[Lectio1] De las Parábolas de Salomón. !Prov 5:1-6 1 Hijo mío, atiende a la sabiduría, da oídos a la inteligencia, 2 para guardar el consejo y mantener en tus labios la ciencia. 3 Miel destilan los labios de la mujer extraña, y es su boca más suave que el aceite. 4 Pero su fin es más amargo que el ajenjo, punzante como espada de dos filos. 5 Van sus pies derechos a la muerte, llevan sus pasos al sepulcro. 6 No va por el camino de la vida, va errando por el camino sin saber adónde. [Responsory1] R. Dame, hijo mío, tu corazón, y fija tus ojos en mis caminos, * Para que una nueva gracia adorne tu frente. V. Atiende, hijo mío, a mi sabiduría, e inclina tu oído a mis palabras. R. Para que una nueva gracia adorne tu frente. [Lectio2] !Prov 5:7-13 7 Óyeme, pues, hijo mío, y no te apartes de las razones de mi boca. 8 Tente siempre lejos de su camino y no te acerques a la puerta de su casa, 9 para no dar tu honor a los extraños, y tus años a un cruel; 10 para que no disfruten extraños de tu hacienda y vayan tus trabajos a casa de otro, 11 y al fin tengas que llorar cuando veas consumidos tu carne y tu cuerpo, y hayas de exclamar: 12 Ay de mí, que odié la disciplina y no di oídos a los que me adoctrinaban. 13 No escuché la voz de los que me educaban y no di oídos a los que me enseñaban. [Lectio3] !Prov 5:20-23 20 ¿Para qué andar loco, hijo mío, tras la extraña y abrazar en tu seno a una extranjera? 21 Los caminos del hombre están a los ojos de Yahvé, Él ve todos sus pasos. 22 El impío queda preso en su propia iniquidad y cogido en el lazo de su culpa. 23 Morirá por falta de disciplina, y su gran necedad le perderá.