[Officium] Dominica XI Post Pentecosten [Ant 1] Señor, ten en cuenta * que he andado ante ti fielmente y con un corazón íntegro y que he hecho lo que te agrada. [Oratio] Dios todopoderoso y eterno, que con tu amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud, y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. $Per Dominum [Lectio1] Del Libro Cuarto de los Reyes !2 Reyes 20:1-3 1 Por entonces enfermó de muerte Ezequías, y el profeta Isaías, hijo de Amós, vino a él y le dijo: “Así dice Yahvé: Dispón de tu casa, porque vas a morir y no vivirás más.” 2 Ezequías volvió su rostro con la pared y oró a Yahvé, diciendo: 3 “¡Oh Yahvé! Ten en cuenta que he andado ante ti fielmente y con corazón íntegro y que he hecho lo que es bueno a tus ojos.” Y Ezequías lloraba con gran llanto. [Lectio2] !2 Reyes 20:4-7 4 Isaías había salido; pero antes que llegase al atrio central, recibió palabra de Yahvé, que le dijo: 5 “Vuelve a Ezequías, jefe de mi pueblo, y dile: Así habla Yahvé, el Dios de David, tu padre: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Te curaré. Dentro de tres días subirás a la casa de Yahvé. 6 Te añadiré otros quince años a tus días y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria, y protegeré a esta ciudad por amor de mí y por amor de David, mi siervo.” 8 Isaías dijo: “Tomad una masa de higos.” Tomáronla y se la pusieron sobre la úlcera, y Ezequías sanó. [Lectio3] !2 Reyes 20:8-11 8 Ezequías había preguntado a Isaías: “¿En qué señal conoceré yo que Yahvé me curará y que al tercer día subiré a la casa de Yahvé? 9 Isaías le respondió: “He aquí la señal por la que conocerás que Yahvé cumplirá la palabra que ha pronunciado: La sombra avanzará diez grados o retrocederá diez grados.” 10 Y Ezequías dijo: “Poca cosa es que avance diez grados; no así que retroceda diez grados.” 11 Entonces Isaías, profeta, invocó a Yahvé, que hizo retroceder diez grados la sombra en el reloj de Ajaz. [Lectio4] Del Comentario de San Jerónimo, presbítero, sobre el Profeta Isaías. !Libro 11 sobre Isaías, cap. 38. Para que el corazón de Ezequías no se enorgullezca, tras sus increíbles triunfos y la victoriosa liberación del cautiverio de su pueblo en Media, enferma mortalmente, para que, volviéndose al Señor, logre ver cambiada su sentencia. Esto ocurrió también en Jonás, profeta, por las amenazas lanzadas contra David. De que estas cosas predichas no se cumplieran no debe inferirse que haya mutación en Dios, sino voluntad de conducir los hombres a conocerle; porque al Señor le pesa tener que tratar con rigor a los hombres. Ezequías volvió su rostro hacia la muralla, porque no podía ir al Templo, cerca del cual construyó Salomón el palacio; o para no mostrar sus lágrimas a los que le rodeaban. [Lectio5] Sabiendo que va a morir, no pide una prolongación de vida, sino que se entrega a la voluntad de Dios sobre lo que quiera concederle, sabiendo que Salomón agradó a Dios por no pedir una larga existencia. Cercano el momento de volver al Señor, recuerda cómo caminó delante de Él en la verdad y con un corazón perfecto. Dichosa la conciencia que en su aflicción puede recordar sus obras buenas: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. Pero, “¿Quién podrá vanagloriarse de tener limpio el corazón?” La dificultad se resuelve así: Se atribuye a Ezequías la perfección del corazón, porque destruyó los ídolos, abrió las puertas del Templo, hizo pedazos la serpiente de bronce, y realizó lo demás que refiere la Escritura. [Lectio6] Derramó muchas lágrimas por la promesa del Señor a David, que veía privada de efecto por su muerte. Ezequías no tenía en aquella época hijo alguno, porque, tras su muerte, comenzó a reinar en Judá Manasés, con sólo doce años, lo que demuestra que nació tres años después de la prolongación de vida concedida a Ezequías. La causa de sus lágrimas es que desesperaba que Jesucristo naciese de su raza. Otros dicen que la muerte espanta aun a los santos por la incertidumbre del juicio de Dios y de su ignorancia de la sentencia, de la cual depende la morada que habitarán. [Lectio7] Lección del Santo Evangelio según San Marcos. !Mc 7:31-37 En aquel tiempo: Saliendo Jesús de los confines de Tiro se fue por Sidón, al mar de Galilea, atravesando el territorio de Decápolis. Y lo que sigue. _ Homilía de San Gregorio, Papa. !Homilía 10 sobre Ezequiel, libro 1. ¿Por qué Dios, Creador de todas las cosas, para curar a un sordomudo, le metio los dedos en los oídos, y tocó su lengua con saliva? ¿Qué designan los dedos del Redentor sino los dones del Espíritu Santo? Al lanzar un demonio, dijo: “Si Yo lanzo los demonios con el dedo de Dios, es evidente que ha llegado el reino de Dios a vosotros”. “Mas si Yo lanzo los demonios en virtud del Espíritu de Dios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros”. El meter el Señor los dedos en los oídos del sordomudo, equivale a abrir la inteligencia del mismo mediante los dones del Espíritu Santo, para que escuche dócilmente. [Lectio8] La saliva del Redentor es la sabiduría que recibimos mediante su divina palabra. Cuando esta Sabiduría, que es el mismo Jesucristo, toca nuestra lengua, se hace apta para la predicación. “Alzando Jesús los ojos al cielo, exhaló un suspiro”. No tenía necesidad de suspirar aquel que podía dar por sí lo mismo que pedía; hízolo para enseñarnos a acudir con gemidos a aquel que reina en los cielos, para que se abran nuestros oídos por el don del Espíritu Santo, y nuestra lengua se haga expedita para la predicación mediante la saliva de su boca, o sea, la ciencia de la palabra divina. [Lectio9] Jesús dijo “Ephpheta”: Abríos; y al punto se le abrieron los oídos y se le soltó la lengua. El Salvador dijo “Abríos” porque los oídos de aquel sordo estaban cerrados. Mas a quien le abren los oídos del corazón para escuchar dócilmente, se le suelta también el impedimento de la lengua, para enseñar a los demás a hacer el bien que él mismo practica. “Y hablaba correctamente”. En efecto, habla como conviene, aquel cuya obediencia comienza por participar lo que su palabra recomienda que hagan los demás. &teDeum [Ant 2] El Señor pasó * por Tiro e hizo oír a los sordos y hablar a los mudos. [Ant 3] Todo lo ha hecho bien: * hace oír a los sordos y hablar a los mudos.