10 de octubre _ San Francisco de Borja, Presbítero y Confesor de la Fe, Sd. - Blanco San Francisco de Borja, Sacerdote de la Compañía de Jesús y Confesor, cuyo tránsito se conmemora el 30 de Septiembre. n. 28 de octubre de 1510 en Gandía (Valencia), España; † 30 de septiembre de 1572 en Ferrara, Italia. Protector contra los terremotos. San Francisco, duque de Gandía, nacido en 1510, mereció ser llamado por Carlos V el milagro de los príncipes por sus cualidades y virtudes. Después de haber vivido santamente en Colonia como capitán general y después en su principado, entró en 1545, después de cuatro años de viudez, en la Compañía de Jesús, de la que llegó a ser superior general a pesar de sus lágrimas. Sus admirables predicaciones hacían llorar a todos los asistentes. Rehusó el cardenalato y murió en 1572. En Ceuta de la Mauritania Tingitana, el triunfo de siete santos Mártires de la Orden de Menores, a saber: Daniel, Samuel, Ángel, León, Nicolás, Hugolino y Domno. Todos menos Domno eran Sacerdotes; y por la predicación del Evangelio y confutación de la secta de Mahoma, después de muchas afrentas, prisiones y azotes sufridos de parte de los Sarracenos, al fin, cortadas las cabezas, alcanzaron la palma del martirio. En Colonia, san Gereón, Mártir, con otros trescientos diez y ocho, los cuales por la verdadera religión, en la persecución de Maximiano, ofrecieron pacientemente sus cuellos a la espada. En territorio de la misma ciudad, los santos Víctor y Compañeros, Mártires. En Bona de Alemania, los santos Mártires Casio y Florencio, con otros muchísimos. En Nicomedia, los santos Mártires Eulampio y su hermana Eulampia, Virgen; la cual, como oyese que su hermano era atormentado por Cristo, saltando por medio de la turba, y abrazándose a él, se hizo su compañera en el tormento, y ambos arrojados en una tina de aceite hirviendo, y no recibiendo daño alguno, por último fueron decapitados, junto con otros doscientos que, al presenciar aquel milagro, creyeron en Cristo. En la isla de Creta, san Pinito, nobilísimo entre los Obispos; floreció siéndolo de Gnosia, por los tiempos de Marco Antonino Vero y Lucio Aurelio Cómodo, y en sus escritos, como un espejo, dejó un vivo retrato de sí mismo. En York de Inglaterra, san Paulino, Obispo, que fue discípulo de San Gregorio Papa, y por él enviado allá con otros a predicar el Evangelio, convirtió a la fe de Cristo al Rey Edwino y a su pueblo. En Populonia de Toscana, san Cerbonio, Obispo y Confesor, que, según atestigua san Gregorio Papa, en vida y en muerte fue esclarecido en milagros. En Verona, otro san Cerbonio, Obispo. En Capua, san Paulino, Obispo.