[Ant 1] En tus muros, * Jerusalén, puse centinelas; de día y de noche no cesarán de alabar el nombre del Señor. [Lectio1] Empieza el Profeta Miqueas. !Miq 1:1-3 1 Palabra de Yahvé, que fue dirigida a Miqueas, de Morasti, en los días de Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, lo que vio sobre Samaría y sobre Jerusalén: 2 ¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende tu tierra y cuanto en ella se contiene! Que el Señor, Yahvé, va a litigar con vosotros; 3 el Señor, desde su santo templo. Pues he aquí que Yahvé va a salir de su lugar, va a descender para caminar sobre las cumbres de la tierra. [Lectio2] !Miq 1:4-6 4 Y bajo Él se fundirán los montes y se hendirán los valles, como al fuego se derrite la cera, como aguas que se precipitan por un despeñadero. 5 Todo por la prevaricación de Jacob, todo por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la prevaricación de Jacob? ¿Acaso no es Samaría? ¿Y cuáles los excelsos de Judá? ¿Acaso no es Jerusalén? 6 Pues yo convertiré a Samaría en majano campestre, en plantaciones de viñas, y arrojaré sus piedras en el valle, y pondré al desnudo sus cimientos. [Lectio3] !Miq 1:7-9 7 Y todas sus esculturas serán abatidas, y todos sus salarios serán abrasados por el fuego, todos sus ídolos serán arruinados, porque son mercedes de prostitución, y en salario de prostitución se convertirán. 7 Por eso yo gimo y me lamento, y voy descalzo y desnudo, y aúllo como chacal, y gimo como avestruz. 8 Porque su desastre es irremediable y ha invadido a Judá, llegando hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. [Lectio4] Sermón de San Basilio Magno sobre el Salmo treinta y tres. Cuando os invada el deseo de pecar, pensad en aquel terrible y formidable tribunal de Jesucristo, donde Él estará sentado como juez en un trono prominente y elevado. Toda criatura comparecerá allí de pie y temblando en su gloriosa presencia; todos daremos cuenta de los actos de nuestra vida. Los que cometieron muchas maldades se verán rodeados de ángeles terribles y horrorosos, de mirada encendida, respirando fuego, mostrando por estos signos la crueldad de sus propósitos y de rostros sombríos, tenebrosos como la noche, reveladores de su amargura y del odio que profesan a los hombres. [Lectio5] Representaos una sima profunda, llena de espesísimas tinieblas; un fuego sin resplandor, apto para quemar, pero desprovisto de luz; una especie de gusanos venenosos, que devoran la carne sin tregua ni descanso, pero que nunca se sacian, produciendo por sus mordeduras dolores intolerables; y el más riguroso de todos los suplicios, el oprobio y la confusión sin fin. Temed todo esto, y servíos de este temor como de un freno para impedir que vuestras almas sean arrastradas al pecado por la concupiscencia. [Lectio6] Este temor del Señor es el que el Profeta prometió enseñar a los que quisieran escucharlo; no a los que se han alejado, sino a los que corren afanosos en busca de la salvación; no a los que se desentienden de las promesas, sino a los que por el bautismo de los hijos de adopción, se han reconciliado e incorporado al mismo Verbo. '‘Venid”, acercaos a mí por las buenas obras “hijos míos”, que habéis merecido por la regeneración convertiros en hijos de la luz; “escuchad”, vosotros que tenéis abiertos los oídos del corazón; “os enseñaré el temor del Señor” del que acabamos de tratar en nuestro discurso.