[Officium] Ss. Perpetuæ et Felicitatis Martyrum [Name] Perpetua y Felicidad [Oratio] Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, que veneremos con constante devoción los triunfos de tus santas mártires Perpetua y Felicidad, para que a las que no podemos honrar dignamente, rindamos frecuentemente humildes obsequios. $Per Dominum [Invit] Alabemos a Dios, nuestro Señor, * en la confesión de las bienaventuradas Perpetua y Felicidad. [Lectio4] Perpetua y Felicidad fueron detenidas en Africa en la persecución del emperador Severo, junto con Revocato, Saturnino y Secúndolo, y encerradas en una oscura cárcel; después se les juntó Sátiro. Eran catecúmenas, y poco después fueron bautizadas. A los pocos días las llevaron al foro con sus compañeros, y tras haber confesado gloriosamente la fe, el procurador Hilarión las condenó a las fieras. Descendieron gozosas a la cárcel, en donde diversas visiones robustecieron su valor para recibir la palma del martirio. A Perpetua no pudieron apartarla de la fe de Cristo ni las repetidas súplicas y las lágrimas de su anciano padre, ni el amor maternal hacia su hijito que pendía de sus pechos, ni la atrocidad del suplicio. [Lectio5] Ya cerca del día del espectáculo, Felicidad sentía una gran aflicción porque estaba en el octavo mes de embarazo y temía que difiriera el martirio, ya que las leyes prohibían que fuesen ejecutadas las mujeres que estaban encintas. Se anticipó el parto por las preces de sus otros compañeros, dando a luz una hija; como de los dolores del parto se quejara, le dijo un guardián: “Si así te quejas, ¿qué harás cuando te veas arrojada a las fieras?”; contestándole ella: “Ahora padezco yo, mas durante el martirio habrá en mí otro que sufrirá por mí, supuesto que yo también padeceré por Él”. [Lectio6] Por fin, las generosas mujeres fueron presentadas en el anfiteatro a la vista del pueblo el día 5 de marzo. En primer lugar las azotaron; luego, maltratadas por una vaca ferocísima, las cubrió de heridas y las pisoteó. Por último, rematadas por la espada, dieron su vida por Cristo, juntamente con sus compañeros, que fueron atormentados por diversas fieras. El Papa S. Pío X elevó la fiesta de estas mártires al rito doble para toda la Iglesia, y mandó celebrarla el día 6 de marzo. [Lectio94] Perpetua y Felicidad fueron arrestadas en África, junto con Revocato Saturnino y Secúndulo, en la persecución del emperador Severo. Arrojadas a una mazmorra, se les uniría más tarde Sátiro. Allí fueron bautizadas. Luego se les condenó a las bestias. Felicidad, con dolores de parto, cuando gimió, uno de los carceleros le preguntó qué haría en el anfiteatro. Ella respondió: “Ahora padezco yo, pero allí habrá otro en mí que sufrirá por mí, porque sufriré por Él”. Las llevaron al anfiteatro, con toda la gente mirando, y las golpearon con varas. Luego fueron maltratadas por una vaca salvaje durante un tiempo, corneadas y pisoteadas en el suelo. Finalmente fueron asesinados por la espada junto con sus compañeros que habían sido atacados por varias bestias salvajes, el 6 de marzo. &teDeum