2 de julio _ Visitación de la Bienaventurada Virgen María a su prima Santa Isabel D. 2 cl. - Blanco La Visitación de santa María Virgen a Isabel: No bien la Virgen hubo sabido, por boca del ángel, que Santa Isabel, su prima, iba a tener un hijo, se dirigió a las montañas de Judea para visitarla. Cuando estas dos santas mujeres se besaron, San Juan exultó de gozo en el seno de su madre y reconoció al Mesías que María llevaba en sus entrañas. En el mismo instante, San Juan Bautista fue purificado del pecado original y Santa Isabel henchida del Espíritu Santo. En Roma, en la vía Aurelia, el triunfo de los santos Mártires Proceso y Martiniano; los cuales bautizados por el Apóstol san Pedro en la cárcel Mamertina, y en la persecución de Nerón, deshecha a golpes la boca, distendidos en el potro, azotados con varas y nervios de buey, arrojados a la hoguera, despedazados con escorpiones, y, por último, degollados, fueron coronados del martirio. En Roma también, el suplicio de tres santos soldados, que, convertidos a Cristo en el martirio del Apóstol san Pablo, merecieron ser participantes con él de la gloria celestial. El mismo día, los santos Mártires Aristón, Crescenciano, Eutiquiano, Urbano, Vidal, Justo, Felicísimo, Félix, Marcia y Sinforosa; todos los cuales, en Campania, cuando era más furiosa la persecución del Emperador Diocleciano, fueron coronados del martirio. En Vínchester de Inglaterra, san Swituno, Obispo, cuya santidad resplandece por el don de milagros. En Bamberga, san Otón, Obispo, que predicó el Evangelio a los Pomeranos y los convirtió a la fe. En Lecce de la Apulia, san Bernardino Realino, Confesor, que habiendo desempeñado egregiamente el cargo de Magistrado, entrando en la Compañía de Jesús y ordenado de Sacerdote, resplandeció por su caridad y por sus milagros. En Tours de Francia, el tránsito de santa Munegunda, mujer de gran religión.