[Rank] Maternitatis Beatæ Mariæ Virginis;;Duplex 2 classis;;5.1;;ex C11 [Rank] (rubrica 1960) Maternitatis Beatæ Mariæ Virginis;;Duplex 2 classis;;5;;ex C11 [Ant Vespera] Dichosa eres, * Virgen María, que has llevado al Creador de todas las cosas.;;109 Has dado a luz * al que te creó y permaneces Virgen eternamente.;;112 En mi pequeñez * he sido grata al Señor, y he dado a luz al Dios hecho hombre.;;121 Bendita eres, * hija del Señor, porque de ti hemos recibido el fruto de la vida.;;126 Las hijas de Sión * la vieron y la felicitaron; y las reinas la alabaron.;;147 [Versum 1] V. Bendita Tú entre las mujeres. R. Y bendito el fruto de tu vientre. [Ant 1] Celebremos alegres * la Maternidad de Santa María, siempre Virgen. [Oratio] Oh Dios, que quisiste que tu Verbo se encarnase en las entrañas de la bienaventurada Virgen María al anunciárselo el Ángel: concede a nuestras humildes súplicas que, pues la creemos verdadera Madre de Dios, seamos ayudados ante ti con su poderosa intercesión. $Per eumdem [Invit] Celebremos la Maternidad de la bienaventurada Virgen María; * Adoremos a Cristo, su Hijo, nuestro Señor. [Hymnus Matutinum] v. El Redentor prefirió al mismo cielo el seno de la bienaventurada Virgen, donde, como futura víctima, se revistió de un cuerpo mortal. _ Nos dio esta Virgen al autor de nuestra salvación, a aquel que nos redimió con su sangre, y que por nosotros sufrió y murió en la cruz. _ Que una alegre esperanza disipe las inquietudes y temores de nuestros corazones, ya que esta Madre es quien presenta a su Hijo nuestras preces y lágrimas. _ El Hijo atiende a las voces y a los ruegos de su Madre; no dejemos, pues, nunca de amarla y acudamos a ella en las horas difíciles. _ Gloria sea dada a la Trinidad que enriqueció con un fruto divino el seno virginal de esta Madre; alabanzas le sean dadas por todos los siglos. Amén. [Lectio1] Del libro del Eclesiástico !Sir 24:5-11 5 Yo salí de la boca del Altísimo, engendrada primero, antes de que existiese ninguna criatura 6 y como nube cubrí toda la tierra. 7 Yo habité en las alturas, y mi trono fue columna de nube. 8 Sola recorrí el círculo de los cielos y me paseé por las profundidades del abismo, 9 por las ondas del mar y por toda la tierra. 10 En todo pueblo y nación imperé; 11 en todos busqué descansar para establecer en ellos mi morada. [Responsory1] R. Dichosa eres, sagrada Virgen María, y sumamente digna de todas las alabanzas: * Porque de ti ha nacido el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos. V. Celebremos con regocijo la Maternidad de la bienaventurada Virgen María. R. Porque de ti ha nacido el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos. [Lectio2] !Sir 24:12-16 12 Entonces el Creador de todas las cosas me ordenó, mi Hacedor fijó el lugar de mi habitación; 13 y me dijo: Habita en Jacob y establece tu tienda en Israel. 14 Desde el principio y antes de los cielos me creó y hasta el fin no dejaré de ser. 15 En el tabernáculo santo, delante de él, ministré. Y así tuve en Sión morada fija y estable, reposé en la ciudad de El amada, y en Jerusalén tuve la sede de mi imperio. 16 Eché raíces en el pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad. [Responsory2] R. Sin detrimento de tu virginidad fuiste Madre del Salvador: * El que gobierna el cielo y la tierra se encerró en tu seno y se hizo hombre. V. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. R. El que gobierna el cielo y la tierra se encerró en tu seno y se hizo hombre. [Lectio3] !Sir 24:17-23 17 Como cedro del Líbano crecí, como ciprés de los montes del Hermón. 18 Crecí como palma de Engadi, como rosal de Jericó; 19 como hermoso olivo en la llanura, como plátano junto a las aguas, 20 como la canela y el bálsamo aromático exhalé mi aroma, y como mirra escogida di suave olor; 21 y llené mi habitación de oloríficos perfumes como de estoraque de gálbano, y de ónice, y de lágrima y como nube de incienso en el tabernáculo. 22 Como el terebinto extendí mis ramas, ramas magníficas y graciosas. 23 Como vid eché hermosos sarmientos, y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos. [Responsory3] R. Muchas son las hijas que han allegado riquezas; mas a todas has tú aventajado; * Toda hermosa fuiste creada, y estás llena de dulzura en medio de tus delicias, oh santa Madre de Dios. V. Experimenten tu auxilio todos cuantos celebran tu santa Maternidad. R. Toda hermosa fuiste creada, y estás llena de dulzura en medio de tus delicias, oh santa Madre de Dios. &Gloria R. Toda hermosa fuiste creada, y estás llena de dulzura en medio de tus delicias, oh santa Madre de Dios. [Lectio4] Sermón de San León, Papa. !Sermón 1 sobre la Natividad del Señor. Una Virgen de la estirpe real de David es escogida para que en su seno un hijo que será a la vez Dios y hombre, al cual, antes que corporalmente, concebirá espiritualmente. Para evitar que María, desconocedora de los designios divinos, le espantara un anuncio inusitado, un Ángel le manifiesta lo que en Ella obrará el Espíritu Santo, y la tranquiliza acerca de que su virginidad no sufrirá detrimento por su maternidad divina. ¿Por qué desconfiaría María, ante la insólita concepción, si se le promete que todo se hará por la virtud del Altísimo? Cree María, y su fe se ve corroborada por el milagro ya hecho: la fecundidad de Elisabet, concedida para mostrar que puede hacer con una virgen lo que se ha hecho con una estéril. Así, pues, el Verbo, el Hijo de Dios, que en el principio estaba en Dios, por quien han sido creadas todas las cosas y sin el cual ninguna cosa ha sido hecha, se hace hombre para librar a los hombres de la muerte eterna. [Responsory4] R. Honremos la dignísima Maternidad de la gloriosa Virgen María: * Ya que el Señor se fijó en su humildad, y a la palabra del Ángel concibió al Salvador del mundo. V. Cantemos la gloria de Cristo en esta santa solemnidad de la admirable Madre de Dios. R. Ya que el Señor se fijó en su humildad, y a la palabra del Ángel concibió al Salvador del mundo. [Lectio5] !Sermón 2 de la Natividad del Señor. Descendiendo de la celestial morada, sin abandonar la gloria del Padre, nuestro Señor Jesucristo llega acomodándose a un nuevo orden, viniendo según un nuevo género de natividad. Acomódase a un nuevo orden de cosas: porque siendo invisible, se hace visible en nuestra naturaleza; siendo inmenso, se reduce a límites; siendo eterno, empieza a existir en el tiempo. Viene según un nuevo género de natividad: es concebido por una Virgen y nace de una Virgen, sin concurso carnal paterno ni detrimento de la integridad materna, porque convenía que el Salvador de los hombres asumiera al nacer la substancia humana, pero en todo ajena a las impurezas de nuestra carne: diferente de nosotros en el origen y semejante en la naturaleza. Esto que nosotros creemos se aparta de lo que vemos. No importa; nada podía impedir al poder divino que una Virgen concibiera y que permaneciera virgen en el parto y después del parto. [Responsory5] R. Bendita eres por el Señor, oh Virgen, porque por ti hemos participado del fruto de la vida; * Sólo en ti puso nuestro Señor Jesucristo una complacencia sin igual. V. No desprecies las plegarias que te dirigimos en nuestras necesidades, mas líbranos siempre de todos los peligros, oh santa Madre de Dios. R. Sólo en ti puso nuestro Señor Jesucristo una complacencia sin igual. [Lectio6] De las Actas de Pío XII. _ En el año 1931 se celebró, con aplauso del orbe católico, un solemne jubileo; habían tránscurrido 15 siglos desde que, bajo el papa Celestino, los Padres del Concilio de Efeso habían aclamado Madre de Dios, contra los herejes nestorianos, a la bienaventurada Virgen María, de la cual nació Jesús. El papa Pío XI quiso perpetuar la memoria de tan fausto acontecimiento con un perenne testimonio de su piedad. En la misma Roma, la proclamación del Concilio de Efeso había tenido su monumento insigne en el arco triunfal de la basílica de Santa María la Mayor, en el Esquilino; Sixto III la había adornado, más adelante, con un admirable mosaico, que con el tiempo se deterioró; pues bien: Pío XI hizo llevar a cabo, a sus expensas, una restauración de dicho mosaico y del transepto. Publicó, además una Encíclica en que, poniendo de relieve los genuinos puntos de vista del Concilio de Efeso, trató luminosa y devotamente, y con gran abundancia de doctrina, el inefable privilegio de la divina Maternidad de la bienaventurada Virgen María, para que el conocimiento de este misterio penetrara más en el espíritu de los fieles. Propuso a María, Madre de Dios, bendita entre todas las mujeres, y a la santa Familia de Nazaret, a nuestra imitación como los más insignes modelos de dignidad y de santidad en un casto matrimonio y de la piadosa educación que es preciso dar a la juventud. Dispuso que todos los años, el día once de octubre, se celebrase, en toda la Iglesia, con Misa y Oficio propios y con rito doble de IIª clase, la fiesta de la divina Maternidad de la bienaventurada Virgen María. [Responsory6] R. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre : * ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la Madre de mi Señor a visitarme? V. Ha puesto los ojos en la bajeza de su esclava, y ha hecho en mí grandes cosas el que es poderoso. R. ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la Madre de mi Señor a visitarme? &Gloria R. ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la Madre de mi Señor a visitarme? [Lectio7] Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas !Lc 2:43-51 En aquel tiempo: Cuando regresaban, permaneció el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo advirtieran sus padres. Y lo que sigue. _ Homilía de San Bernardo, Abad. !Homilía 1 sobre las alabanzas de la Virgen Madre. María da el nombre de Hijo al Dios y Señor de los Ángeles, cuando le dice: Hijo mío, por qué has obrado así con nosotros? ¿Cuál de los Ángeles se habría atrevido a ello? Bástales, y lo tienen por gran honor, el que, siendo espíritus, hayan sido elevados por gracia a la categoría de Ángeles y llamados con este nombre, según dice David: El cual hace a sus espíritus Ángeles. Pero María, consciente de su maternidad, no vacila en dar el nombre de Hijo a aquél a quien sirven los Ángeles con temor; y en cuanto a Dios, no tiene reparo en ser tratado como lo que realmente se ha dignado ser. Porque añade el Evangelista: Les estaba sometido. ¿Quién estaba sometido? ¿A quiénes? Dios a los hombres; Dios, sí, aquél a quien están sujetos los Ángeles, a quien los Principados y Potestades obedecen, estaba sometido a María. [Responsory7] R. Bienaventurada eres, Virgen María, Madre de Dios, por haber creído en el Señor: cumplido se han en ti aquellas cosas que acerca de ti se han dicho. * Por ello Dios te ha bendecido para siempre. V. La gracia está derramada en tus labios: intercede por nosotros ante Dios, nuestro Señor. R. Por ello Dios te ha bendecido para siempre. [Lectio8] De ambas cosas admírate; considera qué sea más admirable, si la benignísima dignación del Hijo o la excelentísima dignidad de la Madre. Ambas constituyen un milagro. Que Dios se someta a una mujer, es un acto de humildad sin igual y que una mujer mande a un Dios, puedes ver en ello una sublimidad sin par. En alabanza de las Vírgenes se canta que siguen al Cordero dondequiera que vaya. Ahora bien: ¿de qué alabanzas juzgas digna a la que le precede? Aprende, oh hombre, a obedecer; aprende, tú, que eres tierra, a estar sumiso; aprende, oh polvo, a sujetarte. Hablando de tu Hacedor, dice el Evangelista: les estaba sometido. ¡Avergüénzate, polvo soberbio! Dios se humilla, ¿y tú te exaltas? Dios se sujeta a los hombres, ¿y tú, deseando dominarlos, pretendes ser más que tu Hacedor? [Responsory8] R. Congratulaos conmigo todos los que amáis al Señor; porque siendo Yo tan pequeña, agradé al Altísimo, * Y concebí en mis entrañas al Dios humanado. V. Bienaventurada me dirán todas las generaciones, porque Dios se fijó en la humildad de su esclava. R. Y concebí en mis entrañas al Dios humanado. &Gloria R. Y concebí en mis entrañas al Dios humanado. [Lectio9] Dichosa Tú, oh María, en quien no sufrieron mengua la humildad ni la virginidad: virginidad singular, que lejos de empañarse con la fecundidad, recibió de ella mayor lustre; humildad verdaderamente privilegiada, no menguada, sino realzada por la virginidad fecunda; fecundidad incomparable, acompañada a la vez de la virginidad y de la humildad. ¿Hay nada aquí que no sea admirable, extraordinario y único? Puesto a comparar tales prodigios, y de resolver qué es más de admirar, si la fecundidad de la Virgen o la virginidad de la Madre; si la excelsitud a que se eleva la maternidad, o la humildad con que acoge este encumbramiento, consideramos mucho mejor poseerlas todas a poseer tan sólo alguna de ellas. ¿Y qué tiene de particular que Dios, que a nuestros ojos, y según la Sagrada Escritura, es admirable en sus santos, haya manifestado serlo tanto en su Madre? Venerad esposos, la pureza en una carne corruptible; en cuanto a las santas Vírgenes, admirad en una Virgen la fecundidad; y nosotros, hombres todos, imitemos la humildad de la Madre de Dios. &teDeum [Capitulum Laudes] !Sir 24:12-13 v. El que me creó descansó en mi seno y me dijo: Habita en Jacob, echa raíces entre mis elegidos. $Deo gratias [Hymnus Laudes] v. Suplicantes te rogamos todos, ¡oh Madre excelsa de Dios!, que nos cobijes bajo tu manto y nos libres de las asechanzas del demonio. _ El Rey supremo te elevó a la augusta dignidad de Madre suya, en beneficio del humano linaje, perdido por el pecado del primer padre. _ Mira, pues, clemente a los caídos hijos de Adán: para que, con tus ruegos, el Hijo aplaque su ira justiciera. _ @Psalterium/Doxologies:Nat [Versum 2] V. Ha brotado un renuevo del tronco de Jesé; una estrella ha nacido en la casa de Jacob. R. Una Virgen ha dado a luz al Salvador. Te alabamos, Dios nuestro. [Ant 2] @Commune/C11:Ant 1_:s/fiesta/admirable Maternidad/ [Ant 3] Tu Maternidad, * Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo, porque de ti nació el Sol de justicia, Cristo nuestro Señor.