1 de febrero _ San Cecilio, Obispo y Mártir San Cecilio fue el primer obispo de Granada cuando, bajo la dominación romana, se llamaba todavía Illíberis. Fue uno de los que la tradición llama "varones apostólicos" enviados a España por San Pedro y San Pablo a predicar el evangelio. Los otros seis son: Torcuato, Segundo, Indalecio, Tesifonte, Eufrasio y Hesiquio. La vida de todos ellos está oculta tras los velos de la leyenda transmitida oralmente. Se sabe a ciencia cierta que San Cecilio fue obispo de Illíberis, que escribió algunos tratados para instrucción de los fieles y que sufrió martirio bajo la dominación de Nerón, supuestamente quemado en el monte Illipulitano. Pero la larga dominación árabe destruyó todos los rastros de cristianismo. Granada estuvo bajo los sarracenos casi ochocientos años; no los suficientes para perderse la memoria y la tradición, pero sí para no quedar ni rastro de documentos ni reliquias. San Cecilio es patrón de Granada, y su fiesta se celebra el 1 de febrero. San Ignacio, Obispo de Antioquía y Mártir, que gloriosamente consumó el martirio el 20 de Diciembre. San Ignacio, obispo de Antioquía, tenía en los labios, sin cesar, el nombre de Jesús. Este amor por Jesús encendió su deseo de asemejársele. Fue condenado a ser comido por los leones. Soy –dice el santo– trigo de Dios que debe ser molido por los dientes de las fieras para ser pan de Cristo. Murió pronunciando el nombre de Jesús, el año 110. En Esmirna, san Pionio, Presbítero y Mártir, el cual, después de escribir apologías de la fe cristiana y sufrir una inmunda prisión, donde con sus exhortaciones esforzó a muchos hermanos al martirio, por fin, atormentado con muchos suplicios, traspasado con clavos y arrojado en una hoguera, recibió feliz muerte por Cristo. Padecieron juntamente con él otros quince. En Ravena, san Severo, Obispo, elegido a causa de sus preclaros méritos, por haberse posado sobre él una paloma. En Tres-Castillos, ciudad de Francia, san Pablo, Obispo, cuya vida resplandeció en virtudes, y su preciosa muerte atestiguan los milagros. En Kildare de Irlanda, santa Brígida, Virgen, la cual, tocando, en prueba de su virginidad, la madera del altar, la hizo súbitamente reverdecer. En Castro-Florentino de Toscana, santa Veridiana, Virgen reclusa, de la Orden de Valleumbrosa.