14 de febrero _ San Valentín, Presbítero y Mártir En Roma, en la vía Flaminia, el triunfo de san Valentín, Presbítero y Mártir, que, siendo insigne por el don de curaciones y por la doctrina, fue apaleado y degollado por orden del César Claudio. San Valentín, en su prisión, rogaba a Jesús que iluminase a los gentiles con los rayos de su divina luz. Asterio, lugarteniente del prefecto de Roma, oyó su plegaria, y le prometió creer que Jesús es la luz del mundo si devolvía la vista a su hija. Púsose el santo en oración y restituyó la vista a la ciega, con lo que Asterio, con toda su familia, se convirtió. Algunos días después, Valentín fue azotado y, finalmente, se le cortó la cabeza. Allí mismo, el tránsito de san Cirilo, Obispo y Confesor; el cual, junto con su hermano san Metodio, también Obispo, cuyo tránsito se conmemora el 6 de Abril, trajo a la fe de Cristo a muchas naciones Eslavas y a sus Reyes. La fiesta de ambos se celebra el 7 de Julio. En Roma también, los santos Mártires Vidal, Felícula y Zenón. En Terni, san Valentín, Obispo y Mártir, a quien después de prolongados azotes, echaron en la cárcel; mas no pudiendo vencerle, sacáronle de ella en el silencio de la medianoche y le degollaron por orden de Plácito, Prefecto de la ciudad. En Alejandría, los santos Mártires Cirión, Presbítero, Basiano, Lector, Agatón, Exorcista, y Moisés, todos los cuales, abrasados en la hoguera, volaron al cielo. En Terni, los santos Próculo, Efebo y Apolonio, Mártires; los cuales, velando junto al cuerpo de san Valentín, presos de orden del Consular Leoncio, fueron muertos con la espada. En Alejandría, los santos Mártires Baso, Antonio y Protólico, que fueron sumergidos en el mar. También en Alejandría, los santos Mártires Dionisio y Ammonio, degollados. En Nápoles de Campania, san Nostriano, Obispo, que fue insigne en defender la fe católica contra la herejía. En Ravena, san Eleucadio, Obispo y Confesor. En Bitinia, san Auxencio, Abad. En Sorrento, san Antonino, Abad, que, retirándose del monasterio de Monte Casino, asolado por los Longobardos, a un lugar solitario de aquella ciudad, allí mismo, célebre en santidad, durmió en el Señor. Su cuerpo resplandece cada día con muchos milagros, principalmente en librar energúmenos.