[Officium] S. Martini Papæ et Martyris [Name] Martín [Lectio4] Martín, natural de Todi, Umbría, se esforzó desde el principio de su pontificado, mediante sus cartas y los legados que envió, en conducir de los errores de la herejía a la verdad de la fe católica a Paulo, Patriarca de Constantinopla. Apoyado éste por el emperador hereje Constante, había llegado en su locura al extremo de desterrar a diversas islas a los legados de la Santa Sede. El Papa, indignado ante este crimen, le condenó en un concilio que se celebró en Roma con asistencia de ciento cinco Obispos. [Lectio5] Por esta causa, envió Constante a Italia al exarca Olimpio con la orden de hacer matar al Papa Martín o de conducirlo a su presencia. Habiendo Olimpio llegado a Roma, mandó a un lictor dar muerte al Papa mientras celebrara la misa en la basílica de Santa María la Mayor; ocurrió empero, que al proponerse este satélite ejecutar la orden, quedó de repente ciego. [Lectio6] Desde entonces cayeron varias desgracias sobre el emperador Constante; pero éste no se enmendó y envió a Teodoro Calíope a Roma con orden de apoderarse del Papa, el cual fue preso valiéndose de un engaño, conducido a Constantinopla y desterrado desde allí al Quersoneso, donde abrumado por los males que había padecido por la fe católica, y habiéndose distinguido por varios milagros, murió el 12 de noviembre. Más tarde, su cuerpo fue trasladado a Roma y depositado en la iglesia consagrada a Dios bajo la advocación de San Silvestre y San Martín. Gobernó la Iglesia 6 años, 1 mes y 26 días. En dos ordenaciones efectuadas en el mes de diciembre, ordenó a 11 presbíteros y a 5 diáconos, y consagró a 33 obispos de diversos lugares. [Lectio94] (communi Summorum Pontificum) Nacido en Todi, en Umbría, Martín aceptó al comienzo de su pontificado reconducir a Pablo de Constantinopla, un hereje de la fe católica, mediante el envío de cartas y legados. Pero Pablo, apoyado por el emperador Constante, desterró a los legados de la Sede Apostólica a varias islas. El Papa indignado por este crimen, reunió en Roma un concilio de ciento cinco obispos, que condenó a Pablo. Durante el concilio, el emperador envió al exarca Olimpio a Italia para deponer al Papa. Pero Olimpio murió de una manera miserable, no dañando a Martín de ninguna manera. Luego, por orden del emperador, Teodoro Caliope usurpó la Basílica de Letrán y la residencia cercana del Papa, y arrestó a Martín; primero lo envió a la isla de Naxos, y luego lo llevó a Constantinopla. Aquí el santo Papa fue encadenado y sufrió burlas e insultos. Exiliado a Quersoneso, abandonó su vida al comienzo del octavo año de su pontificado, agotado por las penurias y la miseria en defensa de la fe católica. Su cuerpo fue llevado a Roma y fue enterrado en la iglesia dedicada a los santos Silvestre y Martín. &teDeum [Lectio7] Lectura del Santo Evangelio según San Mateo !Mt 16:13-19 En aquel tiempo, viniendo Jesús a los términos de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Y lo que sigue. _ Homilía de San León, Papa. !Sermón 2º en el aniversario Cuando el Señor, tal como leemos en el Evangelio, preguntó a sus discípulos qué decían los hombres, en medio de sus diversas especulaciones, sobre el Hijo del Hombre, sería Pedro bendito quien contestó y dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos; y Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella; y te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desates en la tierra será desatado en el cielo. Pero la dispensación de la verdad se demora, y el bendito Pedro, perseverando en la fortaleza de la roca que ha recibido, no ha renunciado a la posición que asumió al frente de la Iglesia. [Lectio8] En la Iglesia universal es como si Pedro todavía estuviera diciendo todos los días: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Por cada lengua que confiesa al Señor se le enseña esa confesión por la enseñanza de Pedro. Esta es la Fe que vence al diablo y suelta las ataduras de sus prisioneros. Esta es la fe que hace libres a los hombres y los lleva al cielo, y las puertas del infierno son impotentes para prevalecer contra él. Esta es la roca que Dios fortificó con tales murallas de salvación, que el contagio de la herejía nunca podrá contagiarla, ni la idolatría y la incredulidad para vencerla. Celebramos la fiesta de hoy con una obediencia razonable, para que en mi persona humilde pueda ser honrado, el que sigue cuidando de todos los pastores y ovejas que se le han confiado, y que no pierde su dignidad, incluso en un sucesor indigno. [Lectio9] Cuando dirigimos nuestras exhortaciones a vuestros oídos piadosos, creed que le estáis oyendo hablar a través nuestro. Sí, es con su amor por vosotros con el que os advertimos. Y sólo predicamos lo que él enseñó, rogando como lo hizo él: Doblegad vuestra mente; sed sobrios; sed santos en toda forma de vida; pasad el tiempo de vuestra peregrinación aquí en el temor de Dios. Mis discípulos, vosotros sois para mí como lo fueron para él los discípulos de San Pablo, a saber: mi corona y mi alegría; si es así, que su fe permanezca, aún en toda humildad y santidad, como en los primeros tiempos del Evangelio. Porque aunque toda la Iglesia esparcida en todo el mundo debería abundar en todas las virtudes, conviene en especial a vosotros, entre todos, sobresalir en la piedad, fundados como estáis en la misma ciudadela de la Roca Apostólica, que no solo ha sido redimido con el resto de los hombres por nuestro Señor Jesucristo, sino que ha sido instruido por el bendito Apóstol Pedro mucho más que todos los demás. &teDeum