25 de junio _ San Guillermo, Abad D. - Blanco En territorio de Guleto, cerca de Nusco, san Guillermo, Confesor, Padre de los Ermitaños de Monte Virgen. n. 1085 en Vercelli, Italia; † 25 de junio de 1142 en Guglietto, Italia. San Guillermo, para dedicarse más libremente a la oración, se retira al Monte Virgen en el reino de Nápoles; pero su reputación de santidad síguelo a su retiro y lleva a él a gran número de personas que desean practicar, bajo su dirección, los ejercicios de la vida ascética. Llégasele también una mujer para tentarlo. Revuélcase el santo sobre carbones encendidos y Dios no permite que sufra la menor quemadura. Su muerte, predicha por él, tuvo lugar el 25 de junio de 1142. En Berea, el triunfo de san Sosípatro, que fue discípulo de san Pablo Apóstol. En Roma, santa Lucía, Virgen y Mártir, con otros veintidós. En Alejandría, san Galicano, Mártir, varón Consular, condecorado con las insignias del triunfo y privado de Constantino Augusto; convertido a la fe de Cristo por los santos Juan y Pablo y bautizado, retiróse con san Hilarino a la ciudad de Ostia, y allí se consagró totalmente a la hospitalidad y servicio de los enfermos; a cuya fama, divulgada por todo el Orbe, concurrían las gentes de todas partes para ver a un hombre que, habiendo sido Patricio y Cónsul, lavaba los pies a los pobres, les ponía la mesa y daba aguamanos, asistía solícito a los enfermos y se ocupaba en las demás obras de caridad. Más tarde, desterrado por Juliano Apóstata, se fue a Alejandría, donde, compeliéndole el Juez Rauciano a ofrecer sacrificio y rehusándolo él, atravesado por la espada, fue hecho Mártir de Cristo. En Sibápolis de Mesopotamia, santa Febronia, Virgen y Mártir, la cual, en la persecución de Diocleciano, por orden del Juez Sileno, por conservar la fe y la castidad, fue primeramente azotada con varas, atormentada en el potro, descarnada con peines de hierro, y abrasada con fuego, hasta que por fin, arrancándole los dientes y cortándole los pechos, la decapitaron, y engalanada con tantas joyas de tormentos, voló al Esposo. En Riez, san Próspero de Aquitania, Obispo de aquella ciudad, ilustre en saber y piedad, el cual peleó valientemente contra los Pelagianos en defensa de la fe católica. En Turín, el tránsito de san Máximo, Obispo y Confesor, en santidad y doctrina celebérrimo. En Holanda, san Adelberto, Confesor, que fue discípulo de san Wílibrordo Obispo.