[Officium] S. Leonis I Papæ Confessoris et Ecclesiæ Doctoris [Name] León [Lectio1] (rubrica tridentina) @Sancti/02-22:Lectio1 [Lectio3] (rubrica tridentina) !1 Pe 1:13-21 13 Por eso, ceñidos los lomos de vuestra mente y, manteniéndoos sobrios, confiad plenamente en la gracia que se os dará en la revelación de Jesucristo. 14 Como hijos obedientes, no os amoldéis a las aspiraciones que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. 15 Al contrario, lo mismo que es santo el que os llamó, sed santos también vosotros en toda vuestra conducta, 16 porque está escrito: Seréis santos, porque yo soy santo. 17 Y puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, 18 pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, 19 sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, 20 previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, 21 que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios. [Lectio4] El papa León I, etrusco, gobernó la Iglesia, cuando el rey de los hunos, Atila, por sobrenombre el Azote de Dios, invadiendo Italia devastó e incendió la ciudad de Aquileya, a la que conquistó después de haberla tenido cercada por espacio de tres años. Y deseando saquear Roma, cuando se preparaba a atravesar con sus tropas el Mincio en el sitio en que confluye con el Po, el papa San León le salió al encuentro. Movido a compasión el Pontífice, con una elocuencia divina persuadió a Atila a que volviera atrás. Preguntado por los suyos por qué había obedecido al Papa, respondió que había obrado por temor a otro personaje, de hábitos sacerdotales, que había visto de pie al lado del Papa mientras éste hablaba, amenazándole de muerte con una espada desenvainada si no obedecía a León. Por lo cual Atila regresó a Pannonia. [Lectio5] León fue recibido por todo el pueblo con alegría. Poco después logró, gracias a su elocuencia y santidad, persuadir a Genserico, que había invadido la ciudad, que impidiera los incendios, ignominias y matanzas. Viendo la Iglesia atacada por muchos herejes, principalmente por los nestorianos y eutiquianos, con el fin de purificarla y confirmarla en la fe católica, convocó un concilio en Calcedonia, en el cual seiscientos treinta obispos condenaron a Eutiques y a Dióscoro, y nuevamente a Nestorio. León confirmó estos decretos con la plenitud de su autoridad. [Lectio6] El santo Pontífice se dedicó después a reparar y edificar diferentes iglesias. Por su consejo, Demetria, mujer piadosa, construyó la iglesia de San Esteban en una propiedad suya de la vía Latina, a tres millas de Roma. Él mismo edificó en la vía Apia una iglesia bajo la denominación de San Cornelio; restauró otras muchas y las proveyó de vasos sagrados; construyó bóvedas en las tres basílicas de San Pedro, San Pablo y Constantiniana; junto a la de San Pedro edificó un monasterio; puso guardianes en los sepulcros de los Apóstoles, con el nombre de cubicularios. Ordenó que en el canon de la Misa se dijera: “Santo sacrificio, inmaculada Hostia”. Dispuso que las religiosas no recibiesen el velo bendecido, bien probada su virginidad hasta la edad de 40 años. Realizadas otras cosas ilustres, habiendo escrito mucho, santa y elocuentemente, el 11 de abril se durmió en el Señor. Su pontificado duró 21 años, 1 mes y 13 días. [Lectio94] Leo I, etrusco, Papa de la Iglesia cuando Atila, rey de los hunos, llamado el Azote de Dios, estaba invadiendo Italia; había tomado y quemado Aquileya y estaba preparandose para atacar Roma, cuando salió a su encuentro y, por elocuencia dada por Dios, lo persuadió a retirarse; entonces León fue recibido de regreso a Roma con gran regocijo. Más tarde, cuando Genserico estaba invadiendo la ciudad, León lo persuadió, con la misma elocuencia, de abstenerse de quemarla y ultrajarla. Cuando León vio a la Iglesia hostigada por muchas herejías, especialmente por los nestorianos y los eutiquianos, convocó al Concilio de Calcedonia 630 obispos que condenaron a Eutiques y Dióscoro, y repitieron la condena de Nestorio. Los decretos de este Concilio fueron confirmados por la autoridad de León. Construyó muchas iglesias y un monasterio cerca de la Basílica de San Pedro. Después de una vida llena de estas y otras obras admirables, incluyendo muchas escrituras santas y elocuentes, se durmió en el Señor el 10 de noviembre, en el 21º año de su pontificado. &teDeum [Lectio7] Lectura del santo Evangelio según San Mateo !Mt 16:13-19 En aquel tiempo: Vino Jesús al territorio de Cesárea de Filipo, y preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Y lo que sigue. _ Homilía de San León, Papa. !Sermón 2 en el aniversario de su entronización, antes del medio. Como ya sabemos por la lectura del Evangelio, interrogó el Señor a sus discípulos preguntándoles cuál era su opinión acerca de Él; a lo que contestó el bienaventurado apóstol Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. El Señor dijo entonces: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no te lo rerveló carne ni sangre, sino mi Padre, que está en los cielos. Y Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti daré las llaves del reino de los cielos. Y todo lo que ligares sobre la tierra, ligado será en los cielos, y todo lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los cielos”. Permanece lo que la Verdad estableció, y el bienaventurado Pedro, guardando la solidez de piedra que recibió, no cesa de empuñar el timón de la Iglesia que se le confíó. [Lectio8] En la Iglesia universal, repite Pedro cada día: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, y toda lengua que confiese al Señor es aleccionada por el magisterio de esta voz. Esta fe triunfa del demonio y rompe los lazos de los que él ha cautivado. Esta fe, después de arrancarlos del mundo, los introduce en el cielo, y las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. De tal firmeza le dotó Dios, que la perversidad de la herejía jamás pudo corromperla, ni vencerla la perfidia del paganismo. Así, pues, amadísimos míos, dominados por estos sentimientos, mediante un culto racional, celebremos la fiesta de hoy, de tal suerte que en mi humilde persona consideréis y, honréis a aquel en el cual se perpetúa la solidez de todos los pastores, y que conserva siempre la guarda de las ovejas a él confiadas; aquel cuya dignidad no disminuye ni declina, ni siquiera cuando es representado indignamente. [Lectio9] Cuando dirigimos nuestras exhortaciones a vuestra santa asamblea, creed que os habla aquel cuyo puesto ocupamos. Animados del afecto que os profesa, os dirigimos nuestras advertencias, y nada os predicamos que no haya enseñado él, conjurándoos a que ciñáis espiritualmente vuestras cinturas y a que llevéis una vida casta y sobria en el temor de Dios. Vosotros sois, como decía el Apóstol, “mi gozo y mi corona”, si vuestra fe que, desde el origen del Evangelio, ha sido celebrada en todo el mundo, persevera en toda santidad y dilección. Toda la Iglesia, difundida por el orbe, debe florecer en todas las virtudes, pero conviene que entre todos los pueblos, os distingáis por el mérito de una piedad más excelente, ya que, colocados en la cumbre de la religión cristiana y sobre la piedra misma del apostolado, habéis sido, como todos, rescatados por Jesucristo nuestro Señor, y, con preferencia a todos, instruidos por el bienaventurado apóstol Pedro. &teDeum