@Tempora/Pent05-0 [Lectio3] !2 Sam 1:11-16 11 Tomando David sus vestidos los desgarró, y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. 12 Se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta la noche por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo de Yahvé, y por la casa de Israel, pues habían caído a espada. 13 David preguntó al joven que le había llevado la noticia: “¿De dónde eres?” Respondió: “Soy hijo de un forastero amalecita.” 14 Le dijo David: “¿Cómo no has temido alzar tu mano para matar al ungido de Yahvé?” 15 Y llamó David a uno de los jóvenes y le dijo: “Acércate y mátalo.” Él lo hirió y murió. 16 David sentenció: «Caiga tu sangre sobre tu cabeza, pues tú mismo has testimoniado en contra tuya, al decir: “Yo he dado muerte al ungido del Señor”». [Lectio5] ¿Las colinas de Gelboé son culpables de la muerte de Saúl, para no recibir ni rocío ni lluvia, y se trueque en árida su vegetación, por la maldición? Gelboé significa corriente de agua, y siendo Saúl figura de la muerte de nuestro Mediador, los montes de Gelboé representan a esos judíos de corazón soberbio que, deslizándose en una corriente de codicias terrenales, vinieron a mezclarse en la muerte de Jesucristo. El Rey, el Ungido verdadero, perdió la vida del cuerpo en medio de ellos; privados de todo rocío de gracia, quedan reducidos a la esterilidad. [Lectio6] Ya no podrán ser tierra de primicias. Esas almas soberbias no dan frutos nuevos, por permanecer en la infidelidad cuando vino el Redentor, y no querer seguir las primeras enseñanzas de la fe. Y mientras la Iglesia Santa se ha mostrado desde el principio precozmente fecunda por la multitud de naciones que ha engendrado, apenas recogerá, en los postreros tiempos, algunos judíos de los que queden todavía, recolectándolos como una tardía cosecha y haciéndolos servir como frutos de la otoñada. [Lectio7] Lección del Santo Evangelio según San Mateo. !Mat 5:20-24 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si vuestra justicia no es más abundante que la de los escribas y de los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Y lo que sigue. _ Homilía de San Agustín, Obispo. !Sobre el Sermón de la Montaña, 1. 1, c. 9. La justicia de los fariseos consistía en no matar. La de los que deben entrar en el reino de los cielos, consiste en no irritarse sin motivo. Poca cosa es no matar, y el que viole este mandamiento será llamado mínimo en el reino de los cielos; pero el que se haya reducido a observarlo, no será reputado grande a los ojos de Dios, pero se perfeccionará si no se encoleriza sin motivo. El Legislador que nos prohíbe montar en cólera, completa la ley que nos prohíbe matar, para que no perdamos la inocencia, tanto exteriormente no matando, como en el fondo de nuestro corazón no irritándonos. [Lectio8] En los pecados de cólera hay sus grados. En el primero, irrítase uno, guardando en su corazón la irritación. Si la turbación arranca un grito, que nada significa en sí mismo pero que manifiesta aquella indignación, la falta será ciertamente más grande, que si la cólera queda en silencio. Mas si se lanza, no solamente un grito de indignición, sino también se profiere alguna palabra, que claramente signifique y exprese un vituperio contra el adversario, ¿quién podrá dudar que es éste un pecado más grave que lanzar solamente un grito de indignación? [Lectio9] Hay tres etapas en la situación del reo: el juicio, el consejo, y la gehenna del fuego. En la sesión de juicio, hay todavía lugar a la defensa. El consejo se confunde con el juicio, pero la diferencia es que la promulgación de la sentencia pertenece al consejo. En este caso, no se trata ya de examinar si el culpable debe ser condenado, sino que los jueces deliberan entre sí sobre el suplicio que deben infligir al condenado. En la gehenna del fuego, ya no hay duda en cuanto a la condenación, como en el juicio, ni incertidumbre en cuanto a la pena, como en el consejo; es cierta la condenación y está fijada la pena del culpable. &teDeum