3 de septiembre _ San Pío X, Papa San Pío X, Papa, cuyo día natal se conmemora el 20 de agosto. n. 2 de junio de 1835 en Riese (Treviso), Italia; † 20 de agosto de 1914. “Padre Santo, bendiga a mi hijo para que sea bueno, porque sé que si Ud. lo hace así lo será, porque Ud. es un SANTO”. “Buena Señora, Ud. se equivoca de consonantes: Yo soy un Sarto (sastre) no un Santo”. Hacía alusión a su apellido que en italiano significa sastre. De origen humilde, su padre Juan Bautista, sencillo alguacil de Riese (Treviso, Italia) y Margarita Sansón, ama de casa. El Señor bendijo aquel hogar con diez hijos, de los cuales ocho llegaron a ser mayores. A nuestro protagonista se le impuso en el bautismo el nombre de José. Llamó la atención desde niño por su inteligencia, bondad y amor a todo lo que se refería a cosas del Señor. Quedó huérfano de padre muy pequeño. Su madre suplió muy bien aquella carencia y supo plasmar en el corazón de Beppi –como todos le llamaban cariñosamente– toda una gama de virtudes cristianas que luego dieron su fruto abundantemente. Al ser canonizado el 1954, el Papa Pío XII decía de él: “Pío X, pobre y rico, suave y humilde, de corazón fuerte, luchador por los derechos de la Iglesia, esforzado en el empeño de restaurar en Cristo todas las cosas”. Buen resumen de su preciosa y larga vida. En Corinto, el triunfo de santa Febe, de quien hace mención el Apóstol san Pablo escribiendo a los Romanos. En Capua, los santos Mártires Aristeo, Obispo, y Antonino, niño. El mismo día, el triunfo de los santos Mártires Aigulfo, Abad de Lerins, y sus Compañeros Monjes, los cuales, después de cortadas las lenguas y, sacados los ojos, fueron degollados. También los santos Mártires Zenón y Caritón, de los cuales el uno fue arrojado en una caldera de plomo derretido y el otro a las llamas de un horno. En Córdoba de España, san Sándalo, Mártir. En Aquilea, las santas Vírgenes y Mártires Eufemia, Dorotea, Tecla y Erasma, las cuales, siendo Emperador Nerón y Presidente Sebasto, al cabo de muchos suplicios, fueron degolladas y sepultadas por san Hermágoras. En Nicomedia, el suplicio de santa Basilisa, Virgen y Mártir, que siendo de nueve años, en la persecución del Emperador Diocleciano, y presidiendo Alejandro, superó por virtud divina los azotes, el fuego y las fieras a que fue condenada, convirtió a la fe de Cristo al mismo Presidente, y por fin, fuera de la ciudad, puesta en oración, entregó el alma a Dios. En Toul de Francia, san Mansueto, Obispo y Confesor. En Milán, la dichosa muerte de san Auxano, Obispo. El mismo día, san Simeón Estilita, el Joven. En Roma, la Traslación de santa Serapia, Virgen y Mártir, que padeció el martirio el 29 de Julio. En Roma también, la Exaltación al Sumo Pontificado del incomparable varón san Gregorio Magno, que, obligado a tomar sobre sí aquella carga, desde más elevado trono ilustró el Orbe con mayores resplandores de santidad.