28 de diciembre _ Los Santos Inocentes Mártires, D. 2ª. cl. c. octava simple. – Morado Estación de San Pablo Extramuros En Belén de Judá, el nacimiento para el cielo de los santos Inocentes Mártires, a quienes Herodes en odio a Cristo quitó la vida. Patronos de bebés; coros de niños; niños abandonados. Había Jesús nacido en Belén y los magos vinieron de Oriente a la corte de Herodes para averiguar dónde acababa de nacer “el rey de los judíos”. Turbose Herodes y, habiendo convocado a los príncipes de los sacerdotes, les preguntó donde debía nacer el Cristo. Llamó después a los magos en secreto y les dijo: “Id, informaos con cuidado acerca de este niño, y cuando lo hayáis encontrado, hacédmelo saber, para que yo también vaya a adorarlo”. Pero los magos, advertidos por el Cielo, no volvieron. Se enfureció Herodes e hizo degollar a todos los niños de Belén y sus alrededores, hasta la edad de dos años. Este bautismo de sangre envió muchos ángeles al cielo. En Lyon de Francia, el tránsito de san Francisco de Sales, Obispo de Ginebra y Confesor, a quien, muy esclarecido por su doctrina y por su ardentísimo celo en convertir los herejes, el Sumo Pontífice Alejandro VII puso en el número de los Santos, y mandó que su fiesta se celebrase el 29 de Enero, día en que fue trasladado su sagrado cuerpo desde Lyon a Annecy de Saboya. El Papa Pío IX le declaró Doctor de la Iglesia universal; y el Papa Pío XI le nombró y confirmó celestial Patrono de todos los Escritores católicos que en los diarios y en otros escritos destinados al público, ilustran, propagan y defienden la Cristiana sabiduría. En Ancira de Galacia, los santos Mártires Eutiquio, Presbítero, y Domiciano, Diácono. En África, el triunfo de los santos Mártires Castor, Víctor y Rogaciano. En Nicomedia, los santos Mártires Indes, mayordomo, Domna, Ágape y Teófila, Vírgenes, y sus Compañeros, que en la persecución de Diocleciano, al cabo de muchos combates, consiguieron, con diverso género de muerte, la corona del martirio. En Neocesarea del Ponto, san Troadio, Mártir, en la persecución de Decio; a cuyo combate asistió en espíritu san Gregorio Taumaturgo, y le fortaleció para arrostrar el martirio. En Arabizo de la Armenia inferior, san Cesáreo, Mártir, que padeció de orden de Galerio Maximiano. En Roma, san Domnión, Presbítero. En el monasterio de Lerins de Francia, san Antonio, Monje, esclarecido en milagros.