[Officium] Sabbato infra Hebdomadam IV in Quadragesima [Lectio1] Lectura del santo Evangelio según San Juan !Jn 8:12-20 En aquel tiempo: Habló Jesús al pueblo, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no camina a oscuras, sino que tendrá la luz de la vida. Y lo que sigue. _ Homilía de San Agustín, Obispo. !Tratado 34 sobre San Juan, después del principio. Lo que dijo el Señor: “Yo soy la luz del mundo”; me parece claro para aquellos que tienen ojos con los cuales pueden participar de esta luz. Mas aquellos que sólo tienen ojos terrenos, se admiran de lo que dijo Jesucristo: “Yo soy la luz del mundo”. Y acaso no faltará quien diga para sí mismo: ¿Por ventura Cristo es este sol que recorre el día de oriente a occidente? Pues no faltaron herejes que creyeron tal cosa. Los Maniqueos creyeron que este sol visible a los ojos de la carne, manifiesto y patente, no sólo a los hombres sino también a los animales, era Cristo Señor nuestro. [Lectio2] Mas la recta fe de la Iglesia Católica, condena tal aberración, y la tiene por invención diabólica; y no sólo la reconoce errónea, sino que con sus razonamientos procura disuadir de ella a los que la profesan. Rechacemos, por lo tanto, semejante error, el cual fue ya desde el principio condenado por la Iglesia. No creamos que nuestro Señor Jesucristo sea este sol que vemos nacer en el Oriente y ponerse en Occidente, a cuyo curso sigue la noche, cuyos rayos son oscurecidos por las nubes y que pasa de un lugar a otro. No es este Cristo. Cristo no es el sol creado, sino aquél por quien el sol fue hecho. Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él nada se hizo. [Lectio3] Él es la luz que hizo esta luz. Amemos, pues, a esta divina luz; procuremos conocerla, tengamos sed de ella para que a ella podamos llegar guiados por ella misma, y en ella de tal suerte vivamos, que jamás del todo muramos. De esta luz, profetizó el Salmista: “¡Cuán grande es, oh Dios, vuestra bondad! Porque en Vos está la fuente de la vida, y veremos la luz en vuestra luz”. Y uno de los más grandes servidores de Dios: “Vos, dijo, conserváis, Señor, a los hombres y a las bestias, ya que Vos habéis multiplicado vuestra misericordia”. [Ant 2] El que me sigue * no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida, dice el Señor. [Oratio 2] Hágase, Señor, que, por tu gracia, nuestro fervor en servirte dé su fruto; pues nuestras penitencias nada valen sin la acogida de tu bondad. $Per Dominum [Ant 3] Yo doy * testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me envió, el Padre. [Oratio 3] Dios todopoderoso, mira con bondad a tu familia: que tu amor dirija nuestra vida y tu solicitud proteja nuestro espíritu. $Per Dominum