4 de junio _ San Francisco Caracciolo, confesor Dom. - Blanco En Agnone del Abruzo citerior, san Francisco, de la noble familia Napolitana Caracciolo, Confesor, Fundador de la Congregación de Clérigos Regulares Menores; el cual vivió abrasado en admirable caridad para con Dios y el prójimo, y en celo vivísimo de propagar el culto de la sagrada Eucaristía; y por el Sumo Pontífice Pío VII fue puesto en el número de los Santos. Su cuerpo fue trasladado a Nápoles de Campania y allí religiosísimamente se venera. n. 13 de octubre de 1563 en el Castillo de Villa Santa María (Abruzzi), Italia; † 4 de junio de 1608 en Agnone, Italia. Francisco Caracciolo, fundador de la Orden de los Clérigos Regulares Menores, distinguióse desde su infancia por una ardiente piedad y una especial devoción por el Santísimo Sacramento. Pasaba noches enteras en adoración ante el santo Tabernáculo. Puso todo su empeño en aumentar en las almas esta devoción que le era tan querida, y estableció en su Orden la adoración perpetua. Advertido de su muerte próxima en una peregrinación que hizo a Loreto, fuese a una casa de su Orden, en Agnone, dijo al entrar: “Éste es el lugar de mi descanso”. Tuvo, casi enseguida, una violenta fiebre y se hizo llevar el santo Viático, que recibió de rodillas con los sentimientos de la más viva piedad, y expiró el 4 de junio de 1608, a la edad de 44 años. En Roma, los santos Mártires Arecio y Daciano. En Sisseck de Iliria, san Quirino, Obispo, al cual, por la fe de Cristo, según escribe Prudencio, mandó el Presidente Galerio atar al cuello una rueda de molino y precipitarlo en un río; pero sobrenadando la piedra, el Santo, después de exhortar largamente a los cristianos circunstantes para que no se aterrasen por verle padecer, ni titubeasen en la fe, para no perder él la gloria del martirio, consiguió de Dios con oraciones que la piedra se sumergiese. En Milán, san Clateo, Obispo de Brescia y Mártir; el cual, en tiempo del Emperador Nerón, apresado por orden del Prefecto de aquella ciudad, y no queriendo renunciar a Cristo, después de azotado prolongadamente, fue degollado. En Panonia, los santos Mártires Rútilo y sus Compañeros. En Tívoli, san Quirino, Mártir. En Arrás de Francia, santa Saturnina, Virgen y Mártir. En Constantinopla, san Metrófanes, Obispo y Confesor insigne. En Milevi de Numidia, san Optato, Obispo, esclarecido en doctrina y santidad, a quien los santos Padres de la Iglesia Agustín y Fulgencio celebraron con sus alabanzas. En Verona, san Alejandro, Obispo.