[Officium] S. Rosæ a Sancta Maria Limanæ Virginis [Oratio] Omnipotente Dios, dador de todo bien, que quisiste que la bienaventurada Rosa, prevenida por el rocío de la gracia celestial floreciese en las Indias con el resplandor de su virginidad y su paciencia: concédenos a tus siervos, que esforzándonos para seguir el olor de su suavidad, merezcamos ser el buen olor de Cristo. $Qui tecum [Lectio4] La primera flor de santidad en América meridional fue la virgen Rosa, nacida en Lima, de padres cristianos. Ya en su cuna dio pruebas de su futura santidad, puesto que un día su rostro se mostró como transfigurado y semejante a una rosa, lo que motivó el nombre que se le impuso. Después, la Virgen Madre de Dios añadió otro, para que la llamaran Rosa de Santa María. A los cinco años, hizo voto de perpetua virginidad. En su adolescencia, temiendo que sus padres la obligaran al matrimonio, se cortó su soberbia cabellera. Hacía ayunos que parecen superiores a las fuerzas humanas, pasaba cuaresmas sin probar el pan, comiendo al día sólo cinco pepinos de limón. [Lectio5] Habiendo recibido el hábito de la Orden Tercera de Santo Domingo, redobló la austeridad, fijó en su cilicio pequeñas agujas, y llevaba día y noche, bajo el velo, una corona con agudas púas. A imitación de Santa Catalina de Siena, llevaba como cinturón una cadena de hierro que le ceñía con tres vueltas. Su lecho estaba formado de troncos nudosos cuyos intersticios estaban llenos de fragmentos de cacharros rotos. Hízose construir una celda en un rincón del jardín; y allí, entregada a la contemplación de las cosas celestiales, extenuaba su débil cuerpo con duras disciplinas, privaciones y vigilias; sostenida por el espíritu, salió victoriosa de sus luchas con los demonios, a quienes, sin temerlos, despreciaba y dominaba. [Lectio6] Probada por los sufrimientos, por los insultos de sus familiares y por la calumnia, afligíase de no sufrir tanto como merecía. Consumida 15 años por la desolación y aridez espiritual, soportó con ánimo estos combates, más dolorosos que cualquier género de muerte. Después gustó la abundancia de las delicias celestiales, fue iluminada con visiones, y sentió derretirse su corazón en la llama de seráficos ardores. Favorecida con frecuentes apariciones de su Ángel custodio, de Santa Catalina de Siena y de la Madre de Dios, procedía ante ellos con admirable sencillez, y mereció oír de los labios de Jesucristo estas palabras: Rosa de mi corazón, sé para mí una esposa. Fue introducida en el paraíso de este Esposo divino, y llegó a ser célebre después de su muerte, como lo había sido antes, por numerosos milagros, en vista de los cuales, el Papa Clemente X la inscribió en la lista de las santas Vírgenes. [Lectio94] La primera flor de santidad en América del Sur fue la virgen Rosa. Nació de padres cristianos en Lima y desde su cuna dio señales de su futura santidad, porque la faz de la niña se transformó semejante a una rosa, y esto le dio su nombre. Para que sus padres no la obligaran a casarse, secretamente se cortó su hermoso cabello. La austeridad de su vida fue muy singular. Tomó el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo y siguió el difícil camino de Santa Catalina de Siena. Durante 15 años, sufriría durante horas a la vez por la desolación del espíritu y la aridez, y soportó agonías más amargas que cualquier muerte. A través de apariciones, disfrutó de una maravillosa compañía de su Ángel de la Guarda, Santa Catalina de Siena y la Virgen Madre de Dios, y tuvo el privilegio de escuchar a Cristo decir: Rosa de mi Corazón, sé mi esposa. Famosa por muchos milagros, antes y después de su muerte, fue incluida en la lista de las Vírgenes santas por Clemente X. &teDeum