porque la especial prerrogativa de la castidad le mereció un más grande amor. * Ya que habiéndole escogido virgen, permaneció siempre virgen. V. Finalmente, moribundo en la cruz, encomendó a este discípulo virgen su Madre Virgen. R. Ya que habiéndole escogido virgen, permaneció siempre virgen. &Gloria R. Ya que habiéndole escogido virgen, permaneció siempre virgen. [Lectio4] Sermón de San Bernardo, Abad. !Del Sermón sobre las 12 estrellas. El martirio de la Virgen nos fue revelado por la profecía de Simeón y por la historia de la pasión del Señor. “Este niño —dijo el santo anciano, hablando del niño Jesús— está destinado para ser el blanco de contradicción; y una espada —añadió dirigiéndose a María— traspasará tu alma”. Sí, ¡oh bienaventurada Madre! una espada traspasó tu alma, porque sólo pasando por tu corazón, pudo atravesar la carne de tu Hijo. Y después de entregar su espíritu ese Jesús, que es tuyo, la lanza cruel no hirió su alma, atravesó ciertamente la tuya; no estaba ya allí el alma de Jesús, pero la tuya no podía apartarse de allí. [Responsory4] R. Densas tinieblas sobrevinieron, luego que hubieron crucificado a Jesús los judíos, y hacia la hora nona, exclamó Jesús en alta voz: Dios mío, ¿por qué me has desamparado? * E inclinada la cabeza, exhaló el espíritu. V. Oh Virgen, ¿cuáles fueron tus sentimientos al contemplar este espectáculo? R. E inclinada la cabeza, exhaló el espíritu. [Lectio5] Tan intenso dolor traspasó tu alma, por lo que os proclamamos más que mártir; el sentimiento de compasión superó en ti todos los padecimientos que puede soportar el cuerpo. ¿No fueron para ti más que una espada, estas palabras que atravesaron tu alma y alcanzaron hasta la división del alma y del espíritu: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”? ¡Qué cambio! Juan os fue dado en cambio de Jesús, el servidor por el Señor, el discípulo en vez del Maestro, el hijo de Zebedeo por el Hijo de Dios, un hombre por el Dios verdadero. Ante estas palabras, ¿era posible que tu alma, tan amante, no fuera traspasada, si solamente su recuerdo desgarra nuestros corazones, aunque sean de piedra y bronce? [Responsory5] R. La pasión del Señor * Sumió en la aflicción más profunda a su Madre cruelmente herida por la pérdida del fruto de sus entrañas. V. El hierro de la lanza del soldado abrió el costado del Salvador, y traspasó el alma de la Virgen. R. Sumió en la aflicción más profunda a su Madre cruelmente herida por la pérdida del fruto de sus entrañas. [Lectio6] No os asombréis, hermanos, si oís decir que María fue mártir en el alma. Sólo puede asombrarse de ello quien no recuerde haber oído a San Pablo contar entre los grandes crímenes de los gentiles el estar “faltos de afecto”. Nada más lejos del corazón de María que este defecto; ninguno debe estar más lejos, por lo tanto, del de sus servidores. Quizá diga alguno: ¿No sabía María que había de morir su Hijo? Lo sabía, sin duda. ¿No esperaba su próxima resurrección? La esperaba confiadamente. Y a pesar de ello, ¿se afligió al ver que lo crucificaban? Sí, profundamente. Pero ¿quién eres tú, hermano, y de qué fuentes sacas tu ciencia, para que te asombres más de ver a María participando de los sufrimientos de su Hijo, que de ver sufrir al Hijo de María? ¿Pudo morir Él de la muerte del cuerpo, y no podía experimentar ella la del corazón? Jesús murió por una caridad insuperable, y el martirio de María tuvo origen en esta caridad que, después de la de Jesús, no ha conocido igual. [Responsory6] R. ¡Oh quién me diera tenerte por hermano, criado a los pechos de mi madre, y que pudiera adherirme a tu costado para que tu sangre tocase y purificase la mía! * Para que un manantial de esta sangre, brotando de la herida de tu corazón, me condujera a la felicidad eterna. V. Vendrán de lejos tus hijos, y se levantarán tus hijas a tu lado. R. Para que un manantial de esta sangre, brotando de la herida de tu corazón, me condujera a la felicidad eterna. &Gloria R. Para que un manantial de esta sangre, brotando de la herida de tu corazón, me condujera a la felicidad eterna. [Lectio7] Santo Evangelio según San Juan !Jn 19:25-27 En aquel tiempo: Estaban junto a la cruz de Jesús, su Madre y la hermana de su Madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Y lo que sigue. _ Homilía de San Agustín, Obispo. !Tratado 119 sobre San Juan. Era la hora a que se refirió Jesús, antes de cambiar el agua en vino, cuando dijo a su Madre: “Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Aún no ha llegado mi hora”. Había predicho la hora que no había llegado aún; hora en la cual, próxima su muerte, había de reconocer a aquella de quien había recibido esta vida mortal. Al momento de ejecutar una obra enteramente divina, parece rechazar, como si le fuese desconocida, la madre, no de la divinidad, sino de la débil humanidad; mas ahora, cuando experimenta los padecimientos de la naturaleza humana, recomienda, con el afecto que inspira la naturaleza, a aquella en cuyo seno se hizo hombre. El Señor nos da aquí una lección moral. Practica por sí el precepto que nos impone; este buen Maestro enseña a sus discípulos, con su ejemplo, los solícitos cuidados que la piedad filial debe inspirar en los hijos hacia sus padres; clavados los miembros del Salvador moribundo, fue como la cátedra desde cuya altura nos enseñó este divino Maestro. [Responsory7] R. Me compadezco de ti, Jesús, hijo mío, hermoso sobre toda ponderación, y más amable que el amor de las mujeres. * Así como la madre ama a su hijo único, así yo te amaba. V. Mi vida se consume en el dolor, y mis años en los gemidos. R. Así como la madre ama a su hijo único, así yo te amaba. [Lectio8] De esta sana doctrina sacó el apóstol San Pablo lo que él enseñaba así: “Y si alguno no cuida de los suyos, y mayormente de los de su casa, negó la fe, y es peor que un infiel”. Pues, ¿quién es más de la casa que los padres con relación a sus hijos y los hijos con relación a sus padres? Así, el Maestro de los santos nos da ejemplo personal de este precepto, dejando en su lugar -no como Dios a la sierva que había creado y continuaba amparando, sino como hombre a la madre que le había engendrado y a la cual dejaba- otro hombre que fuera para ella a manera de hijo. [Responsory8] R. Oh, Madre, oh fuente de amor, haz que sintamos la fuerza de tu dolor, para que contigo lloremos, * Y experimentemos el fruto de la pasión del Señor. V. De suerte que así como tu Hijo Jesús murió por nosotros, y resucitó, así muriendo nosotros con Él, también con Él resucitemos. R. Y experimentemos el fruto de la pasión del Señor. &Gloria R. Y experimentemos el fruto de la pasión del Señor. [Lectio9] !de la Homilía de la Feria. @Tempora/Quad5-5Feria:Lectio1 &teDeum [Ant Laudes] @:Ant Vespera:s/;;.*//g [Capitulum Laudes] !Is 53:1-2 v. ¿Quién creyó nuestro anuncio?; ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida. $Deo gratias [Hymnus Laudes] {:H-Stabatmater:}v. Virgen de vírgenes santas, llore yo con ansias tantas que el llanto dulce me sea. _ Porque tu pasión y muerte tenga en mi alma de suerte que siempre sus penas vea. _ Haz que su Cruz me enamore; y que en ella viva y more, de mi fe y amor indicio. _ Porque me inflame y encienda y contigo me defienda en el día del juicio. _ Haz que me ampare la muerte de Cristo, cuando en tan fuerte trance vida y alma estén. _ Porque cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria. Amén. [Versum 2] @:Versum 1 [Ant 2] Jesús, al ver * a su Madre junto a la cruz y al discípulo que tanto quería, dice a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. [Commemoratio 2] !Conmemoración del Viernes Ant. Se aproximaba * la fiesta de los judíos y los príncipes de los sacerdotes buscaban cómo matar a Jesús; pero temían al pueblo. _ V. Líbrame, Señor, del malvado. R. Guárdame del hombre violento. _ $Oremus Derrama, Señor, tu gracia sobre nuestros corazones, para que tengamos el valor de castigar nuestras flaquezas en esta vida y, así, no seamos castigados en la eterna. $Per Dominum [Lectio Prima] !Is 53:8 v. ¿Quién se preocupará de su estirpe? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. [Versum Prima] Tú que sufriste por nuestra salvación. [Responsory Tertia] R.br. Me ha dejado * Desolada. R. Me ha dejado * Desolada. V. Desfallecida todo el día. R. Desolada. &Gloria R. Me ha dejado * Desolada. _ V. El llanto enrojece mi rostro. R. Mis ojos reflejan la muerte [Capitulum Sexta] !Is 53:5 v. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. $Deo gratias [Responsory Sexta] R.br. El llanto * Enrojece mi rostro. R. El llanto * Enrojece mi rostro. V. Mis ojos reflejan la muerte R. Enrojece mi rostro. &Gloria R. El llanto * Enrojece mi rostro. _ V. Dios, puse mi vida ante ti. R. Recogiste mis lágrimas en tu odre. [Capitulum Nona] !Is 53:8 v. ¿Quién se preocupará de su estirpe? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. $Deo gratias [Responsory Nona] R.br. Dios, puse mi vida * Ante ti. R. Dios, puse mi vida * Ante ti. V. Recogiste mis lágrimas en tu odre. R. Ante ti. &Gloria R. Dios, puse mi vida * Ante ti. _ V. Ruega por nosotros, Virgen dolorosa. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo. [Versum 3] @:Versum 1 [Commemoratio 3] !Conmemoración del Viernes Ant. Los príncipes de los sacerdotes * se reunieron en consejo para matar a Jesús. Pero decían: No en la fiesta, para que no se forme tumulto en el pueblo. _ V. Dios mío, líbrame de mis enemigos. R. Y sálvame de los que se levantan contra mí. _ $Oremus Concédenos, Dios todopoderoso, la protección de tu gracia, para que seamos libertados de todo mal, y te sirvamos con paz en nuestro espíritu. $Per Dominum