[Officium] Commune unius Martyris Tempore Paschali [Missa] Protexisti [Invit] Exulten los Santos en el Señor, * Aleluya. [Lectio4] Sermón de San Ambrosio, Obispo. !Sermón 22. Es muy digno y conveniente que después de la alegría de Pascua, que hemos celebrado en la Iglesia, juntemos nuestros goces con los de los santos mártires, y que anunciemos la gloria de la resurrección del Señor a los que fueron partícipes de su pasión. Pues si estuvieron asociados a sus oprobios deben también estarlo a su triunfo. Ya lo dice el bienaventurado Apóstol: Así como sois sus compañeros en los padecimientos, lo seréis en la resurrección. Si sufrimos con Él, dice, también reinaremos con Él. De consiguiente, los que sufrieron males por Cristo, deben también tener gloria con Cristo. [Lectio5] Anunciemos, os digo yo, a los santos mártires la gloriosa Pascua del Señor, para que al anuncio de la apertura de su sepulcro, se abran también sus sepulcros. Cuando reconocemos que el cuerpo del Señor, que realmente murió, sintió de repente circular por sus venas un nuevo vigor, también se reaniman los miembros helados de los mártires, con el calor vivificante de la inmortalidad. La misma virtud que resucitó al Señor, resucita también a los mártires. Pues así como le siguieron en la pasión, así le acompañarán en su vida gloriosa. Por esto dice el Salmo: Me manifestaste los caminos de la vida. Esto se dice de la persona del Salvador resucitado, quien, de los infiernos, a donde descenció tras su muerte, se elevó a los cielos, siendo el primero en conocer el camino de la vida que hasta entonces había sido desconocido. [Responsory5] R. En sus siervos, aleluya, * Se consolará el Señor, aleluya, V. Juzgará el Señor a su pueblo, y en sus siervos. R. Se consolará el Señor, aleluya. [Lectio6] Antes de venir Cristo era desconocido el camino de la vida, el cual aún no había sido allanado por alguno que hubiese resucitado. Mas luego que Cristo resucitó, el camino fue ya franqueable; muchos han podido caminar por él. A ellos se refiere el santo Evangelio: Muchos cuerpos de santos resucitaron con Él y entraron en la ciudad santa. Así, al decir el Señor, a propósito de su resurrección: Me hiciste manifiestos los caminos de la vida, podemos decirle: “A nosotros nos manifestasteis los caminos de la vida”. El mismo que nos abrió el camino de la vida, fue quien nos mostró las sendas de la vida. Me manifestó estas sendas cuando me enseñó la fe, la misericordia, la justicia, la castidad, por las cuales se llega a la salvación. [Responsory6] R. Hijas de Jerusalén, venid y ved a los mártires con coronas, con las cuales les ha honrado el Señor. * En el día de su triunfo y alegría, aleluya, V. Porque ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y bendecido en ti a tus hijos. R. En el día de su triunfo y alegría, aleluya. &Gloria R. En el día de su triunfo y alegría, aleluya. [Lectio7] Lectura del santo Evangelio según San Juan !Jn 15:1-7 En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. Y lo que sigue. _ Homilía de San Agustín, Obispo. !Tratado 80 sobre San Juan. En este lugar del Evangelio, en donde el Señor se da el nombre de vid, y a sus discípulos el de sarmiento, habla de esta suerte en cuanto Él es la cabeza de la Iglesia y nosotros sus miembros, y en cuanto es el medianero entre Dios y los hombres. La vid y los sarmientos son de una misma naturaleza. Por lo cual, siendo Dios, de cuya naturaleza no somos nosotros, se hizo hombre, para que en Él estuviese la vid de la humana naturaleza, de la cual nosotros hombres pudiésemos ser sarmientos. [Lectio8] ¿Qué significa “Yo soy la verdadera vid”? ¿Acaso al decir verdadera lo hizo por oposición a la vid que toma aquí como comparación? Porque se le llama vid por analogía, no en sentido propio, del mismo modo que a sí mismo se da el nombre de oveja, cordero, león, piedra, piedra angular, y otros semejantes, los cuales más sirven para expresar las comparaciones, que para dar a conocer propiedades distintas. Cuando dice: Yo soy la verdadera vid, lo dice para distinguirse de aquella a la que se dice: ¿Cómo te has convertido en amarga, oh vida extranjera? Pues ¿cómo puede ser vid verdadera, aquella de la cual se esperaban uvas y produjo espinas? [Lectio9] “Yo soy, dice, la vid verdadera, y mi Padre es el labrador”. ¿Acaso son una misma cosa el labrador y la vid? Según esto, Cristo es la vid, conforme a lo que dice: “Mi Padre es mayor que yo”. Mas según lo que dice: “Yo y el Padre somos una misma cosa”. Él es el labrador. Pero no un labrador como los que ejercen su oficio obrando tan sólo externamente, sino un labrador capaz de comunicar el incremento interno. “Pues ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el incremento”. Y a la verdad: “Cristo es Dios, ya que el Verbo era Dios”. Por lo cual Él y su Padre son uno mismo. Y si el “Verbo se hizo carne” no siéndolo ya, lo hizo permaneciendo lo que antes era. &teDeum [Lectio4 in 2 loco] Epístola de San Cipriano, Obispo y Mártir. !Lib. 2. Epist. 6. ¿Con qué alabanzas podré ensalzaros, oh mártires valerosísimos? El valor de vuestro ánimo y la perseverancia en la fe ¿con qué encomios podré ponderarlos? Sufristeis hasta la consecución de la gloria, pruebas durísimas; no cedisteis a los suplicios, sino que más bien ellos cedieron a vosotros. No fueron los tormentos los que dieron fin a vuestros dolores; fueron vuestras coronas. Si la cruel carnicería de los verdugos duró largo tiempo, no pudo rendir una fe siempre firme; no hizo más que enviar a Dios los hombres de Dios. [Lectio5 in 2 loco] La multitud contempló admirada este combate celestial, divino y espiritual, lucha por Jesucristo; vio a los siervos de Cristo firmes, con palabra libre y mente pura, llenos de fuerza divina, sin armas terrenas, pero armados con las de una fe ardiente. Los atormentados eran más fuertes que sus atormentadores, y los garfios de hierro que azotaban y desgarraban sus miembros, fueron vencidos por los miembros azotados y desgarrados. No pudieron doblegar su fe inexpugnable los golpes redoblados, ni aun cuando, por estar tan desgarradas las carnes de los siervos de Dios, atormentasen en ellos, más las heridas que los miembros. La gloriosa sangre que manaba de sus heridas, debía extinguir el fuego de la persecución y mitigar los ardores del infierno. [Lectio6 in 2 loco] ¡Oh, cuán grande espectáculo a los ojos del Señor! ¡Cuán sublime, cuán agradable a Dios, por la constancia de los soldados alistados en su milicia y consagrados a su servicio! Como nos dice el Espíritu Santo y nos enseña Él mismo en sus salmos: “Es preciosa en la presencia de Dios la muerte de los justos”. Verdaderamente es preciosa esta muerte que compra la inmortalidad con el precio de la sangre derramada, que adquiere la corona con la perfección de la virtud. ¡Cuán gozoso estuvo allí Cristo, cuán de buena gana peleó y venció en tales siervos suyos, Él, protector de la fe; Él, que retribuye a los que creen en Él, a proporción de su confianza. Estuvo presente en su combate; sostuvo a los que peleaban y defendían su nombre; los esforzó y dio ánimo. Y el que por nosotros venció una vez la muerte, vence siempre en nosotros. [Lectio7 in 2 loco] Lectura del santo Evangelio según San Juan !Jn 15:5-10 En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid, y vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y Yo en él, este lleva mucho fruto, ya que sin mí, nada podéis hacer. Y lo que sigue. _ Homilía de S. Agustín, Obispo. !Tratado 81 sobre S. Juan, después del medio. A fin de que nadie pensara que el sarmiento pudiese producir de sí mismo, al menos un poco de fruto, después de haber dicho el Salvador: “Este produce mucho fruto”; no añadió: “Porque sin mí, poco podéis hacer”, sino “Nada podéis hacer”. No podemos producir poco ni mucho, separados de aquél sin el cual no se puede hacer nada. Si el sarmiento produce poco fruto, el labrador lo poda, a fin de que produzca más. Con todo, si no permanece en la vid y no vive unido a su ráíz, ningún fruto puede producir. Jesucristo no habría sido vid si no hubiera sido hombre; con todo, no podría comunicar una virtud tan grande a las ramas, si no fuese también Dios. [Lectio8 in 2 loco] Sin esta gracia no se puede vivir, mas la muerte depende del libre albedrío. Por esto Jesús nos dice: “Si alguno no permaneciere en mí, será arrojado fuera como el sarmiento, y se secará, y lo recogerán, y lo arrojarán al fuego, y arderá”. Las ramas de la vid son tanto más despreciables si no están unidas a ella, cuanto son de más valor si permanecen con ella unidas. Como hace notar el Señor hablando por el Profeta Ezequiel, una vez son cortadas, no sirven ni para la agricultura ni para industria alguna. Al sarmiento no le queda otra que permanecer unido a la vid o ser arrojado al fuego. Para que no sea arrojado al fuego, permanezca unido a la vid. [Lectio9 in 2 loco] “Si permaneciereis en mí, dice, y mis palabras permanecieren en vosotros, todo lo que pidiereis se os dará”. Los que permanecen en Cristo, ¿qué quieren sino lo que conviene a Cristo? ¿Qué pueden querer, estando en el Salvador, sino lo que es conforme a la salvación? Las cosas que queremos cuando estamos unidos a Cristo, son diferentes de las que queremos cuando estamos aficionados al mundo. Por lo mismo que aún estamos en este mundo, puede suceder que alguna vez pidamos lo que ignoramos que nos sea nocivo. Lejos de nosotros pensar obtener estas cosas si estamos en Cristo, el cual no nos concede cuando pedimos sino lo que nos conviene. &teDeum