[Officium] S. Luciæ Virginis et Martyris [Name] Lucía, tu Virgen y Mártir [Ant Vespera] Mientras Santa Lucía oraba, * se le apareció Santa Águeda para consolar a la esclava de Cristo.;;109 Virgen Lucía, * ¿por qué me pides lo que tú misma podrías proporcionar enseguida a tu madre?;;112 Por ti, virgen Lucía, * honrará el Señor Jesucristo a la ciudad de Siracusa.;;121 Te bendigo, * Padre de mi Señor Jesucristo, porque tu Hijo ha apagado el fuego de mi costado.;;126 Hermana mía, Lucía, * virgen consagrada a Dios, ¿por qué me pides lo que tú misma podrías proporcionar enseguida a tu madre?;;147 [Ant 1] Con tu paciencia * te hiciste dueña de tu alma, Lucía, esposa de Cristo: odiaste las cosas del mundo y brillas con los Ángeles, y con tu sangre propia venciste al enemigo. [Lectio4] Lucía, virgen de Siracusa, ilustre ya desde su infancia no solamente por la nobleza de su linaje sino también por su fe, vino a Catania juntamente con su madre Eutiquia, que estaba enferma de un flujo de sangre, para venerar el cuerpo de la bienaventurada Águeda. Sus oraciones junto al sepulcro de la Santa obtuvieron la salud de su madre. Conseguida esta gracia, rogó a su madre que le permitiera entregar a los pobres de Jesucristo cuanto había de darle como dote. Por esto volvió a Siracusa, vendió sus bienes y distribuyó su producto entre los pobres. [Responsory4] R. Oh virgen Lucía, ¿por qué me pides aquello que tú misma puedes proporcionar enseguida a tu madre? Pues he ahí que tu fe la ha socorrido, y ha curado: * Porque con tu virginidad preparaste a Dios una morada agradable. V. Así como por mí la ciudad de Catania es sublimada por Cristo, así por ti será honrada la ciudad de Siracusa. R. Porque con tu virginidad preparaste a Dios una morada agradable. [Lectio5] Cuando aquel a quien los padres de Lucía, contra la voluntad de ésta, la habían prometido en matrimonio supo esto, la acusó al prefecto Pascasio de que era cristiana. Y como Pascasio no pudiese conseguir, ni con ruegos ni con amenazas, que venerara a los ídolos, antes al contrario, cuanto más se esforzaba en apartarla de su propósito, tanto más se mostraba ardiente en confesar su fe cristiana, le dijo: “Cesarán tus palabras cuando pasemos a los castigos”. “A los siervos de Dios, dijo la Virgen, no les pueden faltar las palabras, ya que les tiene dicho nuestro Señor Jesucristo: Cuando estuviereis ante los reyes y gobernadores, no penséis de antemano lo que habéis de decir, sino hablad lo que os será inspirado en aquel trance, porque no seréis entonces vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu Santo es el que hablará en vosotros”. [Responsory5] R. He rogado a mi Señor Jesucristo, a fin de que no me dominase este fuego; * Y he conseguido un aplazamiento a mi martirio. V. En lugar de amarme, me calumniaban; mas yo rogaba. R. Y he conseguido un aplazamiento a mi martirio. [Lectio6] Preguntada por Pascasio: “¿Juzgas que el Espíritu Santo está en ti?”, respondió: “Creo que cuantos observan una vida piadosa y casta son templo del Espíritu Santo”. Contestó el tirano: “Mandaré que seas conducida a un lugar infame, para que te abandone el Espíritu Santo”. Replicó la virgen: “Si por fuerza mandas que mi cuerpo sea profanado, mi castidad será honrada con doble corona”. Por lo cual Pascasio, lleno de ira, mandó que Lucía fuese llevada donde su virginidad quedara violada. Mas, por obra de Dios, la virgen permaneció firme e inmóvil y no hubo fuerza que la pudiese apartar de aquel lugar. Por ello, el prefecto mandó encender una hoguera a su alrededor, después de haberla cubierto de pez, resina y aceite hirviendo. Mas como ni las llamas le causaran el más pequeño mal, la atormentó de muchas maneras, y atravesaron su garganta con la espada, pero Lucía siguió profetizando la paz de la Iglesia, que seguiría a la muerte de Diocleciano y Maximiano, y entregó su espíritu a Dios el día 13 de diciembre. Fue sepultada en Siracusa, trasladada después a Constantinopla y al fin a Venecia. [Responsory6] R. El Señor la llenó de gracia en el combate, por lo cual fue glorificada delante de Dios y de los hombres; en presencia de los príncipes hablaba sabiamente: * Y el Señor de todas las cosas la amó. V. La ayudará Dios con su presencia; Dios está dentro de ella, y no será conmovida. R. Y el Señor de todas las cosas la amó. &Gloria R. Y el Señor de todas las cosas la amó. [Lectio94] Lucía, virgen de Siracusa, noble de cuna, y por su fe cristiana, fue a la tumba de Santa Águeda en Catheria y obtuvo la cura de su madre, Eutiquia, que sufría una hemorragia. Después, obtuvo el permiso de ésta para distribuir a los pobres todos los bienes de su dote. Por esta razón, fue acusada de ser cristiana y llevada ante Pascasio el Prefecto. Cuando ni las promesas ni las amenazas pudieron inducirla a sacrificar a los ídolos, Pascasio ordenó que la llevaran donde su virginidad sería violada. Pero el poder de Dios le dio a la virgen la fortaleza para mantenerse firme en su resolución, tal que nadie podía moverla de donde estaba. Entonces el prefecto ordenó que se encendiera un fuego por todos lados, pero salió ilesa. Después de haber sufrido muchos tormentos, su garganta fue atravesada con una espada. Muy herida, predijo que la Iglesia tendría paz después de la muerte de Diocleciano y Maximiliano; el 13 de diciembre ella entregó su espíritu a Dios. Su cuerpo fue enterrado en Siracusa, luego llevado a Constantinopla, y al fin transferido a Venecia. [Ant 2] Eres una columna * inconmovible, Lucía, esposa de Cristo, porque todo el pueblo está esperando que recibas la corona de la vida. Aleluya. [Ant 3] El Espíritu Santo * comunicó tanta firmeza a la virgen de Cristo, que permaneció inconmovible.