[Officium] S. Thomæ Apostoli [Ant 1] Porque me has visto, Tomás, has creído: dichosos los que creen sin haber visto. Aleluya. [Oratio] Concédenos, Señor, celebrar con alegría la fiesta del apóstol Santo Tomás, para que seamos ayudados por su protección y con una devoción conveniente imitemos su fe. $Per Dominum [Lectio4] Tomás Apóstol, que también es conocido con el nombre de Dídimo, natural de Galilea, después de haber recibido el Espíritu Santo, recorrió muchas provincias para predicar el Evangelio de Jesucristo. Enseñó la fe y los preceptos de la vida cristiana a los Partos, Medos, Persas, Hircanos y Bactrianos. Por último, dirigiéndose a los Indios, les instruyó en la religión cristiana. Y como la santidad de su vida y de su doctrina excitase la admiración de los Indios hacia el Apóstol y su amor a Jesucristo, el rey de aquel país, adorador de los ídolos y lleno de cólera, condenó a muerte a Tomás. Atravesado por los dardos, murió en Calamina, realzando el honor de su apostolado coronado con el martirio. [Lectio7] Lectura del Santo Evangelio según San Juan !Jn 20:24-29 En aquel tiempo: Tomás, uno de los doce, que tenía por nombre Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y lo que sigue. _ Homilía de San Gregorio, Papa. !Hom. 26 sobre el Evangelio, después del medio. ¿Qué reflexiones tenéis, amadísimos, al oír la lectura de este Evangelio? ¿Atribuís al azar que un discípulo elegido estuviese ausente en su aparición, pero que, llegando después, oyese el relato; que, oyéndolo, dudase; que, dudando se conmoviese: y, que conmovido, creyese? Esto no ocurrió por azar, sino por disposición divina. La bondad divina lo dispuso de un modo admirable, para que aquel discípulo que dudó, al palpar las heridas del cuerpo de su Maestro, curase en nosotros las llagas de la infidelidad. Porque la duda de Tomás sirvió para afirmar nuestra fe más que la fe de los otros discípulos convencidos. Porque al ver que este Apóstol retorna a la fe tocando a Jesucristo, nuestra alma renuncia a toda duda y se fortalece en la fe. [Lectio8] Si el Señor permitió que, después de su Resurrección, dudase un discípulo, no lo abandonó en la duda. Así como antes de su nacimiento quiso que tuviese María un esposo, sin dejar de ser virgen, así este discípulo, dudando primeramente, y tocando después las llagas del Señor, se convirtió en testigo de la verdad de la Resurrección, como el Esposo de la Madre de Dios fue guardián de su purísima virginidad. Tomás palpó las llagas y exclamó: “Señor mío y Dios mío”. Jesús le dijo: “Porque me has visto, Tomás, has creído”. Por eso S. Pablo dice: “Porque la fe es fundamento de las cosas que se esperan, y prueba de las cosas que no se ven”; cierto es que la fe es demostración de las verdades invisibles; porque las verdades evidentes ya no son el objeto de la fe, sino del conocimiento. [Lectio9] ¿Por qué el Señor dijo a Tomás, tras haber palpado: “Porque me has visto, Tomás, has creído”? Porque una cosa es lo que vio, y otra lo que creyó. Un hombre mortal no puede ver la divinidad. Vio a Jesús hombre, y lo confesó Dios, diciendo: “Señor mío y Dios mío”. Viendo, pues, creyó; considerando la humanidad verdadera de Jesucristo, proclamó su divinidad, que sus miradas no podían ver. Las palabras siguientes son motivo de alegría: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron”. Sentencia que se dirige a los que, no habiéndole visto en su carne, lo retenemos en nuestras almas por la fe. Nosotros somos los designados por el Salvador, a condición de que nuestras obras estén de conformidad con nuestra fe. Porque sólo cree en verdad quien practica lo que cree. &teDeum