[Officium] S. Ambrosii Episcopi Confessoris et Ecclesiæ Doctoris [Name] Ambrosio [Oratio] Oh Dios, que diste a tu pueblo por ministro de la salvación eterna al bienaventurado Ambrosio, te suplicamos nos concedas que merezcamos tener por intecesor en los cielos al que hemos tenido por maestro de la vida en la tierra. $Per Dominum [Lectio4] Ambrosio, obispo de Milán, hijo del romano Ambrosio, nació siendo su padre prefecto de la Galia. Se dice que en la boca de este niño se posó un enjambre de abejas, lo cual presagiaba la divina elocuencia que poseería. En Roma aprendió las artes liberales. Fue enviado por el prefecto Probo a la Liguria y a la Emilia como gobernador; luego, vino a Milán con plenos poderes. Llegó a Milán cuando el pueblo, después de la muerte de Auxenció, obispo arriano, estaba dividido respecto a su sucesor. Dirigióse, pues, Ambrosio a la iglesia, en cumplimiento del deber de su cargo, para calmar la sedición. Hablando muy elocuentemente, sobre la paz y la tranquilidad pública, un niño gritó súbitamente: “¡Ambrosio, obispo!”. Y Todo el pueblo pidió por obispo a Ambrosio. [Lectio5] Se negó, y resistió a las preces de la multitud; mas el deseo del pueblo fue manifestado a Valente, quien se alegró de que fueran solicitados para obispos los que él había escogido magistrados. Fue también muy grato a Probo, el cual había dicho a Ambrosio al partir, como si fuera inspirado: “Ve, y pórtate, no como juez, sino como obispo. Y como al deseo del pueblo se juntó la voluntad del emperador, Ambrosio fue bautizado (era aún catecúmeno), iniciado en los sagrados misterios, y observados todos los grados de las órdenes según la Iglesia, el día octavo, que fue el 7 de diciembre, recibió el episcopado. Consagrado obispo, defendió la fe católica y la disciplina de la Iglesia; convirtió a muchos arrianos y a otros herejes a la verdad de la fe, entre los cuales dio a luz para Jesucristo al que había de ser el sol de la Iglesia, San Agustín. [Lectio6] Por dos veces visitó, como legado, a Máximo, el cual había dado muerte al emperador Graciano, y como rehusara hacer penitencia, le separó de su comunión. Prohibió la entrada en la iglesia al emperador Teodosio por la matanza que había ordenado en Tesalónica. Y como Teodosio replicara que el rey David fue adúltero y homicida, respondió Ambrosio: “Al que seguiste en su maldad, imítale también en su penitencia”. Movido por este razonamiento, Teodosio cumplió humildemente la penitencia que le había sido impuesta. El santo obispo, después de haber trabajado en gran manera por la Iglesia, y escrito sabiamente muchos libros, antes de caer enfermo, predijo el día de su muerte. Estando enfermo, Honorato, obispo de Vercelli, le visitó tres veces por orden del mismo Dios: le administró el sagrado Cuerpo del Señor, y mientras oraba Ambrosio, teniendo puestas las manos en forma de cruz, entregó el alma a Dios, el día cuatro de abril del año 397. [Lectio94] Ambrosio, obispo de Milán, hijo de Ambrosio, ciudadano romano, se educó en la ciudad en las artes liberales. Nombrado por el prefecto Probus para gobernar Liguria y Emilia a su orden y con su autoridad, Ambrosio fue a Milán, donde Auxentius, obispo arriano, había muerto y la gente deliberaba sobre la elección de un sucesor. En el ejercicio de su deber oficial, Ambrosio entró en la iglesia para sofocar los disturbios y, cuando habló elocuentemente sobre la paz del estado, de repente una voz de niño exclamó: “¡Ambrosio Obispo!” Entonces todos con una sola voz exigieron que fuera elegido. Y así recibió el bautismo, porque era un catecúmeno, los otros sacramentos, y todos los grados de órdenes según la costumbre de la Iglesia, siendo elevado al episcopado. En su oficio, defendió la fe y disciplina católica, tanto en el habla como en la escritura; y convirtió a muchos arrianos y otros herejes a la fe, entre los que estaba San Agustín, a quien engendró a Cristo Jesús como su hijo espiritual. Agotado por sus trabajos y preocupaciones por la Iglesia de Dios, murió el 4 de abril del 397.