[Officium] Feria Quarta infra Hebdomadam II in Quadragesima [Lectio1] Lectura del santo Evangelio según San Mateo !Mt 20:17-28 En aquel tiempo: Poniéndose Jesús en camino para Jerusalén, tomó aparte a sus doce discípulos, y les dijo: Mirad que vamos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte. Y lo que sigue. _ Homilía de San Ambrosio, Obispo. !Libro 5 de la fe a Graciano, cap. 2, después del principio. Considerad lo que la madre de los hijos del Zebedeo viene a pedir con ellos y para ellos. Es una madre llena de solicitud, y aun de una solicitud inmoderada, para con sus hijos, pero a la cual debe perdonarse la exageración de sus aspiraciones. Considerad que era una madre anciana, piadosa, privada de toda consolación, ya que en aquel mismo momento en que había de ser ayudada y sustentada por sus hijos, consentía en verse privada de ellos, prefiriendo a su bienestar la recompensa que alcanzarían siguiendo a Cristo. Leemos en el Evangelio, que al primer llamado de Jesús, dejando las redes y a su padre, le siguieron. [Lectio2] La madre, dejándose llevar por la solicitud que le era propia, rogaba al Salvador, diciendo: Haz que mis hijos tengan su asiento, uno a tu diestra y el otro a la izquierda en tu reino. Aunque era un error, estaba inspirado por el amor materno. Un corazón maternal no puede ser paciente; aunque ambiciosa en sus deseos, su ambición, que no es de dinero sino de gracia, es perdonable. No es indecorosa una petición que no mira a su interés, sino al de sus hijos. Pensad que se trata de una madre; y en lo que es una madre. [Lectio3] Consideraba Cristo la ternura de aquella madre, la cual en la recompensa de los hijos cifraba la esperanza de consuelo en su ancianidad y, con todo, sintiéndolo vivamente su corazón maternal, permitía la ausencia de sus muy amados hijos. Es mujer, esto es, de aquel sexo débil, al que el Señor aún no había fortalecido con su pasión. Atended que es heredera de la primera mujer, Eva, la cual transmitió a toda su sucesión sus inmoderados anhelos. El Señor aún no la había redimido con su propia sangre, ni había Cristo apagado de su alma la desordenada ambición de honores. Por lo mismo, delinquía arrastrada por un error hereditario. [Ant 2] Mirad, estamos subiendo * a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado, para que lo crucifiquen. [Oratio 2] Te rogamos, Señor, que atiendas propicio a tu pueblo; y a los que mandas se abstengan de los manjares carnales, concédeles que cesen de los dañosos vicios. $Per Dominum [Ant 3] Lo entregarán a los gentiles, * para que se burlen de Él, lo azoten y lo crucifiquen. [Oratio 3] ¡Oh Dios, que amas la inocencia y nos la haces recobrar!; levanta hasta ti el corazón de tus siervos, para que, iluminados con el fervor de tu Espíritu, permanezcan firmes en la fe y eficaces en la acción. $Per Dominum