[Ant 1] Al oír Job * las noticias de los mensajeros, las recibió pacientemente y dijo: Si hemos recibido del Señor los bienes, ¿por qué no soportamos los males? Al hablar así, Job no pecó ni dijo nada contra Dios. [Lectio1] Empieza el Libro de Job !Job 1:1-3 1 Había en tierra de Hus un varón llamado Job, hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2 Naciéronle siete hijos y tres hijas; 3 y era su hacienda de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y siervos en gran número, siendo grande aquel varón entre todos los orientales. [Responsory1] R. Si hemos recibido de las manos de Dios los bienes, ¿por qué no sobrellevaremos los males? * El Señor me lo dio, y el Señor me lo ha quitado; hágase lo que es de su agrado; bendito sea el nombre del Señor, V. Desnudo salí del seno de mi madre, y desnudo volveré a la tierra. R. El Señor me lo dio, y el Señor me lo ha quitado; hágase lo que es de su agrado; bendito sea el nombre del Señor. [Lectio2] !Job 1:4-5 4 Acostumbraban sus hijos a tener banquetes en sus casas, cada uno en su día, invitando a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. Cuando se completaba el ciclo de los días de convite, los convocaba para purificarlos; 5 y levantándose de madrugada, ofrecía por ellos holocaustos, según el número de todos ellos, pues decía Job: “No sea que hayan pecado mis hijos y hayan maldecido a Dios en su corazón.” Así hacía Job siempre. [Responsory2] R. Antes de comer suspiro, y mis quejas se levantan como el clamor de las aguas que se desbordan; por cuanto soy presa de los terrores que temía, y me ha acontecido lo que recelaba. ¿Acaso no disimulé? ¿No callé? ¿No me mantuve sosegado? * Y con todo ha caído sobre mí la divina indignación. V. He aquí que me encuentro desvalido, y hasta mis allegados se han apartado de mí. R. Y con todo ha caído sobre mí la divina indignación. [Lectio3] !Job 1:6-11 6 Sucedió un día que los hijos de Dios fueron a presentarse ante Yahvé, y vino también entre ellos Satán. 7 Y dijo Yahvé a Satán: “¿De dónde vienes?” Respondió Satán: “De dar una vuelta por la tierra y pasearme por ella.” 8 Y dijo Yahvé a Satán: “¿Has reparado en mi siervo Job, pues no lo hay como él en la tierra, varón íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” 9 Pero respondió Satán a Yahvé diciendo: “¿Acaso teme Job a Dios en balde?” ¿No le has rodeado de un vallado protector a él, a su casa y a todo cuanto tiene? 10 Has bendecido el trabajo de sus manos, y sus ganados se esparcen por el país, 11 Pero extiende tu mano y tócale en lo suyo, (veremos) si no te maldice en tu rostro. [Responsory3] R. ¿Por qué razón habéis contradicho las palabras de verdad? Vuestros estudiados razonamientos sólo se dirigen a zaherirme, y os esforzáis en perder a vuestro amigo. * Con todo, realizad vuestros proyectos. V. Juzgad rectamente y no hallaréis falsedad en mi lengua. R. Con todo, realizad vuestros proyectos. &Gloria R. Con todo, realizad vuestros proyectos. [Lectio4] Del Libro de los Morales de San Gregorio, Papa. !Libro 2, cap. 1. La Sagrada Escritura está puesta como un espejo ante la mirada del alma, para que podamos contemplar nuestra fisonomía interior. Vemos en ella lo que hay de hermoso o de feo en nosotros; y nos da a conocer nuestros progresos en el camino de la perfección o cuán lejos nos hallamos de ella. Narra lo que hicieron los santos y anima a nuestros débiles corazones a imitarlos; con el relato de sus hazañas, fortalece nuestra fragilidad contra el vicio; y nuestras almas, gracias a sus palabras, se sobreponen al temor de estos combates, ante los triunfos de tantos hombres esforzados. [Responsory4] R. Mi carne está cubierta de podre y de polvo inmundo; mi piel se ha secado y encogido. * Acuérdate de mí, oh Dios mío, porque mi vida es un soplo. V. Mis días han pasado más rápidamente que el tejedor corta la tela, y se han consumido sin esperanza alguna. R. Acuérdate de mí, oh Dios mío, porque mi vida es un soplo. [Lectio5] La Sagrada Escritura muestra en la victoria de los fuertes lo que ha de aprovecharnos y movernos a imitación, y, en la caída de los flacos, lo que debemos temer. Nos presenta a Job engrandecido por la prueba, y a David, abatido por la tentación, a fin de que las virtudes de nuestros mayores animen nuestra esperanza, y sus caídas nos hagan recurrir a la humildad; que el gozo por las primeras nos engrandezca, y la tristeza de los segundos nos refrene, y pueda el alma instruida por la confianza, que es hija de la esperanza, y por la humildad, que lo es del temor, no enorgullecerse porque el temor la refrena, ni desesperarse porque el ejemplo de la virtud fortalece sus esperanzas. [Responsory5] R. En breve terminará el corto número de mis días; deja, pues, Señor, que mi dolor se deshaga en llanto. * Antes de que yo vaya a aquella tierra tenebrosa y cubierta de mortal oscuridad. V. Tus manos me formaron; ellas plasmaron y moldearon todo mi cuerpo; ¿y tan de repente quieres despeñarme? R. Antes de que yo vaya a aquella tierra tenebrosa y cubierta de mortal oscuridad. [Lectio6] !Lib. 1 Moral., cap. 1 Había un hombre en la tierra de Hus llamado Job. La Escritura dice en dónde habitaba el santo hombre para hacer que resplandezca el mérito de su virtud. Hus es un país de gentiles; habían perdido el conocimiento de su Creador, y hallábanse entregados a todos los vicios. Es para Job motivo de alabanza el haber sido bueno en medio de los malos, ya que no es gran mérito ser bueno en compañía de los buenos, sino ser bueno en compañía de los malos. Y puesto que es mayor culpa no ser bueno con los buenos, es incomparablemente más glorioso ser bueno aun con los malos. [Responsory6] R. No me apartes, Señor, de tu presencia; retira tu mano de mí. * Y no me aterre tu temor, V. Corrígeme, Señor, con misericordia y no con enojo, no sea que me reduzcas a la nada. R. Y no me aterre tu temor. &Gloria R. Y no me aterre tu temor. [Responsory7] R. ¿Quién me diera, oh Señor, que eres el único Dios, que me guarecieses y escondieses en el sepulcro hasta que pase tu furor, * Y me señalases el plazo en que te has de acordar de mí? V. ¿Son acaso tus días como los días del hombre, para que hayas de ir inquiriendo mis iniquidades, siendo así que nadie pueda librarse de tus manos? R. Y me señalases el plazo en que te has de acordar de mí.