13 de junio _ San Antonio de Padua, Confesor D. - Blanco En Padua, san Antonio Portugués, Sacerdote de la Orden de Menores, Confesor y Doctor de la Iglesia, ilustre por su santa vida, predicación y milagros; el cual, al año aún no completo después de su muerte, fue puesto en el catálogo de los Santos por el Papa Gregorio IX. n. 1195 en Lisboa, Portugal; † 13 de junio de 1231. Patrono de los oprimidos, pobres, quienes sufren de hambre; personas amputadas; animales (domésticos, pequeños, asnos, caballos); indígenas americanos; ancianos; mujeres embarazadas; cosechas; pescadores; marineros; náufragos; azafatas; viajeros; correo; Padua, Italia; Lisboa, Portugal. Se lo invoca para pedir la fe en el Santísimo Sacramento y para encontrar objetos extraviados. Protector contra el naufragio; hambre; esterilidad. San Antonio de Padua se hizo religioso de San Francisco con el propósito de ir a morir mártir predicando la fe a los moros. La enfermedad le impidió mantener este designio. Predicó a la gente y convirtió a muchos; predicó a los peces y le escucharon. Ordenó al mulo de un hereje que adorase la Santa Hostia; obedeciole el animal, confundiose y convirtiose su dueño. Resucitó a un muerto para justificar a su propio padre. Tenía gran devoción a la Santísima Virgen y la invocaba en todas sus tentaciones. Nuestro Señor lo asistió en la hora de su muerte, que acaeció en el año 1231, en el trigésimo sexto año de su edad. En Roma, en la vía Ardeatina, el triunfo de santa Felícula, Virgen y Mártir; la cual, no queriendo ni desposarse con Flaco ni sacrificar a los ídolos, fue entregada a un juez, que, por su constancia en confesar a Cristo, después de haberla hecho padecer dura hambre en oscuro calabozo, la atormentó en el potro hasta expirar, y bajando de allí su cuerpo, lo arrojó a una cloaca. San Nicomedes, Presbítero, lo sacó de aquel lugar y en la misma vía le dio sepultura. En el Abruzo citerior, san Peregrino, Obispo y Mártir, a quien los Longobardos, en odio de la fe católica, sumergieron en el río Pescara. En Córdoba de España, san Fándila, Presbítero y Monje, que en la persecución Arábiga, degollado, sufrió el martirio por la fe de Cristo. En África, los santos Mártires Fortunato y Luciano. En Biblos de Fenicia, santa Aquilina, Virgen y Mártir, la cual, siendo de doce años, en el imperio de Diocleciano y por orden del juez Volusiano, abofeteada, azotada y horadada con leznas candentes por confesar la fe, y finalmente muerta al filo de la espada, consagró su virginidad con el martirio. En Chipre, san Trifilio, Obispo.