[Officium] Feria Quarta infra Hebdomadam IV in Quadragesima [Lectio1] Lectura del santo Evangelio según San Juan !Jn 9:1-38 En aquel tiempo: Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿qué pecados son la causa de que éste haya nacido ciego, los suyos o los de sus padres? Y lo que sigue. _ Homilía de san Agustín, Obispo. !Tratado 44 sobre San Juan, hacia el principio. Los hechos sorprendentes y maravillosos de la vida de nuestro Señor Jesucristo son, a la vez, obras y palabras: obras porque realmente acaecieron; palabras por ser señales. Este ciego representa al género humano. La ceguedad fue en el primer hombre efecto de la culpa, y él nos ha comunicado a todos, no sólo el germen de la muerte, sino el del pecado. Si la ceguedad es la infidelidad y la iluminación es la fe, ¿a quién encontró Jesucristo fiel cuando vino al mundo? ¿No dice, acaso, de sí mismo el Apóstol, nacido de la raza de Profetas: “Nosotros fuimos en otro tiempo hijos de ira por naturaleza, como los demás”? Si éramos hijos de ira, lo éramos también de la venganza, del castigo, de la gehena. Si el pecado fue como una segunda naturaleza, podemos decir que todo hombre en cuanto a su alma nació ciego. [Lectio2] Vino el Señor, y ¿qué hizo? Nos llamó la atención sobre un gran misterio. “Escupió en tierra, haciendo barro con su saliva” porque el Verbo se hizo carne, “y untó los ojos del ciego”. Los ojos de este hombre estaban cubiertos de barro, y aún no veía. Le mandó que fuese a la piscina llamada Siloé. El Evangelista nos dijo el nombre de esta piscina, que significa Enviado. Sabéis quién fue el Enviado. Si Él no hubiera sido enviado, ninguno de nosotros se habría visto libre de la iniquidad. Se lavó en aquella piscina que significa Enviado; fue bautizado en Cristo. Si el Salvador en cierto modo le bautizó al devolverle la vista, puede decirse que le hizo catecúmeno cuando le untó los ojos. [Lectio3] Lo que habéis oído es un gran misterio. Pregunta a un hombre: ¿Eres cristiano? Te responde: No lo soy. Le preguntas aún: ¿Eres pagano o judío? Si te responde: No lo soy, vuelves a preguntar: ¿Eres catecúmeno o fiel? Si responde: Catecúmeno, es que ha sido ungido, mas no lavado. Pregúntale cómo ha sido ungido, y en quién cree. Te dirá: En Cristo. Ved ahí que ahora me dirijo a fieles y a catecúmenos. ¿Qué dije de la saliva y del lodo? Que el Verbo se hizo carne. Esto se enseña a los catecúmenos, mas no les es suficiente para el fin por el cual fueron ungidos. Acudan presurosos al baño saludable, si quieren ser iluminados. [Ant 2] Maestro, ¿quién pecó, * éste o sus padres, para que naciera ciego? Jesús contestó: Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios. [Oratio 2] Oh Dios, que por medio del ayuno concedes a los justos el premio de sus merecimientos, y a los pecadores el perdón; apiádate de los que te invocamos, a fin de que, por la confesión de nuestras culpas, alcancemos el perdón de las mismas. $Per Dominum. [Ant 3] Este hombre, * que se llama Jesús, hizo barro, me lo untó en los ojos y empecé a ver. [Oratio 3] Escucha en tu piedad, Señor, las oraciones de los que te suplican; y para que puedan ser atendidas, inspíralas Tú mismo en sus peticiones. $Per Dominum