[Officium] Dominica V Post Pentecosten [Ant 1_] Montes de Gelboé, * ni rocío ni lluvia caigan sobre vosotros, porque allí fue arrojado por el suelo el escudo de los héroes, el escudo de Saúl, como si no hubiese sido ungido con óleo. ¿Cómo sucumbieron los héroes en el combate? Jonatás fue muerto en las alturas. Saúl y Jonatás, tan amables y gloriosos durante su vida, fueron inseparables también en la muerte. [Oratio] ¡Oh Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman!; infunde el amor de tu nombre en nuestros corazones, para que, amándote en todo y sobre todas las cosas, consigamos tus promesas que superan todo deseo. $Per Dominum [Lectio1] Comienza el Segundo Libro de los Reyes. !2 Sam 1:1-4 1 Después de la muerte de Saúl, volvió David de derrotar a los amalecitas y se quedó dos días en Sicelag. 2 Al tercer día llegó del campamento uno de los hombres de Saúl, con los vestidos rotos y cubierta de polvo su cabeza; al llegar donde David cayó en tierra y se postró. 3 David le dijo: “¿De dónde vienes?” Le respondió: “Vengo huyendo del campamento de Israel.” 4 Le preguntó David: “¿Qué ha pasado? Cuéntamelo.” Respondió: “Que el pueblo ha huido de la batalla; han caído y han muerto muchos del pueblo, y también han muerto Saúl y su hijo Jonatán.” [Lectio2] !2 Sam 1:5-10 5 Dijo David al joven que le daba la noticia: “¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su hijo Jonatán?” 6 Respondió el joven que daba la noticia: Yo estaba casualmente en el monte Gelboé; Saúl se apoyaba en su lanza, mientras los carros y los jinetes lo acosaban. 7 Se volvió y, al verme, me llamó y contesté: “Aquí estoy.” 8 Me dijo: “¿Quién eres tú?” Le respondí: “Soy un amalecita.” 9 Me dijo: “Acércate a mí y mátame, porque me ha acometido un vértigo aunque tengo aún toda la vida en mí.” 10 Me acerqué a él y lo maté, pues sabía que no podría vivir después de su caída; luego tomé la diadema que tenía en su cabeza y el brazalete que tenía en el brazo y se los he traído aquí a mi señor. [Lectio3] !2 Sam 1:11-15 11 Tomando David sus vestidos los desgarró, y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. 12 Se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta la noche por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo de Yahvé, y por la casa de Israel, pues habían caído a espada. 13 David preguntó al joven que le había llevado la noticia: “¿De dónde eres?” Respondió: “Soy hijo de un forastero amalecita.” 14 Le dijo David: “¿Cómo no has temido alzar tu mano para matar al ungido de Yahvé?” 15 Y llamó David a uno de los jóvenes y le dijo: “Acércate y mátalo.” Él lo hirió y murió. [Lectio4] Del Libro de los Morales de San Gregorio, Papa. !Libro IV, cap. 3 y 4. ¿Por qué David, que no devolvió mal por mal, enterado de que Saúl y Jonatás habían muerto, maldijo los montes de Gelboé: “Montes de Gelboé, ni el rocío ni la lluvia caigan ya jamás sobre vosotros; ni campos haya de donde sacar la ofrenda de las primicias; puesto que allí es donde fue arrojado por el suelo el escudo de los fuertes, el escudo de Saúl, como si no hubiese sido ungido con el óleo santo”? ¿Por qué Jeremías, viendo que su predicación chocaba contra las malas disposiciones de los oyentes, dejó escapar esta imprecación: “Maldito aquel hombre que dio la nueva a mi padre, diciéndole: Te ha nacido un hijo varón”? [Lectio5] ¿Las colinas de Gelboé son culpables de la muerte de Saúl, para no recibir ni rocío ni lluvia, y se trueque en árida su vegetación, por la maldición? Gelboé significa corriente de agua, y siendo Saúl figura de la muerte de nuestro Mediador, los montes de Gelboé representan a esos judíos de corazón soberbio que, deslizándose en una corriente de codicias terrenales, vinieron a mezclarse en la muerte de Jesucristo. El Rey, el Ungido verdadero, perdió la vida del cuerpo en medio de ellos; privados de todo rocío de gracia, quedan reducidos a la esterilidad. [Lectio6] Ya no podrán ser tierra de primicias. Esas almas soberbias no dan frutos nuevos, por permanecer en la infidelidad cuando vino el Redentor, y no querer seguir las primeras enseñanzas de la fe. Y mientras la Iglesia Santa se ha mostrado desde el principio precozmente fecunda por la multitud de naciones que ha engendrado, apenas recogerá, en los postreros tiempos, algunos judíos de los que queden todavía, recolectándolos como una tardía cosecha y haciéndolos servir como frutos de la otoñada. [Lectio7] Lección del Santo Evangelio según San Mateo. !Mat 5:20-24 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si vuestra justicia no es más abundante que la de los escribas y de los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Y lo que sigue. _ Homilía de San Agustín, Obispo. !Sobre el Sermón de la Montaña, 1. 1, c. 9. La justicia de los fariseos consistía en no matar. La de los que deben entrar en el reino de los cielos, consiste en no irritarse sin motivo. Poca cosa es no matar, y el que viole este mandamiento será llamado mínimo en el reino de los cielos; pero el que se haya reducido a observarlo, no será reputado grande a los ojos de Dios, pero se perfeccionará si no se encoleriza sin motivo. El Legislador que nos prohíbe montar en cólera, completa la ley que nos prohíbe matar, para que no perdamos la inocencia, tanto exteriormente no matando, como en el fondo de nuestro corazón no irritándonos. [Lectio8] En los pecados de cólera hay sus grados. En el primero, irrítase uno, guardando en su corazón la irritación. Si la turbación arranca un grito, que nada significa en sí mismo pero que manifiesta aquella indignación, la falta será ciertamente más grande, que si la cólera queda en silencio. Mas si se lanza, no solamente un grito de indignición, sino también se profiere alguna palabra, que claramente signifique y exprese un vituperio contra el adversario, ¿quién podrá dudar que es éste un pecado más grave que lanzar solamente un grito de indignación? [Lectio9] Hay tres etapas en la situación del reo: el juicio, el consejo, y la gehenna del fuego. En la sesión de juicio, hay todavía lugar a la defensa. El consejo se confunde con el juicio, pero la diferencia es que la promulgación de la sentencia pertenece al consejo. En este caso, no se trata ya de examinar si el culpable debe ser condenado, sino que los jueces deliberan entre sí sobre el suplicio que deben infligir al condenado. En la gehenna del fuego, ya no hay duda en cuanto a la condenación, como en el juicio, ni incertidumbre en cuanto a la pena, como en el consejo; es cierta la condenación y está fijada la pena del culpable. &teDeum [Ant 2] Habéis oído * que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. [Ant 3] Si, cuando vas a poner * tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Aleluya.