[Officium] S. Stephani Protomartyris [Ant 1] Esteban, * lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos entre la gente. [Oratio] Concédenos, Señor, imitar las virtudes de San Esteban, cuya entrada en la gloria celebramos; y, así como él supo rogar por sus mismos perseguidores, sepamos nosotros amar a nuestros enemigos. $Qui tecum [Invit] A Cristo nacido, que hoy ha coronado a Esteban, * Venid, adorémosle. [Lectio1] De los Hechos de los Apóstoles !Act 6:1-6 1 En aquellos días, creciendo el número de los discípulos, se suscitó una queja de los griegos contra los hebreos, porque no se hacía caso de sus viudas en el servicio del sustento diario. 2 En atención a esto, los doce, convocando a todos los discípulos, les dijeron: No es justo que nosotros descuidemos la predicación de la palabra de Dios para atender a las mesas. 3 Por tanto, hermanos, nombrad de entre vosotros siete sujetos de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de inteligencia, a los cuales encarguemos este ministerio. 4 Y con esto podremos nosotros emplearnos enteramente en la oración y en la predicación de la palabra divina. 5 Pareció bien esta propuesta a toda la asamblea, y así nombraron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, Parmenas y a Nicolás, prosélito antioqueno. 6 Presentáronlos a los Apóstoles, los cuales, haciendo oración, les impusieron las manos. [Responsory1] R. Esteban, lleno de gracia y fortaleza, * Obraba prodigios y grandes milagros en el pueblo. V. Se levantaron algunos de la Sinagoga, disputando con Esteban, y no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu que hablaba en él. R. Obraba prodigios y grandes milagros en el pueblo. [Lectio2] !Act 6, 7-10;7, 54 7 Entretanto la palabra de Dios iba fructificando, y multiplicándose sobremanera el número de los discípulos en Jerusalén, y se sometían también a la fe muchos de los sacerdotes. 8 Mas Esteban, lleno de gracia y de fortaleza, obraba grandes prodigios y milagros entre el pueblo. 9 Levantáronse, pues, algunos de la Sinagoga llamada de los Libertinos, de los Círeneos, de los Alejandrinos, de los Cilicianos y de los Asiáticos, y trabaron disputas con Esteban, 10 pero no podían contrarrestar a la sabiduría y al Espíritu que hablaba en él. 54 Al oír tales cosas, ardían en cólera sus corazones, y crujían los dientes contra él. [Responsory2] R. Todos los que estaban en la asamblea veían a Esteban: * Y miraban su semblante como el semblante de un Ángel que estaba con ellos. V. Lleno de gracia y de fortaleza obraba grandes prodigios y milagros en el pueblo. R. Y miraban su semblante como el semblante de un Ángel que estaba con ellos. [Lectio3] !Act 7:55-59 55 Mas Esteban, estando lleno del Espíritu Santo, y fijando los ojos en el cielo vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios. 56 Y dijo: estoy viendo ahora los cielos abiertos, y al Hijo del hombre a la diestra de Dios. 57 Entonces, clamando ellos con gran griterío, se taparon los oídos, y todos a una arremetieron contra él. Y arrojándole fuera de la ciudad le apedrearon, y los testigos depositaron sus vestidos a los pies de un mancebo que se llamaba Saulo. 58 Y apedreaban a Esteban, el cual estaba orando, y diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 59 Y poniéndose de rodillas, clamó en alta voz: Señor, no les hagas cargo de este pecado. Y dicho esto, durmiose en el Señor. [Responsory3] R. Esteban, fijando los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y dijo: * Estoy viendo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios. V. Estando lleno del Espíritu Santo, Esteban, mirando el cielo, vio la gloria de Dios, y dijo. R. Estoy viendo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios. &Gloria R. Estoy viendo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios. [Lectio4] Sermón de San Fulgencio, Obispo. !Sermón 3 de San Esteban, cerca del principio. Ayer celebramos el nacimiento temporal del Rey eterno; hoy celebramos el martirio glorioso del soldado. Ayer nuestro Rey revestido de carne mortal, saliendo del seno virginal, se dignó visitar el mundo; hoy el soldado, saliendo de la tienda del cuerpo, triunfante partió para el cielo. Aquél, conservando la majestad de su Deidad eterna y revistiéndose de la carne servil, entró en el campo de este mundo para pelear; éste, depuesto el vestido del cuerpo corruptible, subió al palacio del cielo para reinar eternamente. Aquél descendió revestido de carne; éste sube enrojecido con la sangre. [Responsory4] R. Apedreaban a Esteban, el cual oraba diciendo: * Señor Jesucristo recibe mi espíritu, y no les hagas cargo de este pecado. V. Y puesto de rodillas, clamó en alta voz, exclamando. R. Señor Jesucristo recibe mi espíritu, y no les hagas cargo de este pecado. [Lectio5] Este sube apedreándole los Judíos, porque aquél descendió alegrándose los Ángeles. Gloria a Dios en las alturas, ayer los santos Ángeles gozosos cantaron; hoy alegres reciben en su compañía a Esteban. Ayer el Señor salió del seno de la Virgen; hoy el soldado sale de la cárcel de la carne. Ayer Cristo por nosotros fue envuelto en pañales; hoy Esteban es revestido con estola de inmortalidad. Ayer la estrechez del pesebre albergó a Cristo infante; hoy la inmensidad del cielo recibe a Esteban vencedor. El Señor descendió solo, para elevar a muchos; se humilló nuestro Rey para ensalzar a sus soldados. [Responsory5] R. Todos arremetieron contra él, y le arrojaron fuera de la ciudad mientras oraba y decía: * Señor Jesús, recibe mi espíritu. V. Y los testigos depositaron los vestidos a los pies de un mancebo que se llamaba Saulo, y apedreaban a Esteban, el cual estaba orando y diciendo. R. Señor Jesús, recibe mi espíritu. [Lectio6] Mas nos es necesario, hermanos, conocer de qué armas estaba provisto Esteban para triunfar de la crueldad de los Judíos, para que así gloriosamente pudiera ser vencedor. Para conseguir Esteban la corona que su mismo nombre significa, tenía por arma la caridad, y con ella vencía en todas partes. Dotado del amor de Dios, no sucumbió a la persecución de los Judíos; por caridad hacia el prójimo, rogó por los que le apedreaban. Por caridad argüía a los que andaban extraviados a fin de que se enmendaran; por caridad rogaba por los apedreadores, para que no fueran castigados. Sostenido por la caridad, venció a Saulo que le perseguía cruelmente. Y al que tuvo por perseguidor en la tierra, mereció tenerle por compañero en el cielo. [Responsory6] R. Los impíos maquinaron una maldad contra el justo, para entregarle a la muerte: * Mas él, gozoso recibió las piedras, a fin de merecer la corona de la gloria. V. Cerraron los oídos y a una arremetieron contra él. R. Mas él, gozoso recibió las piedras, a fin de merecer la corona de la gloria. &Gloria R. Mas él, gozoso recibió las piedras, a fin de merecer la corona de la gloria. [Lectio7] Lección del Santo Evangelio según S. Mateo !Mt 23:34-39 En aquel tiempo: Decía Jesús a los escribas y fariseos: He ahí que Yo os envío profetas, y sabios, y escribas, y degollaréis a unos y crucificaréis a otros. Y lo que sigue. _ Homilía de San Jerónimo, Presbítero. !Libro 4, de los coment. sobre el cap. 23 de San Mateo. Estas palabras “Llenad la medida de vuestros padres”, que ya dijimos se referían a la persona del Señor, por cuanto había de ser crucificado por ellos, pueden también aplicarse a sus discípulos, de quienes ahora se dice: “He aquí que Yo os envío profetas y sabios y escribas”. Al propio tiempo debemos observar, conforme lo advierte el Apóstol escribiendo a los Corintios, que son diversos los dones de los discípulos de Cristo. Unos son profetas, los cuales anuncian lo venidero; otros tienen el don de la sabiduría por el cual disciernen cuándo es oportuno hablar; otros son doctores muy peritos en la ley. Entre estos últimos, Esteban fue apedreado; Pablo muerto; crucificado Pedro, y azotados los discípulos, según los Hechos de los Apóstoles. [Responsory7] R. Esteban, siervo de Dios, a quien los judíos apedrearon, vio los cielos abiertos, los vio y entró en ellos. * Dichoso el hombre al cual los cielos estaban manifiestos, V. Mientras caía sobre él una violenta lluvia de piedras, le iluminó, atravesando los espacios etéreos un resplandor salido del cielo. R. Dichoso el hombre al cual los cielos estaban manifiestos. [Lectio8] Preguntamos quién sea este Zacarías hijo de Baraquías; ya que conocemos por la Biblia varios Zacarías. Mas para que no pudiésemos equivocarnos, se añade: “Al que matasteis entre el templo y el altar”. En diversos autores he podido leer diversas opiniones, y por lo mismo debo manifestar la opinión de cada uno. Unos dicen que este Zacarías hijo de Baraquías es el undécimo de los profetas por llevar su padre el nombre citado en el Evangelio. Mas que fuera muerto entre el templo y el altar, la Escritura no lo dice, y, por otra parte, en sus tiempos apenas existían las ruinas del templo. Otros, influidos por las fantasías de algunos apócrifos, sostienen que se trata de Zacarías, padre de Juan Bautista, pretendiendo que fue muerto, por haber predicado la venida del Salvador. [Responsory8] R. Las puertas del cielo se abrieron al Mártir de Cristo, el bienaventurado Esteban, a quien cupo el primer lugar en el número de los Mártires: * Y por lo mismo triunfa coronado en el cielo, V. La muerte que nuestro Salvador se dignó padecer por nosotros, Esteban fue el primero que la ofreció en retorno al Señor. R. Y por lo mismo triunfa coronado en el cielo. &Gloria R. Y por lo mismo triunfa coronado en el cielo. [Lectio9] Otros quieren que este Zacarías sea el que mató Joás, rey de Judá, entre el templo y el altar, según la historia de los Reyes. Mas aquel Zacarías no es hijo de Baraquías, sino hijo del sacerdote Joíada. Por lo cual dice la Escritura: “No se acordó Joás de que su padre Joíada le había hecho muchos beneficios”. Teniendo, pues, por una parte, a Zacarías, y siendo, por otra, el lugar en que sufrió la muerte el antes indicado, preguntamos: ¿por qué se dice hijo de Baraquías y no de Joíada? Baraquías en nuestra lengua significa Bendito del Señor, y en hebreo Joíada significa justicia. En el Evangelio de que se sirven los Nazarenos en lugar de hijo de Baraquías, hallamos hijo de Joíada. &teDeum [Ant Laudes] Apedrearon a Esteban, * mientras invocaba al Señor diciendo: No les tengas en cuenta este pecado. Las piedras * le resultaron suaves. Le siguen todas las almas justas. Mi alma está unida * a ti, porque mi cuerpo ha sido apedreado por ti, Dios mío. Esteban vio * los cielos abiertos, vio y entró. Dichoso el hombre a quien se le abren los cielos. Estoy contemplando * los cielos abiertos, y a Jesús a la derecha de Dios. [Capitulum Laudes] !Act 6:8 v. Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos entre la gente. $Deo gratias [Versum 2] V. Hombres piadosos sepultaron a Esteban. R. E hicieron gran duelo por él. [Octava 2] !Conmemoración de la Octava de S. Esteban Ant. Esteban, * lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos entre la gente. _ V. Hombres piadosos sepultaron a Esteban. R. E hicieron gran duelo por él. _ $Oremus v. Te rogamos, Señor, nos concedas el favor de imitar lo que veneramos, para que aprendamos a amar aun a nuestros enemigos, pues celebramos el natalicio de aquel que supo rogar por sus perseguidores a nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo: $Qui tecum [Lectio Prima] !Act 7:59 v. Luego, cayendo de rodillas, lanzó un clamoroso grito: Señor, no les tengas en cuenta este pecado. Y, dicho esto, se durmió en el Señor. [Capitulum Sexta] !Act. 6, 9-10 v. Unos cuantos de la Sinagoga, llamada de los libertos, oriundos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograron hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. $Deo gratias [Versum 3] V. Esteban vio los cielos abiertos. R. Vio y entró. Dichoso el hombre a quien se le abren los cielos. [Ant 3] Hombres piadosos * sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. [Octava 3] !Conmemoración de la Octava de S. Esteban Ant. Hombres piadosos * sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. _ V. Esteban vio los cielos abiertos. R. Vio y entró. Dichoso el hombre a quien se le abren los cielos. _ $Oremus v. Te rogamos, Señor, nos concedas el favor de imitar lo que veneramos, para que aprendamos a amar aun a nuestros enemigos, pues celebramos el natalicio de aquel que supo rogar por sus perseguidores a nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo: $Qui tecum