20 de julio _ San Jerónimo Emiliani, Confesor de la Fe. D. - Blanco San Jerónimo Emiliano, Confesor, Fundador de la Congregación de Somasca, celestial Patrono de todos los huérfanos y de la juventud desamparada; el cual descansó en el Señor el día 8 de Febrero. n. 1481 en Venecia, Italia; † 8 de Febrero de 1537 en Italia. Patrono de huérfanos y personas abandonadas. Jerónimo siguió primero la carrera militar. Siendo gobernador del castillo de Castelnuovo, fue tomado prisionero y cargado de cadenas. En su infortunio, invocó a la Santísima Virgen, y esta bondadosa Madre rompió sus hierros y lo condujo, a través de los enemigos, hasta Trevisa. Una vez entrado en la ciudad suspendió sus armas ante el altar de su libertadora. Después de haber sido alcalde de Trevisa, volvió a Venecia, su ciudad natal, donde se consagró muy especialmente al cuidado de los huérfanos. Estableció para ellos hospicios en Venecia, Bérgamo y en Brescia. Asoció a su obra algunos abnegados laicos y echó así las bases de la Orden de los Somascos. Murió el 8 de febrero de 1537, de una enfermedad que había contraído cuidando enfermos. En Antioquía, el suplicio de santa Margarita, Virgen y Mártir. En el monte Carmelo, san Elías, Profeta. En Judea, el nacimiento para el cielo de san José, por sobrenombre el Justo, a quien propusieron los Apóstoles con san Matías para ocupar en el apostolado el lugar del traidor Judas; y aunque recayó la suerte en Matías, él, sin embargo, se dedicó, a la predicación del Evangelio y a la santidad, y habiendo padecido de parte de los judíos por la fe de Cristo cruel persecución, descansó con glorioso fin. De este santo se refiere también que, confiado en Dios, bebió el veneno que le dieron sus enemigos, sin recibir daño alguno. En Córdoba de España, san Pablo, Diácono y Mártir, que por reprender a los príncipes Mahometanos por la feroz impiedad de su secta, y predicar constantísimamente a Cristo, de orden de los mismos martirizado, pasó, a los premios del cielo. En Damasco, los santos Mártires Sabino, Julián, Máximo, Macrobio, Casia y Paula, con otros diez. En Portugal, santa Wilgefortis o Librada, Virgen y Mártir, la cual, peleando denodadamente por la fe de Cristo y por la castidad, crucificada, consiguió un glorioso triunfo. El mismo día, el tránsito de los santos Flaviano II, Obispo de Antioquía, y Elías, Obispo de Jerusalén; los cuales, por defender el Concilio de Calcedonia, desterrados por el Emperador Anastasio, pasaron victoriosos al Señor. En una aldea de Boloña en Francia, san Vulmaro, Abad, varón de admirable santidad. En Tréveris, santa Severa, Virgen.