4 de marzo _ San Casimiro, Confesor En Vilna de Lituania, san Casimiro, Confesor, hijo del Rey Casimiro, al cual el Sumo Pontífice León X puso en el número de los Santos. San Casimiro, rey de Polonia, vivió en castidad y murió por conservar esta virtud. La meditación de los sufrimientos de Jesucristo, los cilicios, el ayuno y las otras austeridades, tales fueron los medios de que se valió para conservar un pureza angélica. Lleno de celo por la propagación de la fe, persuadió a su padre a dictar una ley que prohibió a los rutenos cismáticos la construcción de nuevos templos y la reparación de los que quedaban en ruinas. Su caridad para con los pobres era inagotable. Anunció el día de su muerte, y dio su alma a Dios, a la edad de 23 años, en el año 1484. En Roma, en la vía Apia, el triunfo de san Lucio I, Papa y Mártir; el cual, primeramente en la persecución de Valeriano fue condenado al destierro por la fe de Cristo; mas vuelto por disposición divina a su Iglesia, finalmente, después de haber trabajado muchísimo contra los Novacianos, consumó el martirio, siendo decapitado. San Cipriano le celebra con grandísimas alabanzas. En Nicomedia, san Adrián, Mártir, con otros veintitrés; todos ellos, por orden del Emperador Diocleciano, quebradas las piernas, consumaron el martirio. Sus reliquias fueron llevadas por los Cristianos y sepultadas con grande honor en Bizancio, de donde más tarde el cuerpo de san Adrián fue trasladado a Roma el 8 de Septiembre, día en que se celebra su fiesta principal. En Roma, en la vía Apia, novecientos santos Mártires, que fueron sepultados en el cementerio de santa Cecilia. En el Quersoneso, el martirio de los santos Obispos Basilio, Eugenio, Agatodoro, Elpidio, Eterio, Capitón, Efrén, Néstor y Arcadio. En el mismo día, san Cayo Palatino, a quien sumergieron en el mar, y otros veintisiete. Asimismo, el suplicio de los santos Arquelao, Cirilo y Focio.