[Officium] S. Andreæ Apostoli [Ant Vespera] Salve, cruz preciosa, * recibe a este discípulo de Cristo, mi maestro, que de ti estuvo colgado. San Andrés * oraba diciendo: Señor, Rey de la gloria eterna, recibe a tu siervo, que cuelga de este patíbulo. Andrés, siervo de Cristo, * digno apóstol de Dios, hermano de Pedro y asociado a él en el martirio. Maximila, amada de Cristo, * recogió el cuerpo del apóstol y lo enterró con perfumes en un sepulcro digno. A los que perseguían al justo, * los arrojaste al abismo, Señor, y fuiste modelo del justo en la cruz. [Ant 1] Uno de los dos * que siguieron al Señor era Andrés, hermano de Simón. Aleluya. [Oratio] Señor soberano, te suplicamos humildemente que el apóstol San Andrés, evangelizador y guía de tu Iglesia, sea nuestro perpetuo intercesor ante ti. $Per Dominum [Ant Matutinum] El Señor vio * a Pedro y Andrés, y les llamó.;;18 Venid en pos de mí, * dice el Señor, y os haré pescadores de hombres.;;33 Dejando sus redes, * siguieron al Señor, su Redentor.;;44 V. El sonido de su voz se ha propagado por toda la tierra. R. Y sus palabras hasta los confines del mundo. El Señor consideró * digno de sufrir el martirio en honor suyo, al que llamó al apostolado mientras estaba en el mar, aleluya.;;46 El Señor * amó a Andrés como a un perfume de suave olor.;;60 El bienaventurado Andrés, * viviendo dos días suspendido en la cruz por el nombre de Cristo, enseñaba al pueblo.;;63 V. Les constituirás príncipes sobre toda la tierra. R. Se acordarán, Señor, de tu nombre. No permitas, Señor, que tu siervo * se separe de ti: tiempo es ya de entregar a la tierra mi cuerpo, y de que mandes me presente a ti.;;74 Andrés suplicaba al pueblo, * que no impidiese su martirio.;;96 Sepárame de los hombres, y vuélveme a mi Maestro, a fin de que por ti me reciba el que por tu medio me redimió, aleluya.;;98 V. Vuestros amigos, oh Dios, han sido honrados en gran manera. R. Su autoridad ha sido establecida con gran firmeza. [Lectio1] De la Epístola de San Pablo Apóstol a los Romanos !Rom 10:4-9 4 Porque el fin de la Ley es Cristo, para la justificación de todo el que cree. 5 Pues de la justicia proveniente de la Ley escribe Moisés que “el hombre que la cumpliere vivirá por ella.” 6 Pero la justicia que viene de la fe dice así: “No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo?” Esto es, para bajar a Cristo;” 7 o ¿quién bajará al abismo?” Esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos. 8 Pero ¿qué dice? “Cerca de ti está la palabra, en tu boca, en tu corazón,” esto es, la palabra de la fe que predicamos. 9 Porque si confesares con tu boca a Jesús como Señor y creyeres en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. [Responsory1] R. Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Pedro y Andrés echando las redes en el mar, y les llamó, diciendo: * Seguidme, y Yo os haré pescadores de hombres. V. Pues eran pescadores, y les dijo. R. Seguidme, y Yo os haré pescadores de hombres. [Lectio2] !Rom 10:10-15 10 Porque con el corazón se cree para la justicia, y con la boca se confiesa para la salud. 11 Pues la Escritura dice: “Todo el que creyere en Él no será confundido.” 12 No hay distinción entre judío y gentil. Uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan, 13 pues “todo el que invocare el nombre del Señor será salvo.” 14 Pero ¿cómo invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán sin haber oído? ¿Y cómo oirán si nadie les predica? 14 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Según está escrito: “¡Cuan hermosos los pies de los que anuncian buenas nuevas!” [Responsory2] R. Luego que el bienaventurado Andrés oyó la voz del Señor que predicaba, dejando las redes, con las cuales ganaba su sustento, * Siguió al que da el premio de la vida eterna. V. He ahí al que por amor a Cristo fue suspendido de la cruz, y por su ley sufrió el martirio. R. Siguió al que da el premio de la vida eterna. [Lectio3] !Rom 10:16-21 16 Pero no todos obedecen al Evangelio. Porque Isaías dice: “Señor, ¿quién creyó nuestra predicación?” 17 Por consiguiente, la fe es por la predicación, y la predicación por la palabra de Cristo. 18 Pero digo yo: ¿Es que no han oído? Cierto que sí. “Por toda la tierra se difundió su voz, y hasta los confines del orbe su pregón.” 19 ¿Pero acaso Israel no conoció? Es Moisés el primero que dice: “Yo os provocaré a celos de uno que no es pueblo, os provocaré a cólera por un pueblo insensato.” 20 E Isaías se atreve a decir: “Fui hallado de los que no me buscaban, me dejé ver de los que no preguntaban por mí.” 21 Pero a Israel le dice: “Todo el día extendí mis manos hacia el pueblo incrédulo y rebelde.” [Responsory3] R. Andrés, el doctor lleno de bondad, el amigo de Dios, fue conducido a la cruz; al verla desde lejos, exclamó: Salve, oh cruz, * Recibe al discípulo de Aquel que fue en ti suspendido, mi maestro Cristo. V. Salve, oh Cruz, que fuiste consagrada por el cuerpo de Cristo, y adornada con sus miembros, como con perlas preciosas. R. Recibe al discípulo de Aquel que fue en ti suspendido, mi maestro Cristo. &Gloria R. Recibe al discípulo de Aquel que fue en ti suspendido, mi maestro Cristo. [Lectio4] El bienaventurado apóstol Andrés, nacido en Betsaida, pequeña población de Galilea, hermano de Pedro y discípulo de Juan Bautista, habiendo oído que éste decía de Cristo: “He aquí el Cordero de Dios”, siguió a Jesús, y llevó él a su hermano. Hallándose después pescando en el mar de Galilea juntamente con su hermano, ambos fueron llamados por Cristo antes que los otros apóstoles, con aquellas palabras: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”. Ellos, sin la menor tardanza, y después de haber dejado las redes, le siguieron. Después de la pasión y de la resurrección de Cristo, Andrés vino a Escitia de Europa, país que le fue señalado para propagar en él la fe de Cristo. Luego recorrió el Epiro y la Tracia, y con su doctrina y milagros convirtió a Cristo innumerables almas. Al llegar a Patras de Acaya, después de haber conseguido allí que muchos se convirtieran a la doctrina del Evangelio, reprendió con toda libertad al procónsul Egeas, el cual resistía a la predicación evangélica, porque, queriendo ser tenido por juez de los hombres, engañado por los demonios, no quería reconocer a Cristo Dios por juez de todo el linaje humano. [Responsory4] R. Cuando el hombre de Dios era conducido al suplicio de la cruz, el pueblo clamaba a grandes voces, diciendo: * Es inocente, y le condenan a muerte sin motivo. V. Mientras le llevaban a crucificar, juntóse gran multitud de gentes, clamando y diciendo. R. Es inocente, y le condenan a muerte sin motivo. [Lectio5] Entonces, enojado Egeas, dijo: “Deja de ensalzar a Cristo a quien análogas alabanzas no impidieron que fuese crucificado por los Judíos”. Además, con palabras impías interrumpiole mientras enseñaba con noble libertad que Jesucristo por la salvación de los hombres se ofreció a la crucifixión, y le exhortó a que, mirando por sí, accediera a sacrificar a los dioses. A lo cual contestó Andrés: “Yo cada día sacrifico al Dios omnipotente, único y verdadero, no las carnes de los toros y de los cabritos, sino el Cordero sin mácula. Y cuando todo el pueblo fiel ha participado de su carne, este Cordero que ha sido sacrificado, continúa todavía íntegro y lleno de vida”. Egeas, airado en gran manera por estas palabras, ordenó que Andrés fuera conducido a la cárcel. De ella fácilmente le habría librado el pueblo, si el Apóstol no hubiese apaciguado a la multitud rogando con gran insistencia que no le impidieran ser partícipe de la corona tan deseada del martirio. [Responsory5] R. Oh buena cruz, que recibiste el resplandor y la hermosura del contacto con los miembros del Señor; sepárame de los hombres, y vuélveme a mi Maestro: * A fin de que por ti me reciba el que por tu medio me redimió. V. El bienaventurado Andrés extendidas las manos hacia el cielo, oraba, diciendo: Sálvame, oh buena cruz. R. A fin de que por ti me reciba el que por tu medio me redimió. [Lectio6] Poco después, fue conducido al tribunal, y no pudiendo Egeas sufrir por más tiempo que Andrés ensalzara los misterios de la cruz y que reprobara su impiedad, mandó suspenderle en la cruz, para que así imitara la muerte de Cristo. Cuando Andrés era conducido al lugar del martirio, viendo la cruz de lejos empezó a exclamar: “Oh buena cruz, que has sido glorificada por causa de los miembros del Señor; cruz por largo tiempo deseada, ardientemente amada, buscada sin descanso, y ofrecida a mis ardientes deseos, apártame de en medio de los hombres, y devuélveme a mi Maestro, a fin de que por ti me reciba, el que por ti me redimió”. Así, pues, fue clavado en la cruz, y permaneció vivo en ella por espacio de dos días, sin cesar de predicar la fe de Cristo, hasta que fue a reunirse con Aquel cuya muerte tanto había deseado imitar. Los presbíteros y diáconos de Acaya que consignaron su martirio, afirman que todo lo por ellos relatado, lo vieron y oyeron. Su cuerpo fue trasladado primero a Constantinopla en tiempo de Constantino, y después a Amalfi. Por disposición del Sumo Pontífice Pío II, su cabeza fue llevada a Roma, y colocada en la basílica de San Pedro. [Responsory6] R. Desde la cruz he extendido todo el día mis manos hacia el pueblo que no creía y que me contradecía: * El cual sigue por caminos pésimos, obrando la maldad. V. El Señor es el Dios de las venganzas, y el Dios de las venganzas ha obrado con libertad; haz brillar tu grandeza, oh Juez de la tierra; da su merecido a los soberbios. R. El cual sigue por caminos pésimos, obrando la maldad. &Gloria R. El cual sigue por caminos pésimos, obrando la maldad. [Lectio7] Lectura del Santo Evangelio según San Mateo !Mt 4:18-22 En aquel tiempo: Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos. Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano, echando la red en el mar. Y lo que sigue. _ Homilía de San Gregorio, Papa. !Homilía 5, acerca de los Evangelios. Habéis oído, amadísimos hermanos míos, que al primer llamamiento, Pedro y Andrés dejaron sus redes y siguieron al Redentor. No le habían visto hacer aún ningún milagro, ni nada le habían oído decir sobre el beneficio de una recompensa eterna; ello no obstante, al primer mandato del Señor, olvidan y dejan todo cuanto poseen. Pero nosotros, ¿cuántos milagros suyos no vemos?, ¿por medio de cuántas pruebas no somos aleccionados?, ¿por virtud de cuántas amenazas procura amedrentarnos? A pesar de todo, despreciamos el llamamiento del Señor. [Responsory7] R. Mientras Andrés contemplaba el cielo, oró y clamó con gran voz, y dijo: Pues que Tú eres mi Dios, y has querido mostrarte a mí, no permitas que sea quitado de la cruz por este juez impío: * Ya que he conocido la virtud de la santa cruz. V. Oh Cristo, Tú eres mi Maestro, al que he amado, al que he conocido, al que he confesado; te suplico que me atiendas en esta petición. R. Ya que he conocido la virtud de la santa cruz. [Lectio8] Aquel que nos exhorta a la conversión, está ya en el cielo, ha sometido ya los gentiles al yugo de la fe, ha confundido ya la gloria del mundo, y ya nos anuncia, mediante las ruinas que con tanta frecuencia se presentan, la proximidad del día de su riguroso juicio. A pesar de ello, nuestra alma, ensoberbecida, no consiente en dejar aún de buena voluntad lo que pierde todos los días contra su propia voluntad. ¿Qué diremos amadísimos hermanos míos, qué diremos el día en que Él nos juzgue, qué diremos nosotros, que no nos apartamos del amor del siglo presente ante los preceptos del Señor, ni nos enmendamos ante sus castigos? [Responsory8] R. Viendo la cruz, exclamó: ¡Oh cruz admirable, oh cruz deseable, oh cruz resplandeciente ante todo el mundo! * Recibe al discípulo de Cristo, y que por ti me reciba el que muriendo en ti me redimió. V. ¡Oh buena cruz, que recibiste tu esplendor y hermosura de los miembros del Señor! R. Recibe al discípulo de Cristo, y que por ti me reciba el que muriendo en ti me redimió. &Gloria R. Recibe al discípulo de Cristo, y que por ti me reciba el que muriendo en ti me redimió. [Lectio9] Pero quizás diga alguno en el secreto de su pensamiento: Esos dos pescadores, que casi nada tenían, ¿qué dejaron a la voz del Señor? Acerca de esto, amadísimos hermanos míos, antes debemos considerar el afecto de la voluntad que el valor de la cosa. Mucho deja quien no guarda nada para sí; mucho deja quien lo deja todo, por poco que tenga. Por lo contrario, nosotros poseemos con afición las cosas que nos pertenecen, y buscamos con nuestros deseos las que no son nuestras. Pedro y Andrés dejaron, pues, mucho cuando uno y otro renunciaron al deseo mismo de poseer. &teDeum [Capitulum Laudes] !Rom 10:10-11 v. Hermanos: Por la fe del corazón llegamos a la justicia, y por la profesión de labios a la salvación. Dice la Escritura: Nadie que cree en Él, quedará defraudado. $Deo gratias [Ant 2] Concédenos al hombre justo, * devuélvenos al hombre santo: no des muerte al hombre que Dios quiere, justo, manso y pío. [Lectio Prima] !Rom 10:16-18 v. Dice el profeta Isaías: Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje? Así, pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: ¿Es que no lo han oído? Todo lo contrario: A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. [Capitulum Sexta] !Rom 10:12-13 v. No hay distinción entre judío y griego, ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues todo el que invoca el nombre del Señor se salvará. $Deo gratias [Ant 3] Llegó San Andrés * al lugar donde estaba la cruz y exclamó: ¡Oh cruz dichosa tanto tiempo deseada, y ya preparada según mis deseos! Confiado y alegre me llego a ti, para que tú también me recibas gozosamente, pues soy discípulo de Aquél que de ti estuvo colgado.