[Officium] Feria Quarta Quattuor Temporum [Oratio] El Espíritu Santo que viene de ti, Señor, ilumine nuestras almas y, según la promesa de tu Hijo, nos dé a conocer toda la verdad. $Qui tecum eiusdem [Ant Matutinum] @Tempora/Pasc7-0::s/V\. .*/V. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, aleluya.\nR. Y empezaron a hablar, aleluya./s [Lectio1] Lección del Santo Evangelio según San Juan !Jn 6:44-52 En aquel tiempo: Dijo Jesús a los Judíos: Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no le atrae. Y lo que sigue. _ Homilía de San Agustín, Obispo. !Trat. 26 sobre San Juan, después del principio. No creas que eres atraído por fuerza. El alma es atraída por el amor. No debemos temer que los hombres que pesan las palabras y que están muy lejos de entender las cosas divinas, nos reprendan por haber interpretado las Escrituras santas contenidas en la palabra evangélica, y nos digan: ¿Cómo puedo creer con voluntad libre si soy atraído? Mas yo digo: Es poco, decir con la voluntad; somos atraídos por el placer. ¿Qué significa ser atraído por el placer? “Deléitate en el Señor, y te dará lo que pida tu corazón” . Existe cierto gusto del corazón, que tiene sus delicias en el pan del cielo. Y más; si pudo decir el poeta: “Cada cual es atraído por su placer” (no dijo “por la necesidad” sino “por el placer”; no “por la fuerza” sino “por el deleite”) ¿con cuánta mayor razón deberemos decir nosotros que el hombre es atraído a Cristo cuando se deleita en la verdad, en la justicia, en la vida eterna que está toda en Cristo? ¿Acaso el cuerpo tendrá sus deleites, y se verá privado de los suyos el alma? Si el alma no tiene sus propios deleites, ¿por qué se ha dicho: “Los hijos de los hombres esperarán bajo las sombras de tus alas”? Quedarán embriagados con la abundancia de tu casa, y les harás beber en el torrente de tus delicias; porque en ti está la fuente de la vida, y en ti veremos la luz. [Responsory1] R. El Señor les enseñó la disciplina y la sabiduría, aleluya; les confirmó en la gracia de su Espíritu, * Y llenó sus corazones de inteligencia, aleluya. V. Con un repentino rumor el Espíritu Santo vino sobre ellos. R. Y llenó sus corazones de inteligencia, aleluya. [Lectio2] Si tratamos estas cosas con el que ama, con el que desea, con el que anhela, con el que anda peregrinando en esta soledad, con el que está sediento y aspira por la fuente de la vida eterna, estos tales a la verdad saben muy bien lo que digo. Mas si hablo con un corazón frío no sabe de qué hablo. Tales eran los judíos que murmuraban entre sí. El Salvador añade: “Aquel a quien mi Padre atrae, viene a mí”. Mas ¿qué significan estas palabras: “Aquel a quien mi Padre atrae”, si es el mismo Cristo quien atrae? Si hemos de ser atraídos, seámoslo por aquel a quien un alma amante decía: “Corremos tras el olor de tus perfumes”. Consideremos atentamente, amados hermanos, lo que el Salvador quiere que entendamos y comprendamos en la medida de nuestras fuerzas. El Padre atrae hacia el Hijo a los que creen en el Hijo, en cuanto están persuadidos de que tiene a Dios por Padre. Dios Padre, efectivamente, ha engendrado un Hijo igual a sí; y al hombre que reconoce en su mente que aquel en quien cree es igual al Padre, que posee en su fe el sentimiento de esta verdad y la medita, el Padre le atrae hacia su Hijo. [Responsory2] R. Id a todo el mundo, y predicad el Evangelio, aleluya. * El que creyere y fuere bautizado, se salvará, aleluya, aleluya, aleluya. V. En mi nombre lanzarán los demonios, hablarán nuevas lenguas, manosearán las serpientes. R. El que creyere y fuere bautizado, se salvará, aleluya, aleluya, aleluya. &Gloria R. El que creyere y fuere bautizado, se salvará, aleluya, aleluya, aleluya. [Lectio3] Arrio ha creído que Cristo es una criatura; no le atrae el Padre, porque no considera al Padre el que no cree que el Hijo le es igual. ¿Qué dices Arrio? ¿qué dices hereje? ¿qué hablas? ¿Quién es Cristo? Dices: No es Dios verdadero, puesto que lo hizo el Dios verdadero. No te atrae el Padre, pues no has entendido al Padre, cuyo Hijo niegas. Lo que tú piensas sobre Cristo es diferente de lo que es en realidad; no eres atraído por el Padre, ni eres atraído al Hijo, pues una cosa es el Hijo y otra lo que tú dices. Fotino dice: Cristo es sólo hombre, no es Dios. Al que así piensa, no le atrae el Padre. ¿A quién atrae el Padre? A aquel que dice: “Tú eres el Cristo, Hijo de Dios vivo”. Muestras a la oveja un ramo de olivo verde, y la atraes. Muestras unas nueces al niño, y se siente atraído; cuando corre es porque se ha sentido atraído por una cosa que le place, sin violencia exterior, por el solo estímulo del corazón. De consiguiente si las cosas que son deleitables y agradables atraen a los corazones amantes, según dice la máxima: “Cada cual es atraído por su placer”, ¿no tendrá este atractivo Jesucristo, que nos es manifestado por el Padre? ¿Qué otra cosa desea el alma más ardientemente que la verdad? &teDeum [Ant 2] Yo soy el pan vivo * que ha bajado del cielo, dice el Señor. Aleluya, aleluya. [Ant 3] Yo soy el pan vivo * que ha bajado del cielo: El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. Aleluya.