20 de septiembre _ Santos Eustaquio y Compañeros Mártires, Sd. - Rojo En Roma, el suplicio de los santos Mártires Eustaquio y su mujer Teopista, con dos hijos, Agapito y Teopisto; los cuales, en el imperio de Adriano, condenados a las fieras y saliendo, con el auxilio de Dios, sin daño alguno, finalmente encerrados en un buey de bronce candente, consumaron el martirio. † martirizados hacia el año 188. Patrono de los bomberos; cazadores; víctimas de tortura. Protector contra el fuego. Se lo invoca como auxilio en situaciones difíciles. San Eustaquio, brillante oficial de Vespasiano, persiguiendo un día a un ciervo, vio un crucifijo entre los cuernos del animal; sus grandes limosnas le merecieron esta merced del cielo. Se convirtió y se hizo bautizar con toda su familia. Dios entonces le hizo comprender lo que habría de sufrir por su gloria. En efecto, fue reducido a la mayor indigencia, y, mientras huía de su patria, fue sorprendido en el camino y le arrebataron a su mujer y a sus dos hijos. Lo hizo buscar el emperador Trajano y le dio el mando de sus ejércitos, con los que obtuvo victoria y volvió a encontrar a su mujer e hijos; pero, habiendo rehusado dar gracias a los dioses por su triunfo, fue arrojado a los leones con los suyos. Respetados por las fieras, fueron encerrados en un toro de bronce sobre el que se había encendido una gran hoguera. En Cícico de la Propóntide, el triunfo de los santos Mártires Fausta, Virgen, y Evilasio, en el imperio de Maximiano. A Fausta el mismo Evilasio, sacerdote de los ídolos, mandó cortar el cabello y rasurar por escarnio la cabeza, suspenderla y atormentarla. Después, queriendo aserrarla por medio, y no pudiendo los verdugos hacerle daño, maravillado Evilasio creyó en Cristo, y mientras él mismo, por orden del Emperador, era fuertemente atormentado, taladraron a Fausta la cabeza, atravesaron con clavos todo el cuerpo, la echaron en una sartén hecha ascua, y por fin, llamada por una voz celestial, juntamente con el mismo Evilasio, pasó al Señor. En Frigia, los santos Mártires Dionisio y Privado. Igualmente san Prisco, Mártir, el cual, después de punzado con puñales todo el cuerpo, fue decapitado. En Perga de Panfilia, los santos Teodoro, Felipa, su madre, y Compañeros Mártires, en tiempo del Emperador Antonino. En Cartago, santa Cándida, Virgen y Mártir, la cual, imperando Maximiano, despedazado todo el cuerpo, fue coronada del martirio. En Milán, san Glicerio, Obispo y Confesor. En Roma, la Traslación del cuerpo de san Agapito I, Papa y Confesor, desde Constantinopla, donde aquel Pontífice había dormido en el Señor el día 22 de Abril.