11 de junio _ San Bernabé, Apóstol Dm. - - Rojo En Salamina de Chipre, el triunfo de san Bernabé, Apóstol, natural de Chipre, el cual, elegido con san Pablo por los discípulos Apóstol de los Gentiles, recorrió con él muchas provincias, ejerciendo el cargo recibido de predicar el Evangelio, y vuelto finalmente a Chipre, honró allí su Apostolado con glorioso martirio. Su cuerpo fue hallado por revelación del mismo Santo en tiempo del Emperador Zenón, juntamente con el Evangelio de san Mateo, copiado de su mano. n. en Chipre; † alrededor del año 60 en Salamina. Patrono de Chipre. Invocado como conciliador. Protector contra las tormentas de granizo. San Bernabé fue discípulo de Jesucristo y compañero de trabajos de San Pablo. Habiendo meditado estas palabras del Salvador: Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, vendió lo que poseía y llevó el dinero obtenido a los Apóstoles. Predicó el Evangelio en Antioquía con San Pablo. Fue enseguida con el gran Apóstol a Seleucia, después a Salamina y a Pafos; y, después de haber evangelizado también a muchos otros pueblos, murió hacia el año 60. En Salamanca de España, el tránsito de san Juan de Sahagún, de la Orden de Ermitaños de san Agustín, Confesor, que fue esclarecido por el celo de la fe, por la santidad de vida y por los milagros. Su fiesta se celebra el día siguiente. En Aquilea, el martirio de los santos Félix y Fortunato, hermanos los cuales, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, fueron suspendidos en el potro y, quemándoles los costados con hachas encendidas, que por virtud divina súbitamente se apagaron, les abrasaron el vientre con aceite hirviendo, y al cabo, perseverando constantes en la confesión de Cristo, acabaron el curso de tan glorioso combate siendo decapitados. En Bremen, el tránsito de san Remberto, Obispo de Hamburgo y Bremen. En Treviso, san Parisio, natural de Bolonia, Confesor y Monje de la Orden Camaldulense. En Roma, la Traslación de san Gregorio Nazianceno, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia, cuyo sagrado cuerpo, llevado antes de Constantinopla a Roma, habiendo estado mucho tiempo en la Iglesia de la santa Madre de Dios en el campo Marcio, fue despues trasladado por el Papa Gregorio XIII con grandísima, solemnidad a una capilla, ricamente adornada por él, en la Basílica de san Pedro, y el día siguiente colocado con debido honor debajo del altar.