26 de diciembre _ San Esteban Protomártir, D. 2ª. cl. c. octava simple. – Rojo Estación de San Esteban en el Monte Celio. En Jerusalén, el triunfo de san Esteban Protomártir, que no mucho después de la Ascensión del Señor fue apedreado por los Judíos. † lapidado hacia el año 33. Patrono de diáconos. Protector contra los dolores de cabeza. San Esteban, primer diácono elegido por los Apóstoles para la distribución de las limosnas entre los fieles, fue también el primer mártir de Jesucristo: ¡qué gloria! Reprochó vivamente a los judíos el que hubieran echado mano a traición y dado muerte al Justo, al Mesías prometido, y lo confesó magníficamente ante Caifás y el gran Consejo. Hasta vio que los cielos se abrían y a Jesús a la diestra del Padre. Llenos de furor, los judíos lo arrastraron fuera y lo lapidaron mientras Esteban, de rodillas, pedía a Dios que los perdonase. ¡Saulo, el futuro gran San Pablo, tenía sus vestiduras! En Roma, san Marino, del orden Senatorial, el cual, siendo Emperador Numeriano y Prefecto Marciano, preso por causa de la religión Cristiana, fue primero, como si fuese esclavo, puesto a cuestión de tormento en el ecúleo y desgarrado con uñas de hierro; luego echado en una sartén; pero, convertido el fuego en rocío y saliendo él sin lesión, fue expuesto a las fieras, que tampoco le hicieron daño; finalmente, conducido de nuevo al gentílico altar, y rodando por tierra los ídolos a su oración, pasado a cuchillo, consiguió el triunfo del martirio. Allí mismo, en la vía Apia, el tránsito de san Dionisio, Papa, el cual, habiendo pasado muchos trabajos por la Iglesia, resplandeció con insignes testimonios de fe. En Roma también, san Zósimo, Papa y Confesor. En Mesopotamia, san Arquelao, Obispo, célebre en santidad y doctrina. En Mayuma de Palestina, san Zenón, Obispo. En Roma, san Teodoro, Mansionario de la Iglesia de san Pedro, de quien hacer mención san Gregorio Papa.