[Lectio1] Del Libro del Eclesiástico. !Sir 14:1-5 1 Dichoso el varón que no peca con su boca y no siente el remordimiento del pecado. 2 Dichoso aquel a quien no condena su corazón; no verá defraudada su esperanza. 3 El hombre tacaño, ¿para qué quiere la riqueza? y al avaro, ¿de qué le sirve el oro? 4 El que se impone privaciones amontona para otros, y con sus bienes otros se darán buena vida. 5 El que para sí mismo es malo, ¿para quién será bueno? Ni él disfruta de sus tesoros. [Lectio2] !Sir 14:6-10 6 Nadie más necio que el que para sí mismo es tacaño, y lleva ya en eso su castigo. 7 Si hace algún bien, es sin darse cuenta, y al fin viene a descubrir su maldad. 8 Es malo quien mira con envidia, el que vuelve su rostro y mira con desdén. 9 El ojo del codicioso no se sacia con su parte, y mientras busca lo del prójimo pierde lo suyo. 10 El ojo envidioso mira con envidia el pan que otro come, y a su propia mesa siempre hay alborotos. [Lectio3] !Sir 14:11-17 11 Hijo mío, según tus facultades, hazte bien a ti mismo y ofrece al Señor ofrendas dignas. 12 Acuérdate de que en el hades ya no hay goce, de que la muerte no tarda y no sabes cuándo vendrá. 13 Antes de tu muerte haz bien a tu prójimo y según tus posibles ábrele tu mano y dale. 14 No te prives del bien del día y no dejes pasar la parte de goce que te toca. 16 Mira que tienes que dejar lo tuyo para otros, y tu hacienda se la distribuirán tus herederos. 17 Da y torna y satisface tus deseos, que en el hades no hay que buscar placer.