[Officium] Dominica IX Post Pentecosten [Ant 1] Mientras el Señor * arrebataba a Elías al cielo en un torbellino, Eliseo clamaba: Padre mío, carro y auriga de Israel. [Oratio] Abre, Señor, los oídos de tu piedad a los ruegos de quienes te suplican, y, para que acojas nuestros deseos, inspíranos lo que hemos de pedirte. $Per Dominum [Lectio1] Empieza el Libro Cuarto de los Reyes !2 Reyes 1:1-4 1 Después de la muerte de Ajab, Moab se rebeló contra Israel. 2 Ocozías se cayó por una ventana del piso superior de su casa en Samaría y se hirió; y envió mensajeros, diciéndoles: “Id a consultar a Baalzebub, dios de Acarón, si curaré de estas mis heridas”; 3 pero el ángel de Yahvé dijo a Elías tisbita: “Levántate y sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: ¿No hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Baalzebub, dios de Acarón? 4 Por eso así dice Yahvé: No bajarás del lecho en que has subido, pues morirás.” [Lectio2] !2 Reyes 1:4-6 4 Y Elías se fue. 5 Volvieron los mensajeros a Ocozías, y él les preguntó: “¿Cómo os habéis vuelto?” 6 Y ellos respondieron: “Ha salido a nuestro encuentro un hombre y nos ha dicho: Id y volveos al rey que os ha mandado y decidle: Así habla Yahvé: ¿No hay Dios en Israel, para que mandes tú a consultar a Baalzebub, dios de Acarón? Por eso no bajarás tú del lecho a que has subido, pues morirás.” [Lectio3] !2 Reyes 1:7-10 7 Ocozías les preguntó: “¿Qué trazas tenía el hombre que ha salido a vuestro encuentro y ha dicho eso?” 8 Ellos le respondieron: “Era un hombre vestido de pieles y con un cinturón de cuero a la cintura.” Ocozías dijo: “Es Elías tisbita.” 9 Mandó a él un quincuagenario con sus cincuenta hombres. Subió el jefe a Elías, que estaba sentado en la cumbre de la montaña, y le dijo: “Hombre de Dios, el rey dice: Baja.” 10 Elías respondió al jefe de los cincuenta: “Si soy hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te abrase a ti y a tus cincuenta hombres.” Y bajó fuego del cielo y le devoró con sus cincuenta hombres. [Lectio4] Sermón de San Agustín, Obispo. !Sermón 201, de Tempore. En las lecciones que se nos leen en estos tiempos, he exhortado a no seguir la letra que mata, dando de lado al espíritu que vivifica, verdad que expresa el Apóstol cuando dice: “La letra mata, en tanto que el espíritu vivifica”. Si no procuramos atender más al sentido que a la letra, poca o ninguna edificación sacaremos de las Sagradas Escrituras, porque todas las cosas de que en ellas se trata, son como un signo e imagen de las cosas por venir, y que, figuradas en el judaismo, se han cumplido, por la gracia de Dios, en nosotros. [Lectio5] El bienaventurado Elías representaba a nuestro Señor y Salvador. Elías sufrió persecución por parte de los judíos; nuestro Señor, el verdadero Elías, fue rechazado y menospreciado por este mismo pueblo. Elías salió de su patria; Jesucristo abandonó la Sinagoga. Elías se fue al desierto; Jesucristo vino al mundo. Elías, en el desierto, comía lo que los cuervos le llevaban; Jesucristo, en el desierto de este mundo, hizo su alimento de la fe de los gentiles. [Lectio6] Los cuervos, por orden de Dios, llevaban la comida al bienaventurado Elías, y figuraban a los gentiles. La Escritura hace decir a la Iglesia, venida de los gentiles: “Negra soy, hijas de Jerusalén, pero soy bien parecida”. ¿Cómo la Iglesia es negra y bella a la vez? Es negra por naturaleza, y bella por la gracia. ¿Cómo es negra? “Mira que fui concebida en iniquidad, y que mi madre me concibió en pecado”. ¿Cómo es hermosa? “Me rociarás, Señor, con el hisopo, y seré purificado; me lavarás, y quedaré más blanco que la nieve”. [Lectio7] Lección del Santo Evangelio según San Lucas. !Luc 19:41-47 En aquel tiempo: Al llegar Jesús cerca de Jerusalén, viendo la ciudad lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh! si conocieses también tú, por lo menos en este día que se te ha dado, lo que puede procurarte la paz; mas ¡ay! que ahora está todo oculto a tus ojos. Y lo que sigue. _ Homilía de San Gregorio, Papa. !Homilía 39. Llorando predice el Señor la destrucción de Jerusalén que llevaron a cabo los príncipes romanos Vespasiano y Tito. En efecto, a los príncipes romanos se refieren estas palabras: “Vendrán días sobre ti en que los enemigos te cercarán de trincheras”. Y estas otras: “No dejarán en ti piedra sobre piedra”, nos dan testimonio del cambio de lugar de la misma ciudad, pues cuando la actual Jerusalén fue construida en aquel lugar extramuros donde el Señor fue crucificado, la primitiva Jerusalén fue, según se dice, destruida desde sus cimientos. [Lectio8] ¿Por qué falta sufrió el castigo de la destrucción? “Por cuanto has desconocido el tiempo en que Dios te ha visitado”. El Creador dignose visitar esta ciudad por el misterio de su encarnación, pero ella no le demostró respeto ni amor. El Profeta, en el reproche que dirige al hombre, apela al testimonio de las aves: “El milano conoció por la variación de la atmósfera su tiempo; la tórtola y la golondrina y la cigüeña guardaban el tiempo de su transmigración; pero mi pueblo no ha conocido el tiempo del juicio del Señor”. [Lectio9] Anticipose el Redentor a llorar la ruina de la pérfida ciudad, cuando ella no sabía todavía lo que le iba a suceder: “¡Ah, si conocieses también tú!”, “llorarías”, tú que ahora te regocijas porque ignoras el castigo que te amenaza. “Por lo menos en este día que se te ha dado, lo que puede procurarte la paz”. Cuando aquella ciudad se entregaba a los goces sensuales, cuando era todavía tiempo propicio para ella, poseía lo que podía asegurarle la paz. &teDeum [Ant 2] Al acercarse el Señor * a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: ¡Si al menos tú comprendieras! Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán, porque no comprendiste el momento de mi venida. Aleluya. [Ant 3] Escrito está: * Mi casa será casa de oración; pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos. Y todos los días enseñaba en el templo.