[Officium] Quarta die infra Octavam S. Laurentii [Lectio4] Del libro de los Oficios de S. Ambrosio, Obispo. !Lib. 1, cap. 41, hacia la mitad. Recordemos a San Lorenzo, quien al ver cómo llevana a su obispo al martirio, se echó a llorar no porque aquél fuera a sufrir, sino porque él mismo se quedaba atrás. Y así dijo: «¿Adónde vas, oh padre, sin tu hijo? Oh sacerdote santo ¿adónde acudes presuroso sin tu ministro? Nunca acostumbrabais celebrar el sacrificio sin ministro. ¿En qué he desagradado a vuestra paternidad? ¿Me habéis encontrado indigno? Probad si el ministro a quien habéis escogido es digno de confiarle la dispensación de la sangre del Señor». [Lectio5] !Lib. 2, cap. 28, pasada la mitad. A quien le pedía los tesoros de la Iglesia le prometía mostrárselos. Y al siguiente día lo llevó a los pobres. Cuando le preguntaron dónde estaban los tesoros prometidos, señaló a los pobres y dijo: «Éste es el tesoro de la Iglesia». Y en verdad éste es el tesoro, aquellos en los que se halla Cristo, en los que hay fe en Cristo. Pues así dijo el Apóstol: «Este tesoro lo llevamos en vasos de barro». ¿Tiene Cristo mejores tesoros que aquellos dentro de quienes se dice que está? Pues está escrito: «Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era peregrino, y me hospedasteis». Y luego: «Siempre que lo hicisteis con alguno de estos, conmigo lo hicisteis». Estos fueron los tesoros que mostró Lorenzo, y así venció; pues nadie hay capaz de robarlos. [Lectio6] ¿Y no se dijo a San Lorenzo: «No debiste distribuir los tesoros de la Iglesia ni vender los vasos de los sacramentos»? Pero quien hace esto debe hacerlo con fe sincera y sabia discreción. Pues si lo hace por provecho propio, comete un crimen; si lo distribuye a los pobres o libera a los cautivos, practica la misericordia. Nadie hay que pueda decir: «¿Por qué vive el pobre? ¿Por qué hay que liberar a los cautivos?», nadie puede tener esto a mal, puesto que con ello se levanta el templo de Dios. Nadie puede enojarse si así los restos de los fieles son enterrados, y si así los restos de los difuntos reciben cristiana sepultura. Por estos tres motivos es lícito romper, fundir o vender los vasos de la Iglesia. [Lectio7] Lectura del Santo Evangelio según San Juan !Jn 12:25-27 En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo, después de echado en la tierra no muere, queda infecundo. Y lo que sigue. _ Homilía de San Agustín, Obispo. !Trat. 51 sobre San Juan, hacia el final. Es servidor de Cristo el que llega al punto de llevar a cabo la gran obra de caridad que es dar la propia vida por sus hermanos, que es darla por el propio Cristo, quien tocando sus miembros dice: «Siempre que lo hicisteis con alguno de estos, conmigo lo hicisteis». De alguien así se dignó hacer y llamar servidor suyo, cuando dijo: «Así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir, y a dar su vida para redención de muchos». Así, se llama a alguien así servidor de Cristo en tanto que Cristo es servidor. Si alguien sirve así a Cristo, el Padre le honrará con el gran honor de que allí donde esté el Hijo no falte la felicidad. [Lectio8] Cuando escuchéis, hermanos, decir al Señor: «Donde yo estoy, allí estará mi servidor», no penséis sólo en los buenos obispos y clérigos; haced vosotros también vuestra pequeña parte por servir a Cristo, viviendo bien, dando limosna, predicando su nombre y su doctrina a quien pudiereis. De modo que cualquier padre de familia sepa que por este nombre debe profesar un afecto paternal a su familia. Que por Cristo y por la vida eterna amoneste, enseñe, exhorte y corrija a los suyos, sea bondadoso con ellos y les enseñe disciplina. Y así asuma en su casa el oficio de la Iglesia como si fuera el obispo, sirviendo a Cristo, para que se pueda decir: donde Él está, está su servidor.