[Officium] Sabbato infra Hebdomadam III in Quadragesima [Lectio1] Lectura del santo Evangelio según San Juan !Jn 8:1-11 En aquel tiempo: Jesús se retiró al monte de los Olivos; y otro día, de mañana, volvió al templo. Y lo que sigue. _ Homilía de san Agustín, Obispo. !Tratado 33 sobre san Juan, después del principio. “Jesús se dirigió al monte Olívete”, monte lleno de frutos y aromas, monte del crisma. ¿Podía haber monte más indicado para que en él enseñase Cristo? El nombre Cristo se deriva de crisma, que en griego es lo mismo que unción en lengua latina. Cristo nos ungió porque nos hizo luchadores contra el diablo. “Y muy de mañana fue de nuevo al templo, y todo el pueblo acudía a Él; y sentándose les enseñaba”; no le detenían porque no había llegado aún la hora de su pasión. Ved en qué circunstancias los enemigos del Señor vinieron a tentar su mansedumbre. [Lectio2] Los escribas y fariseos le presentan una mujer sorprendida en adulterio, y la colocan en medio y dicen a Jesús: Maestro, esta mujer acaba de ser sorprendida en adulterio; en la ley nos mandó Moisés que la tal fuera apedreada; mas ¿Tú qué dices? Hablan así para tentarle y así poderle acusar. ¿Pero de qué? ¿Acaso le habían sorprendido a Él mismo en algún crimen, o se decía que aquella mujer le interesaba de algún modo? [Lectio3] Qué admirable fue la mansedumbre del Señor. Sus enemigos sabían que era sumamente manso y benigno. De Cristo se dijo: “Cíñete al lado tu espada, oh Rey poderosísimo. Con esa tu gallardía y hermosura, camina, avanza prósperamente y reina, por medio de la verdad y de la mansedumbre y de la justicia”. Enseñó la verdad como maestro; la mansedumbre como redentor, y la justicia como conocedor de todo. Debía reinar en el Espíritu Santo en virtud de estos tres atributos, según había vaticinado el Profeta. Cuando hablaba, la verdad quedaba de manifiesto; no indignándose contra sus enemigos, era admirada su mansedumbre. Sus enemigos, torturados por la envidia a causa de la verdad y la mansedumbre que resplandecían en Él, simularon escandalizarse de su justicia. [Ant 2] Jesús, inclinándose, * escribía en el suelo: El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra. [Oratio 2] Concede, ¡oh Dios omnipotente! que todos cuantos, mortificando la carne se abstienen de los alimentos, abrazando la santidad de vida, ayunen de todo pecado. $Per Dominum