[Lectio1] Del Libro segundo de los Macabeos. !2 Mac 4:1-5 1 El ya mencionado Simón, el delator del tesoro y de la patria, hablaba mal de Onías, afirmando ser él quien había maltratado a Heliodoro y el autor de todo el mal. 2 Al bienhechor de la ciudad, al defensor de sus ciudadanos, al celador de la Ley, se atrevía a llamarle traidor al reino. 3 Tan adelante fue esta enemistad, que hasta llegaron a cometerse homicidios por parte de algunos parciales de Simón; 4 tanto, que Onías, considerando lo peligroso de estas rivalidades y que Apolonio, hijo de Menesteo, general de la Celesiria y la Fenicia, favorecía la maldad de Simón, 5 se fue a ver al rey, no como acusador de sus conciudadanos, sino mirando al interés común, y en particular al de toda la nación. [Lectio2] !2 Mac 4:6-9 6 Veía que sin la intervención del rey era imposible lograr la paz en el gobierno y que Simón no cesaría en su locura. 7 Muerto Seleuco y apoderado del reino Antíoco, por sobrenombre Epifanes, Jasón, hermano de Onías, comenzó a ambicionar el sumo sacerdocio; 8 y en una audiencia prometió al rey trescientos sesenta talentos de plata, ochenta talentos más de otras rentas, 9 y sobre éstos, ciento cincuenta más, si se le autorizaba para instalar un gimnasio y una mancebía y se concedía a los de Jerusalén la ciudadanía antioquena. [Lectio3] !2 Mac 4:10-11 10 Accedió el rey; y Jasón, obtenido el poder, luego se dio a introducir las costumbres griegas entre sus conciudadanos. 11 Abolió los privilegios otorgados a los judíos por el favor de los reyes, gracias a las gestiones de Juan, padre de Eupolemo, el que desempeñó la embajada para obtener la amistad y alianza de los romanos; contra los derechos ciudadanos introducía costumbres impías.