[Rank] In Apparitione Beatæ Mariæ Virginis Immaculatæ;;Duplex majus;;4;;ex C11 [Rank] (rubrica innovata) In Apparitione Beatæ Mariæ Virginis Immaculatæ;;Duplex optional;;2;;ex C11 [Ant Vespera] Ella es * el resplandor de la luz eterna y el espejo sin mancha.;;109 Una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.;;112 Tú eres la gloria de Jerusalén, Tú eres la alegría de Israel, Tú eres el orgullo de nuestra raza.;;121 Bendita eres Tú, Virgen María, del Señor Dios altísimo, entre todas la mujeres de la tierra.;;126 Hoy el Señor ha proclamado la grandeza de tu nombre de tal manera que no cesarán tus alabanzas en la boca de los hombres.;;147 [Ant 1] Ésta es * mi paloma, mi perfecta, mi inmaculada. [Oratio] Oh Dios, que mediante la Inmaculada Concepción de la Virgen preparaste una digna morada a tu Hijo: te rogamos humildemente que cuantos celebramos la Aparición de la misma Virgen, consigamos la salud del alma y del cuerpo. $Per eumdem [Invit] @Sancti/12-08:Invit [Hymnus Matutinum] v. Con nuestros cánticos te celebramos, oh Inmaculada Madre de Dios; corresponde benigna a nuestras alabanzas otorgándonos tu gracia. _ Posteridad culpable de Adán, nacemos todos impuros; mas la fe nos enseña que Tú sola fuiste inmune de la mancha de nuestro primer padre. _ Con tu planta aplastas la cabeza del dragón envidioso; Tú sola puedes gloriarte de un origen inmaculado. _ Oh Tú, gloria del linaje humano, que quitas el oprobio de Eva, a cuantos te suplicamos, defiéndenos: a cuantos caemos, levántanos. _ Oh Virgen poderosa, confunde las astucias y los ataques de la antigua serpiente, para que por ti participemos de las delicias que gozan los moradores del cielo. _ * Gloria a a ti, oh Jesús, nacido de la Virgen, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. [Ant Matutinum] Ave, llena de gracia; * el Señor es contigo.;;8 Bendita Tú eres entre todas las mujeres * y bendito es el fruto de tu vientre.;;18 No temas, María, * has hallado gracia delante del Señor.;;23 V. El Señor omnipotente me ha rodeado con su virtud. R. Y conservó inmaculado mi camino. Me hizo grande * aquel que es poderoso, y cuyo nombre es santo.;;44 El Altísimo * ha santificado su tabernáculo; en medio de él está Dios; no será conmovida.;;45 El Señor te poseyó * ya desde el principio de sus obras, y te ha amado con amor eterno.;;86 V. Dios la protegerá con su faz. R. En medio de ella está Dios; no será conmovida. La mano del Señor * te ha esforzado, y por esto serás bendita para siempre.;;95 No temas, * ya que esta ley no ha sido dada para ti, sino para todos los demás.;;96 El Señor te ha bendecido * con su poder, pues por ti ha aniquilado a nuestros enemigos.;;97 V. Derramada está la gracia en tus labios. R. Por esto Dios te ha bendecido para siempre. [Responsory1] R. La sabiduría, que se extiende de un confín a otro con fortaleza y lo ordena todo con suavidad, ha edificado para sí una casa. * He ahí la morada de Dios entre los hombres. V. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, compuesta como una novia engalanada para su esposo. R. He ahí la morada de Dios entre los hombres. [Lectio2] !Prov 8:18-25 18 Yo traigo riqueza y honor, fortuna copiosa y prosperidad; 19 mi fruto es mejor que el oro puro, y mi renta vale más que la plata; 20 camino por sendero justo, por las sendas del derecho, 21 para legar riquezas a mis amigos y colmar todos sus tesoros. 22 El Señor me creó al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. 23 En un tiempo remoto fui formada, antes de que la tierra existiera. 24 Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. 25 Aún no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. [Responsory2] R. Como el arco iris que resplandece entre las nubes, como la flor de los rosales en tiempo de primavera, como las azucenas junto a la corriente de las aguas, * Así resplandece la Virgen inmaculada. V. Pondré mi arco en las nubes, y será señal de mi alianza con vosotros. R. Así resplandece la Virgen inmaculada. [Lectio3] !Prov 8, 34-36; 9, 1-5 34 Dichoso el hombre que me escucha, velando día a día en mi portal, guardando las jambas de mi puerta. 35 Quien me encuentra, encuentra la vida y alcanza el favor del Señor. 36 Quien me pierde se arruina a sí mismo; los que me odian aman la muerte. 1 La sabiduría se ha hecho una casa, ha labrado siete columnas; 2 ha sacrificado víctimas, ha mezclado el vino y ha preparado la mesa. 3 Ha enviado a sus criados a anunciar en los puntos que dominan la ciudad: 4 «Vengan aquí los inexpertos»; y a los faltos de juicio les dice: 5 «Venid a comer de mi pan, a beber el vino que he mezclado». [Responsory3] R. Levántate, amiga mía, hermosa mía, paloma mía, y ven; * Muéstrame tu rostro; resuene tu voz en mis oídos. V. La voz de la tórtola se ha dejado oír en nuestra tierra. R. Muéstrame tu rostro; resuene tu voz en mis oídos. &Gloria R. Muéstrame tu rostro; resuene tu voz en mis oídos. [Lectio4] Al año cuarto de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción, en las orillas del río Gave, cerca de Lourdes, diócesis de Tarbes, Francia, la Virgen se apareció varias veces en la cavidad de la peña sobre la gruta de Massabielle a una niña pobre llamada Bernardita, muy candorosa y piadosa. La Virgen Inmaculada se mostraba con aspecto que respiraba juventud y bondad, con un vestido y un manto blanquísimos, y ceñida con una faja azul. Una rosa adornaba sus pies desnudos. En la primera aparición, el 11 de febrero de 1858, enseñó a la niña a santiguarse piadosamente, excitándola al rezo del santo Rosario con su ejemplo, tomando en la mano el rosario que llevaba pendiente del brazo. En la segunda aparición, la niña, con la sencillez de su alma, temiendo que aquello pudiera ser obra diabólica, echó agua bendita sobre la Virgen; pero ésta, sonriéndose dulcemente, mostró un semblante aun más benigno. La tercera vez, invitó a la niña a que acudiese a la gruta durante quince días. Desde entonces le habló frecuentemente, exhortándola a rogar por los pecadores, a besar el suelo, y a la práctica de la penitencia. Por último, le mandó decir a los sacerdotes que edificaran allí una capilla, a la que acudirían las gentes en procesiones. Ordenó además, que bebiera y se lavase del agua que aún estaba oculta debajo de la arena, pero que pronto brotaría. Por último, en el día de la festividad de la Anunciación, al pedirle la niña que le manifestara su nombre, ya que tantas veces se le había aparecido, la Virgen, puestas las manos en el pecho, y teniendo los ojos levantados al cielo, respondió: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. [Responsory4] R. ¿Quién es ésta, que va subiendo cual aurora naciente, * Bella como la luna, brillante como el sol? V. Esta es mi paloma, mi perfecta, mi inmaculada. R. Bella como la luna, brillante como el sol. [Lectio5] Divulgándose los favores que los fieles aseguraban haber recibido en la sagrada gruta, aumentaban cada día los devotos inspirados por la veneración del lugar. Así, pues, el obispo de Tarbes, a causa de los prodigios y por el candor de la niña, el año cuarto después de los acontecimientos, y tras un examen jurídico, reconoció que los caracteres de aquellos hechos eran sobrenatules, y autorizó en la gruta el culto a la Virgen Inmaculada. Pronto se edificó la iglesia; desde aquel día, acuden allí cada año a cumplir promesas y a implorar el favor de la Virgen multitudes de fieles de Francia, Bélgica, Italia, España y demás naciones de Europa, como de América. Así, cada vez es más célebre por todo el orbe el nombre de la Inmaculada Virgen de Lourdes. El agua de aquella fuente, llevada a todas partes, restituye la salud a los enfermos. El orbe católico, por tantos beneficios, ha edificado allí monumentos de un arte maravilloso. Muchos estandartes, enviados a Lourdes por ciudades y naciones por los beneficios recibidos, son una admirable ornamentación del templo de la Virgen. Allí, como en su propio trono, la Virgen Inmaculada recibe un culto ininterrumpido: de día, por medio de plegarias, cánticos y solemnes ceremonias; de noche, con preces que las multitudes de peregrinos le dirigen llevando velas encendidas, y cantando sus alabanzas. [Responsory5] R. Acontecerá en los últimos días que la montaña preparada para la Virgen María se levantará sobre la cumbre de los montes, y se elevará sobre los cielos, a ella acudirán muchos pueblos, y dirán: * Venid y subamos al monte. V. Tu morada es parecida a aquella en que todos gozan de alegría. R. Venid y subamos al monte. [Lectio6] Estas peregrinaciones han excitado la fe en unos tiempos llenos de frivolidad, han fortalecido los ánimos para profesar la ley cristiana, han fomentado de un modo admirable el culto a la Inmaculada Virgen. En esta ferviente profesión de fe, guían al pueblo cristiano los sacerdotes, los cuales conducen las multitudes de los fieles a los pies de la Virgen. Los mismos obispos frecuentan este lugar sagrado, presidiendo las peregrinaciones y tomando parte en las fiestas solemnes. No es raro ver aun a los purpurados de la Iglesia romana, a manera de humildes peregrinos, visitar este Santuario. Por su parte, los pontífices romanos, movidos de su piedad para con la Virgen Inmaculada de Lourdes, han distinguido su templo con los más preciosos favores. Pío IX lo enriqueció con sagradas indulgencias, con el privilegio de la Archicofradía, y con el título de Basílica menor, disponiendo que la imagen de la Madre de Dios fuese coronada por su legado apostólico en Francia. También el papa León XIII le confirió asimismo innumerables beneficios: concedió la indulgencia del jubileo en el año vigésimoquinto de la Aparición, fomentó con sus actos y sus palabras las peregrinaciones, y dispuso que en nombre suyo se hiciera allí la dedicación solemne de una iglesia bajo el título del Rosario; llevó sus favores al extremo de instituir, a ruegos de muchos obispos, una fiesta solemne con el título de la Aparición de la Inmaculada Virgen María, con Oficio y Misa propios. Finalmente, S. Pío X, Pontífice Máximo, llevado de su piedad hacia la Madre de Dios, y accediendo a los votos de muchos obispos, extendió la misma fiesta a toda la Iglesia. [Responsory6] R. La previniste, Señor, con bendiciones de dulcedumbre, pusiste sobre su cabeza * Una corona de piedras preciosas. V. Grande es su gloria por la gracia que le has dado; la revestiste de esplendor y de hermosura soberana. R. Una corona de piedras preciosas. &Gloria R. Una corona de piedras preciosas. [Lectio94] Al cuarto año de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, una niña llamada Bernadette afirmó haber visto a la Inmaculada Madre de Dios varias veces. La aparición fue en una gruta a orillas del río Gave, cerca de Lourdes, Francia, diócesis de Tarbes. Los muchos milagros que siguieron fueron suficientes para que cualquier cristiano prudente y fiel creyese que el dedo de Dios estaba allí. Fue revelada una fuente desconocida en una de las apariciones. Los milagros por los que Lourdes llegó a ser más conocida fueron las ocasiones en que los enfermos recuperaron su salud después de beber del agua milagrosa. Dado que las noticias sobre los beneficios que recibían los fieles en la gruta sagrada se extendían en el extranjero y el número de peregrinos aumentaba, el obispo de Tarbes llevó a cabo una investigación oficial y luego dio permiso para el culto de la Virgen Inmaculada en la gruta. Se construyó una iglesia y grandes multitudes vinieron a Lourdes cada año; el nombre de la Inmaculada Madre de Dios continuó aumentando en gloria por todas partes, con los eventos de la procesión del Santísimo Sacramento. Se curan muchos enfermos traídos a Lourdes de todas partes para pedir salud al Señor por intercesión de su Madre Inmaculada. Por esta causa, el Papa S. Pío X extendió a la Iglesia Universal la fiesta concedida a ciertos lugares por León XIII. &teDeum [Responsory7] R. Invoca tú al Señor, habla al Rey por nosotros, * Y líbranos de la muerte. V. Sedientos todos, venid a las aguas, y os saciaréis de la salvación del Señor. R. Y líbranos de la muerte. [Responsory8] R. El Señor Dios plantó un paraíso de delicias, y, en medio del paraíso, el árbol de la vida. * Y de este lugar delicioso salía un río. V. Lo que procede de ti, es un paraíso, oh Virgen María. R. Y de este lugar delicioso salía un río. &Gloria R. Y de este lugar delicioso salía un río. [Ant Laudes] Ella es * el resplandor de la luz eterna y el espejo sin mancha. Una * mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Tú eres la gloria de Jerusalén, * Tú eres la alegría de Israel, Tú eres el orgullo de nuestra raza. Bendita eres Tú, * Virgen María, del Señor Dios altísimo, entre todas la mujeres de la tierra. Hoy el Señor ha proclamado * la grandeza de tu nombre de tal manera que no cesarán tus alabanzas en la boca de los hombres. [Capitulum Laudes] !Cant 2:13-14 v. Hermosa mía, ven a mí. Paloma mía, en los huecos de la peña, en los escondrijos de la cuesta; déjame ver tu figura, déjame oír tu voz: tu voz es dulce, tu figura es hermosa. $Deo gratias [Hymnus Laudes] v. ¡Oh Virgen, aurora que precedes al sol, feliz mensajera de la salvación!, tu pueblo te invoca suplicante en medio de las sombras de la noche. _ El torrente de nefastas olas que a todos arrastra en su torbellino, se convierte en mansa corriente, cuando pasa el Arca de la alianza. _ Cuando la tierra se abrasa de aridez, Tú sola eres favorecida con el rocío; Tú sola quedas a salvo cuando sobre la tierra descarga el diluvio. _ La serpiente yergue su cabeza, vomitando el fatal veneno; pero Tú, invencible, aplastas la cabeza orgullosa del dragón. _ ¡Oh Madre benigna!, acoge los llantos y las plegarias de los que te suplican y, vencedora del infierno, defiende a los que luchan contra sus enemigos. _ ¡Oh Jesús, que naciste de la Virgen!, gloria sea dada a ti, con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos sempiternos. Amén. [Ant 2] Aurora luminosa de salvación, * de ti, Virgen María, ha nacido el sol de justicia, que nos ha visitado de lo alto. [Lectio Prima] !Sir 24:25-26 v. Yo tengo la gracia del camino y de la verdad, en mí está la esperanza de la vida y la virtud. Venid a mí los que me amáis, saciaos de mis frutos. [Responsory Tertia] R.br. ¿Quién es ésta que sube del desierto, * Colmada de gracia? R. ¿Quién es ésta que sube del desierto, * Colmada de gracia? V. Apoyada sobre su amado. R. Colmada de gracia. &Gloria R. ¿Quién es ésta que sube del desierto, * Colmada de gracia? _ V. La vieron las hijas de Sión. R. Y la proclamaron bienaventurada. [Capitulum Sexta] !Prov 8:18-19 v. Yo tengo riqueza y gloria, sólida fortuna y justicia. Mi fruto es mejor que el oro puro y las piedras preciosas. $Deo gratias [Responsory Sexta] R.br. Yo soy la Madre * Del amor noble. R. Yo soy la Madre * Del amor noble. V. Y del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. R. Del amor noble. &Gloria R. Yo soy la Madre * Del amor noble. _ V. Yo tengo la gracia del camino y de la verdad. R. En mí está la esperanza de la vida y la virtud. [Responsory Nona] R.br. Quien me alcanza * Alcanza la vida. R. Quien me alcanza * Alcanza la vida. V. Y goza del favor del Señor. R. Alcanza la vida. &Gloria R. Quien me alcanza * Alcanza la vida. _ V. Venid a mí los que me amáis. R. Saciaos de mis frutos. [Hymnus Vespera 3] v. El maestro supremo de la fe enseña que María es inmune de toda mancha; el mundo fiel celebra gozoso el triunfo de la Virgen. _ La Virgen, mostrándose a los ojos de una humilde doncella, la alienta en su temor, y se llama a sí misma, con su voz santa, concebida sin pecado. _ ¡Oh gruta dichosa, honrada con la aparición de la divina Madre! ¡Oh roca veneranda, de donde manaron aguas de vida en caudalosa corriente! _ La multitud piadosa se dirige aquí en tropel desde nuestras tierras, aquí acuden suplicantes, desde tierras extrañas, muchedumbres de peregrinos, e imploran la protección de la Virgen poderosa. _ La Madre acoge las lágrimas de los que le suplican, y concede a los enfermos la salud deseada; las multitudes, con sus deseos logrados, regresan a sus patrias. _ ¡Oh Virgen, que te compadeces de los infortunios de los que te suplican!, alivia siempre nuestros trabajos, alcanzando a los afligidos los inefables goces de la vida eterna. _ Honor sea dado al Padre y al Hijo que Él engendró, y a ti, ¡oh Espíritu!, igual a ambos en poder, ¡oh Dios único!, siempre y en todo tiempo. Amén. [Ant 3] Hoy la gloriosa Reina del cielo * ha aparecido en la tierra. Hoy ha traído a su pueblo palabras de salvación y prendas de paz. Hoy los coros de los ángeles y de los fieles se alegran celebrando la Inmaculada Concepción. Aleluya.