[Ant 1] La sabiduría * se construyó una casa, labró siete columnas; sometió a las naciones, y humilló con su poder la cabeza de los grandes y de los poderosos. [Lectio1] Empiezan las Parábolas de Salomón. !Prov 1:1-6 1 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel, 2 para aprender sabiduría e instrucción, 3 para entender sensatos dichos, para alcanzar instrucción y discreción, justicia, equidad y rectitud; 4 para dar prudencia a los inexpertos, perspicacia y circunspección a los jóvenes. 5 Oyéndolos el sabio crecerá en doctrina y el entendido adquirirá destreza 6 para entender las sentencias y los dichos agudos, las palabras de los sabios y sus enigmas. [Responsory1] R. En el principio, antes que Dios creara la tierra, antes que constituyera los abismos, antes que produjera las fuentes de las aguas, * Antes que fueran fijados los montes, antes que existieran los collados, me engendró el Señor. V. Cuando Él extendía los cielos estaba yo presente concertándolo todo con Él. R. Antes que fueran fijados los montes, antes que existieran los collados, me engendró el Señor. [Lectio2] !Prov 1:7-14 7 El principio de la sabiduría es el temor de Yahvé; son necios quienes desprecian la sabiduría y la disciplina. 8 Escucha, hijo mío, las amonestaciones de tu padre y no desdeñes las enseñanzas de tu madre, 9 pues serán corona de gloria en tu cabeza y collar en tu cuello. 10 Hijo mío, si los malos prentenden seducirte, no consientas. 11 Si te dicen: Ven con nosotros, pongamos asechanzas a la vida ajena, tendamos a placer lazos contra el justo, 12 traguémoslos vivos, como el “seol”; enteros, como los que bajan al sepulcro; 13 tendremos toda suerte de riquezas, henchiremos nuestras casas de despojos; 14 tendrás tu parte como todos nosotros, no habrá más que una bolsa para todos. [Responsory2] R. Yo sola di la vuelta al cielo, y me paseé por las olas del mar, y en todas las naciones y en todos los pueblos tuve la primacía. * Y pisé con mi poder la cerviz de los grandes y de los soberbios. V. Yo en los altísimos cielos puse mi morada, mi trono sobre una columna de nubes. R. Y pisé con mi poder la cerviz de los grandes y de los soberbios. [Lectio3] !Prov 1:15-19 15 No te vayas con ellos, hijo mío; ten tus pies muy lejos de sus sendas, 16 porque corren sus pies al mal y se apresuran a derramar sangre. 17 Pues en vano se tiende la red a los ojos de las aves aladas. 18 Con ello acechan a la propia vida y traman su propio daño. 19 Ahí lleva siempre la rapacidad; es un vicio que acaba por matar al que lo tiene. [Responsory3] R. Envía, Señor, la sabiduría desde el solio de tu grandeza, para que esté conmigo y conmigo obre. * A fin de que sepa en todo tiempo qué es lo que te place. V. Dame, Señor, aquella sabiduría que reside en tu trono. R. A fin de que sepa en todo tiempo qué es lo que te place. &Gloria R. A fin de que sepa en todo tiempo qué es lo que te place. [Lectio4] Del Tratado de San Ambrosio, sobre el Salmo 118. !Sermón 5, n. 36-37 “El temor de Dios es el principio de la sabiduría”, dice el Profeta; pero ¿en qué consiste el principio de la sabiduría sino en renunciar al mundo? En efecto, amar las cosas del mundo es locura, ya que, según el Apóstol, “la sabiduría de este mundo no es más que locura ante Dios”. A pesar de ello, si el temor del Señor no se fundara en la ciencia, de nada serviría; por lo contrario sería muy perjudicial. Los judíos son celosos por Dios, pero como su celo y su temor no se basan en la ciencia, desagradan más y más a la divinidad. El temor de Dios los mueve a circuncidar a sus hijos y a observar el sábado; pero, ignorando que la ley es espiritual, practican la circuncisión del cuerpo, no la del corazón. [Responsory4] R. Dame, Señor, aquella sabiduría que reside en tu trono, y no quieras excluirme del número de tus hijos. * Ya que soy tu siervo e hijo de tu esclava. V. Envíala del solio de tu grandeza, para que esté conmigo, y conmigo obre. R. Ya que soy tu siervo e hijo de tu esclava. [Lectio5] ¿Por qué hablar de los judíos? Hay entre nosotros quienes temen a Dios con un temor no conforme con la ciencia, ya que imponen obligaciones tan pesadas, que no puede soportarlas la debilidad humana. Muestran mucho interés por la observancia de la ley y la práctica de la virtud; pero hay ignorancia porque no saben compadecerse de la fragilidad de la naturaleza, ni apreciar sus posibilidades. Si la verdadera sabiduría empieza por el temor de Dios, y la sabiduría espiritual no existe sin el temor de Dios, tampoco podrá darse este temor sin la sabiduría. [Responsory5] R. El temor de Dios es el principio de la sabiduría: * Buen juicio tienen los que lo toman por norma; su alabanza subsiste eternamente. V. Su amor constituye la guarda de las leyes, porque toda sabiduría consiste en el temor de Dios. R. Buen juicio tienen los que lo toman por norma; su alabanza subsiste eternamente. [Lectio6] Un temor de Dios bien ordenado sirve de base a la palabra divina. Una estatua tiene un pedestal en que reposa, le da más gracia y un firme apoyo; así la divina palabra se encuentra mejor asentada en un temor bien ordenado y más fuertemente arraiga en el alma que teme al Señor; este temor impide que la divina semilla caiga fuera del corazón del hombre, y que se aprovechen los pájaros de su incuria y negligencia para arrebatársela. [Responsory6] R. Aparta lejos de mí, Señor, toda palabra perversa y falsa: * No me des ni riquezas ni pobreza, sino tan sólo lo necesario para mi sustento. V. Dos cosas te he pedido; no me las niegues antes que muera. R. No me des ni riquezas ni pobreza, sino tan sólo lo necesario para mi sustento. &Gloria R. No me des ni riquezas ni pobreza, sino tan sólo lo necesario para mi sustento. [Responsory7] R. Oh Señor, Padre mío y Dios de mi vida, no me abandones a mis malos pensamientos; no me des ojos altaneros, y aparta de mí, Señor, todo mal deseo; quita de mí la intemperancia, * Y no me entregues a un ánimo inverecundo y desenfrenado. V. No me abandones, Señor; no sea que se acrecienten mis ignorancias y se multipliquen mis faltas. R. Y no me entregues a un ánimo inverecundo y desenfrenado.