5 de noviembre _ Fiestas de las Sagradas Reliquias, Dm. - Rojo Después de haber celebrado el día de todos los Santos, o sea, la fiesta de todas las almas que han entrado en el cielo, la Iglesia honra hoy las santas reliquias de sus cuerpos, que en la tierra quedan, esperando la resurrección gloriosa, de que son prenda segura. Desde los primeros tiempos de la Iglesia se celebraban en las catacumbas los santos misterios sobre las tumbas de los mártires, para unir su sacrificio al del Salvador. Más tarde, en Roma, se erigieron basílicas en su honor; vastos relicarios que albergaban el sepulcro de los mártires más célebres. Los restos de quienes habían confesado su fe por el martirio se depositaban bajo el altar mayor, o confesión de las basílicas que se les consagraban; de ahí procede la costumbre de la traslación de las reliquias de los mártires, parte esencial de la ceremonia de la dedicación de una iglesia, así como también la de colocar reliquias de los santos mártires en todos los altares, en el hueco de una pequeña cavidad del ara, llamada tumba. La misa de las santas reliquias se halla compuesta en gran parte de pasajes entresacados de la liturgia de los mártires. El mismo día: San Zacarías, Sacerdote y Profeta y Santa Isabel San Zacarías, Sacerdote y Profeta, que fue padre de san Juan Bautista, Precursor del Señor. Igualmente santa Isabel, madre del mismo santísimo Precursor. San Zacarías, sacerdote de la antigua Ley, y su esposa Santa Isabel, tuvieron el honor de tener por hijo a San Juan Bautista, precursor del Mesías. Fuera de lo que el Evangelio nos enseña acerca de la aparición del ángel a Zacarías, sobre el uso de la palabra, perdido en castigo de su incredulidad y recobrado al nacer San Juan, sobre las maravillas cumplidas con ocasión de la visita de la Madre de Dios, ninguna particularidad conocemos de la vida de los dos augustos esposos. En Terracina de Campania, el triunfo de los santos Mártires Félix, Presbítero, y Eusebio, Monje. Eusebio, por haber enterrado a los santos Mártires Julián y Cesareo, y convertido muchos a la fe de Cristo, a quienes bautizaba el Presbítero san Félix, fue preso juntamente con el mismo Félix; y conducidos al tribunal del Juez, mas no vencidos, encerrados en una cárcel, ambos en la misma noche, por no querer sacrificar a los ídolos, fueron degollados. En Emesa de Fenicia, los santos Mártires Galación y Epistema, su mujer; los cuales, en la persecución de Decio, cruelmente azotados, cortados los pies, las manos y la lengua, y últimamente la cabeza, consumaron el martirio. Igualmente, los santos Mártires Domnino, Teótimo, Filoteo, Silvano y sus Compañeros, siendo Emperador Maximino. En Milán, san Magno, Obispo y Confesor. En Brescia, san Dominador, Obispo. En Tréveris, san Fibicio, que de abad fue creado Obispo de la mencionada ciudad. En Orleáns de Francia, san Leto, Presbítero y Confesor.