[Ant 1] Al hablar así, * Job no pecó ni dijo nada contra Dios. [Lectio1] Del Libro de Job. !Job 9:1-5 1 Respondió Job, diciendo: 2 En verdad, yo sé que es así: ¿Cómo justificarse un hombre frente a Dios? 3 Si quisiera contender con Él, de mil cargos no podría responder a uno. 4 Él es sabio de corazón y robusto de fuerza: ¿Quién se le opondrá y saldrá ileso? 5 Él desplaza los montes sin que se den cuenta, y en su ira los trastorna. [Lectio2] !Job 9:6-10 6 Él sacude la tierra en su sitio, estremécense sus columnas. 7 Él manda al sol, y éste no brilla, y guarda bajo sello las estrellas. 8 Él solo tiende los cielos y camina sobre las crestas del mar. 9 Él creó la Osa, el Orion y las Pléyades y las cámaras del cielo austral. 10 Él obra cosas grandes e insondables, maravillas sin cuento. [Lectio3] !Job 9:11-17 11 Si pasa ante mí, yo no le veo; se desliza, y yo no lo advierto. 12 Si coge una presa, ¿quién se la arrebatará? ¿Quién podrá decirle: ¿Qué es lo que haces? 13 Dios no reprime su cólera: bajo Él se encorvaron los auxiliares de Rahab. 14 ¡Cuánto menos podría yo responderle y rebuscar razones contra Él! 15 Aun teniendo razón, no podría responderle, y habría de implorar gracia para mi causa. 16 Y aunque le hablara yo y Él me respondiese, no osaría creer que había oído mi voz. 17 Él es quien por un cabello me aplasta y multiplica sin motivo mis heridas. [Lectio4] Del Libro de los Morales de San Gregorio, Papa. !Libro 9, cap. 2. “Verdaderamente -dijo Job- yo sé que así es, que no hay hombre justo si se compara con Dios”. El hombre que aparece justo pierde esta apariencia si se compara con Dios. Porque quien se compara con el Autor de los bienes, se priva del bien que ha recibido. Quien se atribuye los bienes recibidos, lucha contra Dios con sus propios dones. Es justo que el orgulloso sea abatido en aquello por lo cual el humilde es exaltado. Job sabe muy bien que todo el mérito de nuestra virtud no es más que imperfección: “Si el hombre quiere disputar con Dios, no podrá responderle de mil cargos que le hará, a uno solo”. [Lectio5] La palabra mil denota ordinariamente en la Sagrada Escritura universalidad: “Nunca jamás ha puesto en olvido su alianza aquella palabra que dijo para miles de generaciones”. El Evangelista sólo cuenta setenta y siete generaciones desde el principio del mundo a la venida del Redentor. ¿Qué expresaría, pues, la palabra mil, si no expresara la universalidad completa de la generación predestinada por Dios a producir una raza nueva? A esto se refieren también estas palabras de San Juan: “Y reinarán con él mil años”. Porque evidentemente, la universalidad perfecta acaba de consolidar el reino de la santa Iglesia. [Lectio6] La unidad diez veces repetida, es la decena; diez por diez, da la centena; cien por diez, se eleva a mil. De uno llegamos a mil, ¿qué representa la unidad sino el principio de una vida buena? ¿Y qué representa la grandeza del número mil sino el término perfecto de esta vida buena? Mas entrar en discusión con Dios, equivale a negarle y atribuirse uno a sí mismo el mérito de la virtud que tiene. Considere el hombre santo: aunque hubiese recibido ya los dones más excelentes, los perderá absolutamente todos si se gloría de ellos.