[Rank] De II die Infra Octavam Concept. Immac. Beatæ Mariæ Virginis;;Semiduplex;;2.5;;vide Sancti/12-08 [Lectio4] De la Bula dogmática del Papa Pío IX Ineffabilis Deus. _ Dios, que es inefable, cuyos caminos son la misericordia y la verdad, cuya voluntad es la omnipotencia, y cuya sabiduría alcanza de un extremo a otro con fortaleza y todo lo dispone con suavidad, habiendo previsto desde toda la eternidad la desastrosa ruina de todo el linaje hunnano a consecuencia de la transgresión de Adán, y decretado, en el misterio escondido de los siglos, llevar a cabo con un misterio aun más oculto, por medio de la Encarnación del Verbo, la primera obra de su bondad, para que contra su misericordioso propósito no pereciese el hombre que había sido llevado a la culpa por la astucia de la diabólica iniquidad, y que lo que en el primer Adán había de caer fuese restaurado con ventajas en el segundo eligió y preparó desde el principio y antes de los siglos, para su Unigénito Hijo, una madre, de la que, hecho carne, naciese en la venturosa plenitud de los tiempos; y amó a esa madre sobre todas las criaturas con tal amor de predilección, que puso en ella, de un modo singular, la más grata complacencia. [Lectio5] Por esto la colmó maravillosamente con tal abundancia de celestiales carismas sacados del tesoro de la divinidad, sobre todos los espíritus angélicos y sobre todos los santos: para que ella fuese libre siempre y enteramente de toda mancha de pecado, toda hermosa y perfecta, presentando tal plenitud de inocencia y santidad, que después de Dios no pudiera concebirse mayor, y que fuera de Dios nadie pudiera alcanzar a medir su grandeza ni aun con el pensamiento. Y en verdad era muy conveniente que brillase siempre adornada con los esplendores de la santidad más perfecta, que fuera enteramente inmune hasta de la misma culpa original, y que reportase de la antigua serpiente el más completo triunfo, aquella Madre tan venerable, a la cual Dios había resuelto dar su Hijo único, aquel a quien engendra en su propio seno, que es igual a Él en todas las cosas y a quien ama como a sí mismo; y que se lo diese de tal manera que fuera Hijo común y único de Dios Padre y de la Virgen. [Lectio6] Y esta inocencia original de la augusta Virgen, tan íntimamente enlazada con su admirable santidad y con la excelsa dignidad de Madre de Dios, la Iglesia católica, que, enseñada siempre por el Espíritu Santo, es columna y firmamento de la verdad, jamás ha dejado de explicarla, proponerla y fomentarla más y más cada día, con muchas razones y brillantes actos como poseedora de una doctrina recibida de Dios y contenida en el depósito de la revelación celestial. Pues esta doctrina, admitida ya desde la más remota antigüedad, arraigada profundamente en el ánimo de los fieles y propagada admirablemente en todo el orbe católico por la solicitud y cuidado de los santos prelados, es ciertamente la que la misma Iglesia quiso claramente manifestar cuando no vaciló en proponer la Concepción de la Virgen al culto público y a la veneración de los fieles. Con este hecho tan señalado, mostraba claramente que la Concepción de la Virgen debía ser honrada como una concepción admirable, singularmente privilegiada, distinta de la concepción de los demás hombres, y del todo santa, puesto que la Iglesia sólo celebra días de fiesta en honor de los santos. [Lectio7] Lectura del Santo Evangelio según San Lucas !Lc 1:26-28 En aquel tiempo: Envió Dios al Ángel Gabriel a Nazaret, ciudad de Galilea, a una Virgen desposada con un varón de la casa de David, llamado José, y el nombre de la Virgen era María. Y lo que sigue. _ Homilía de San Sofronio, Obispo. !Homilía en la Anunciación de la Madre de Dios. ¿Qué dice este Ángel dichoso, enviado a la Virgen toda pura? ¿Cómo le comunica este faustísimo anuncio? “Salve, llena de gracia; el Señor es contigo”. Mensajero de gozo, empieza su salutación hablando de gozo. El sabía, en efecto, perfectamente que su mensaje anunciaba a todos los hombres y a todas las criaturas el gozo y el alivio del cúmulo de dolores que aquejan a todos sin excepción; sabía que el conocimiento de este divino misterio iluminaría al mundo, disiparía las sombras del error, embotaría el aguijón de la muerte, abatiría la fuerza de la corrupción, arrebataría al infierno su victoria y haría brillar la salvación ante el hombre caído, el cual estaba abrumado bajo el yugo de estos males desde largo tiempo, a saber, desde que había sido arrojado de las delicias del Paraíso y desterrado de aquella dichosa mansión. Por esto el Ángel, ya desde el principio de su mensaje se inspira en un sentimiento de alegría y preludia su discurso con palabras gozosas; por esto el júbilo precede a estos dichosos anuncios que debían alegrar a todos los creyentes. [Lectio8] Ciertamente, nada más justo que comenzar con palabras y expresiones desbordantes de alegría el anuncio de la alegría divina. El Ángel anuncia ante todo el gozo, porque no ignora el feliz éxito de su embajada, y sabe muy bien que de su coloquio con la Virgen resultará la alegría del mundo; y en efecto, ¿hay algún gozo o placer que no sea muy inferior a la dulzura de esta conversación del Ángel con la bienaventurada Virgen, causa de nuestra alegría? Alegraos, pues, oh Madre de la alegría celestial. Alegraos, puesto que habéis alimentado al que constituye la alegría más sublime. Alegraos, oh trono el más elevado de la alegría de nuestra salvación. Alegraos, autora de nuestro gozo inmortal. Alegraos, oh mística mansión del gozo más inefable. Alegraos, oh manantial dichoso del gozo inagotable. Alegraos, oh tesoro de la alegría eterna, Vos que lleváis al mismo Dios. Alegraos, oh árbol siempre verde de la alegría vivificante. Alegraos, oh Madre de Dios siempre virgen. Alegraos, oh Virgen siempre pura después del parto. Alegraos, oh espectáculo más digno de admiración que todas las maravillas del mundo. [Lectio9] ¿Quién podrá hablar dignamente de tu esplendor? ¿Quién se atreverá a expresar con palabras el portento que constituyes? ¿Quién aspirará a publicar tu magnificencia? Eres el ornamento de la humana naturaleza; eres superior a los coros de los Ángeles; se eclipsa ante ti el resplandor de los Arcángeles; los sitiales sublimes de los Tronos están a tus pies; se abaja en tu presencia la elevación de las Dominaciones; los Principados te han cedido la preferencia en el ejercicio del mando; la fuerza de las Potestades parece débil ante la tuya; has manifestado una virtud mayor que la de las mismas Virtudes; con tu mirada corporal has aventajado a la vista tan penetrante de los Querubines; en alas de tu espíritu, impulsada por un soplo divino, has volado más alto que los Serafines de seis alas. En fin, has sobrepujado muchísimo a todas las criaturas, ya que has brillado más que ninguna por el resplandor de tu pureza, y has recibido en ti al Creador de todas ellas; lo llevaste en tu seno, lo diste a luz, y, Tú sola entre todas las criaturas, llegaste a ser Madre de Dios. &teDeum