[Officium] Dominica XX Post Pentecosten [Oratio] Concede, Señor, a tus fieles el perdón y la paz, para que, libres de toda culpa, puedan servirte sin temor. $Per Dominum [Lectio7] Lección del Santo Evangelio según San Juan. !Jn 4:45-53 En aquel tiempo: Había en Cafarnaum un palaciego cuyo hijo estaba enfermo. Y lo que sigue. _ Homilía de San Gregorio, Papa. !Homilia 28 sobre los Evangelios. El Evangelio que acabáis de oír no tiene necesidad de explicación, pero diremos algo, más como exhortación que como comentario. Sólo veo un extremo que exige aclaración: ¿Por qué el que fue a solicitar la curación de su hijo, oyó esta respuesta: “Si no veis milagros y prodigios no creéis”? Seguramente, el que imploraba la curación de su hijo, creía, porque no habría pedido a Jesucristo esta curación si no hubiera creído que era el Salvador. ¿Por qué, pues, se le respondió: “Si no veis milagros y prodigios, no creéis”, siendo así que él había creído ya antes de ver el milagro? [Lectio8] Recordad los términos de su plegaria y veréis que su fe era imperfecta, ya que pidió al Señor que bajara a su casa y curase a su hijo. Reclamaba la presencia corporal de aquel Señor cuyo espíritu nunca está ausente de ningún sitio. Menguada fe la del que no creía que Jesús pudiese devolver la salud a su hijo sin estar corporalmente junto a él. Si su fe hubiese sido perfecta, habría sabido que no hay lugar en que Dios no esté presente. [Lectio9] Tuvo poca confianza, ya que no atribuyó el poder a la majestad soberana de Dios, sino a su presencia corporal. Con fe vacilante, creyó que aquel a quien acudía tenía poder bastante para curar, pero juzgó que estaba lejos de su hijo moribundo. El Señor le da a entender que ya está presente allí donde se le invita: con su sola voluntad creó todas las cosas, y con su solo mandato cura al enfermo. &teDeum [Ant 2] Había un funcionario real * que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Oyendo que Jesús venía a Galilea, le pedía que curase a su hijo. [Ant 3] El padre cayó en la cuenta * de que ésa era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo está curado. Y creyó con él toda su familia.