[Officium] S. Philippi Neri Confessoris [Oratio] Oh Dios, que elevaste a la gloria de tus Santos al bienaventurado Felipe, tu Confesor: concédenos propicio, que sepamos aprovechar los ejemplos de aquel con cuya solemnidad nos alegramos. $Per Dominum [Lectio4] Felipe Neri, nacido de piadosos y honestos padres en Florencia, desde su infancia dio señales de su futura santidad. Siendo joven, renunció a una rica heredad de su tío paterno, y se dirigió a Roma, en donde, instruido en la filosofía y en las sagradas letras, se entregó a Jesucristo. Muchas veces pasó tres días sin tomar alimento, entregado a las vigilias y a la plegaria; visitaba las basílicas de Roma, y acostumbraba a pasar la noche en el cementerio de San Calixto, en la contemplación de las cosas celestiales. Ordenado sacerdote por obediencia, se consagró con todas sus fuerzas a trabajar para la salvación de las almas, dedicándose al ministerio de oír confesiones, y perseverando hasta el fin de su vida, engendrando para Jesucristo muchos hijos. Como deseaba alimentarlos con la palabra de Dios cotidiana, la frecuencia de los sacramentos, la oración asidua y otros ejercicios de piedad, instituyó la Congregación del Oratorio con ese fin. [Lectio5] Herido por el amor de Dios, languidecía, y su corazón ardía en el fuego de la caridad, que no bastando su pecho para contenerlo, Dios ensanchó su costado rompiendo y levantando dos de sus costillas. Celebrando la santa Misa u orando, se elevó algunas veces sobre el suelo, mostrándose iluminado por una luz celestial. Ejerció la caridad en todas sus formas para con los pobres. Por esto mereció dar una limosna a un Ángel que se le apareció en forma de pobre. En una ocasión, llevando pan a unos necesitados, se cayó de noche en una hoya, y fue sacado incólume por un Ángel. Amó la humildad, aborreció los honores, rehusando las dignidades eclesiásticas, aun las mayores, que varias veces le ofrecieron. [Lectio6] Dotado del don de profecía, se distinguió por su penetración de los corazones. Conservó incólume con todo su esplendor la pureza virginal, llegando al extremo de distinguir por el buen o mal olor a las personas, según que practicasen o no la castidad. Algunas veces se apareció a los que estaban ausentes, y les ayudó en sus peligros. Restituyó la salud a no pocos enfermos que estaban en peligro de muerte, y volvió a un difunto a la vida. Fue honrado con la aparición de los espíritus celestiales y de la Virgen Santísima, y vio cómo muchas almas rodeadas de resplandores subían al cielo. Finalmente, en el año de gracia 1595, el día 25 de mayo, Corpus Christi, celebrada la santa Misa con el mayor consuelo de su espíritu, y terminadas las funciones, después de media noche, en la misma hora que había predicho, a la edad de 80 años, se durmió en el Señor. Ilustre por sus milagros, fue incluido en el catálogo de los Santos por el Pontífice Gregorio XV. [Lectio94] Felipe Neri nació en Florencia de padres honestos y devotos. Renunció a una gran herencia de su tío, y se fue a Roma, donde estudió filosofía y ciencias sagradas y se entregó por completo a Cristo. Se hizo sacerdote por obediencia, dedicándose por entero a la salvación de las almas. Escuchando confesiones, en las que perseveró hasta el fin de su vida, engendró muchos hijos para Cristo. Deseaba alimentarlos con el pan de cada día de la palabra de Dios, la frecuente recepción de los sacramentos, con la oración constante y con otros ejercicios de piedad, y fundó la Congregación del Oratorio. Su corazón fue herido por el amor de Dios, con tal ardor que solo podía contenerse dentro de su pecho porque el Señor agrandó milagrosamente el pecho rompiéndole dos costillas y formando un arco sobre el corazón. Se hizo famoso por el don de profecía y por su maravillosa penetración en los pensamientos de los corazones de los hombres. Mantuvo su virginidad intacta; y tenía el don de distinguir a los que cultivaban la pureza por un buen olor, y los que no lo hacían por el hedor. A los 80 años, en el año de la salvación 1595, se durmió en el Señor. &teDeum