[Officium] Sabbato infra Hebdomadam IV post Epiphaniam [Lectio1] Empieza la Epístola segunda del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses !2 Tes 1:1-5 1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de Tesalónica en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: 2 gracia y paz sean con vosotros de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo. 3 Hemos de dar a Dios gracias incesantes por vosotros, hermanos; y es esto muy justo, porque se acrecienta en gran manera vuestra fe y va en progreso vuestra mutua caridad, 4 y nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y vuestra fe en todas vuestras persecuciones y en las tribulaciones que soportáis. 5 Ello es prueba del justo juicio de Dios, en el que seréis juzgados dignos del reino de Dios, por el cual padecéis. [Lectio2] !2 Tes 1:6-12 6 Pues es justo a los ojos de Dios retribuir con tribulación a los que os atribulan, 7 y a vosotros, atribulados, con descanso, en compañía nuestra, en la manifestación del Señor Jesús desde el cielo con sus milicias angélicas, 8 tomando venganza con llamas de fuego sobre los que desconocen a Dios y no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús. 9 Esos serán castigados a eterna ruina, lejos de la faz del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando venga, en aquel día, para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que creyeron, y vosotros habéis creído a mi testimonio. 11 Para eso sin cesar rogamos por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de vuestra vocación, y con su poder convierta en realidad todo buen deseo de santidad y obra de fe, 12 de suerte que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros y vosotros en Él, según la gracia de Dios y del Señor Jesucristo. [Lectio3] !2 Tes 2:1-4 1 Por lo que hace a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con Él, 2 os rogamos, hermanos, que no os turbéis de ligero, perdiendo el buen sentido, y no os alarméis, ni por espíritu, ni por discurso, ni por epístola atribuida a nosotros, como si el día del Señor estuviese inminente. 3 Que nadie en modo alguno os engañe, porque antes ha de venir la apostasía y ha de manifestarse el hombre del pecado, el hijo de la perdición, 4 que se opone y se alza contra todo lo que se dice Dios o es adorado, hasta sentarse en el templo de Dios y proclamarse Dios a sí mismo.