19 de noviembre _ Santa Isabel de Hungría, Reina y Viuda, D. - Blanco En la ciudad de Marburgo, en Alemania, el tránsito de santa Isabel, Viuda, hija de Andrés, Rey de los Húngaros, de la tercera Orden de san Francisco; la cual, ocupada continuamente en obras de piedad, esclarecida en milagros, pasó al Señor. n. 1207 en Presburgo, Hungría; † 1231 en Marburgo. Patrona de viudas; panaderos; mendigos; novias; trabajadores y sociedades de caridad; condesas; exiliados; personas falsamente acusadas; hospitales y sanatorios; servicios de enfermería; personas ridiculizadas por su piedad; terciarios. Protectora contra la mortalidad infantil; dolores de muela; problemas con la familia política. Santa Isabel, hija de Andrés II, rey de Hungría, y esposa de Luis IV, landgrave de Turingia, levantábase todas las noches para orar a Dios, alimentaba hasta a novecientos pobres todos los días y seguía descalza las procesiones. A la muerte de su virtuoso esposo, que se había hecho cruzado con Federico Barbarroja: “Dios mío -dijo ella- cuando para resucitarlo no tuviese sino que dar un solo cabello, no lo daría si ello fuese contra vuestra voluntad”. Despojada y echada entonces como disipadora por su cuñado, vivió pobre con sus tres hijos; recobró después sus bienes cuyas rentas distribuyó a los pobres, y murió en una cabaña, el 17 de noviembre de 1231, contando menos de 24 años de edad. San Ponciano, Papa y Mártir, cuyo triunfo se conmemora el 30 de Octubre. En Samaria de Palestina, san Abdías, Profeta. En Roma, en la vía Apia, el triunfo de san Máximo, Presbítero y Mártir, el cual, habiendo padecido en la persecución de Valeriano, fue enterrado en la Iglesia de san Sixto. En la ciudad de Ecija, en España, san Crispín, Obispo, que, siendo decapitado, alcanzó la gloria del martirio. En el mismo día, san Fausto, Diácono Alejandrino, que, primeramente en la persecución de Valeriano, fue desterrado con san Dionisio; después, siendo de edad avanzada, en tiempo de Diocleciano pasado a cuchillo, consumó el martirio. En Cesarea de Capadocia, san Barlaán, Mártir, que, aunque rústico y sin letras, fortalecido con la sabiduría de Cristo, venció con su constancia en la fe al tirano y al mismo fuego. En el día de su fiesta predicó san Basilio el Grande un célebre panegírico. En Viena de Francia, los santos Mártires Severino, Exupeno y Feliciano, cuyos cuerpos, al cabo de largos años, hallados por revelación de los mismos Santos, fueron honoríficamente exhumados por el Obispo, clero y pueblo de aquella ciudad, y con el debido honor sepultados. En Isauria, el suplicio de los santos Azas y ciento cincuenta Compañeros soldados, en tiempo del Emperador Diocleciano y del Tribuno Aquilino.